Europa tiene la vista puesta en 2025 como fecha tope para que
el 90 por ciento de la población de la Unión Europea que cumpla con los requisitos para someterse a un cribado de cáncer de mama, de cuello del útero y de colorrectal
pueda tener acceso a esta herramienta de prevención. En España, expertos oncológicos consideran que estas cifras son inasumibles para el país. Sin embargo, la sanidad privada ofrece su mano para cumplir con lo establecido en el Plan Europeo de Lucha contra el cáncer.
Desde la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) explican que
la sanidad privada se muestra dispuesta a colaborar con el Sistema Nacional de Salud (SNS) para así cumplir con lo establecido por la Comisión Europea. Para defender su papel imprescindible en este objetivo se apoya en las cifras de herramientas que tienen para estos cribados.
El sector hospitalario privado cuenta con poco más de la
mitad de las resonancias magnéticas (52 por ciento)
, un tercio de los TAC (32 por ciento)
y el 42 por ciento de los mamógrafos con los que cuenta España, instrumentos que podrían ayudar en el diagnóstico. A pesar de que no se está trabajando en ningún plan especial de colaboración, desde ASPE, aseguran que se ofrecen a responder “a cualquier necesidad que tenga el SNS en este sentido”.
Pese a que no existe un acuerdo, la sanidad privada, por su parte, asegura que llevan a cabo pruebas preventivas: “El
circuito privado ya realiza un relevante número de pruebas preventivas de cáncer de mama, cuello del útero y colon y recto, contando con la posibilidad de ampliar la ejecución de estas pruebas”. Con el desarrollo de esta actividad, sostienen que conlleva el alivio para el sistema público de salud, así como el beneficio que esto puede suponer para los grupos de riesgo.
Los cribados para reducir el impacto de enfermedades
La Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, concretamente el Grupo de Trabajo de la Ponencia de Cribado, asegura en un documento que el cribado, que se extendió como actividad sanitaria durante el siglo XX, puede ser “una i
mportante herramienta para disminuir el impacto en la población de determinadas enfermedades o problemas de salud”.
La Comisión Europea sostiene que un 40 por ciento de los cánceres se pueden prevenir, siempre que se cuente con estrategias eficaces y que la detección precoz a través del cribado puede ayudar a salvar vidas. Pese a la utilidad de la herramienta, el organismo insiste en que p
ersisten las desigualdades entre los estados miembros.
Además del impulso de cribados de cáncer de mama, de cuello de útero o colorrectal, el otoño pasado se anunció una nueva propuesta: ampliar el cribado organizado del cáncer con base demográfica para así incluir los cánceres de pulmón, próstata y gástricos, en determinadas circunstancias.
En cuanto a la respuesta de España ante este mandato, actualmente cuenta con programas de cribados para los tres primeros cánceres. E
stas pruebas de detección están especialmente consolidadas en el cáncer de mama, y son, a su vez, los que más se acerca a las cotas que pide Europa, tal y como confirmó recientemente a
Redacción Médica César Rodríguez, oncólogo y vicepresidente a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
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