La
Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) ha realizado una encuesta entre los principales grupos hospitalarios para analizar en qué grado les afecta el "desorbitado" incremento de la
factura eléctrica registrado en 2022 por la crisis energética. El resultado es contundente: el 100 por cien de los centros ha aumentado su
gasto en electricidad en 2022, el 79 por ciento multiplicándolo entre 2 y 5 veces, en el 20 por ciento de los casos se ha incrementado hasta el 100 por cien y, en un único caso de los consultados, se ha llegado a multiplicar este coste hasta por cinco.
Para ASPE, esta situación se hace "aún más insostenible" porque el
sector hospitalario y de provisión sanitaria privada no ha obtenido alivio alguno a través del
incremento de tarifas por parte de sus clientes, fundamentalmente entidades aseguradoras y Administraciones públicas. El 65 por ciento de la facturación del sector corresponde al aseguramiento privado y el 15 por ciento a los
conciertos.
La subida del coste energético ha debido asumirse de forma prácticamente mayoritaria por los
centros hospitalarios ya que, durante 2022, el 87 por ciento no ha podido repercutir este incremento a sus
agentes financiadores, en su mayoría
compañías aseguradoras. Solo el 12 por ciento ha podido repercutir entre el 1 y el 25 por ciento del incremento del gasto a sus agentes financiadores, y tan solo un hospital ha podido repercutir entre el 26 y el 50 por ciento.
Esta situación tiene visos de mantenerse en gran medida
durante el próximo año. De los hospitales consultados, el 65 por ciento no espera poder repercutir este
incremento de costes en 2023. El 17 por ciento considera que podrá repercutir hasta el 25 y el 18 por ciento hasta el 50 por ciento.
Carlos Rus, presidente de ASPE, señala que “teniendo en cuenta la
complejidad de la situación energética que sufrimos, consideramos que
el sector asegurador debe contribuir a amortiguar el impacto económico que por el lado de los gastos supone estos costes sobrevenidos e instamos a realizar un
esfuerzo compartido y alcanzar un acuerdo de actualización de tarifas ya que la situación está propiciando poner en
jaque el balance de muchas empresas de provisión sanitaria”.
Afectación a la cuenta de resultados
Esta situación sobrevenida (el incremento exponencial de costes energéticos y la incapacidad de repercutirlos en la cadena) provoca al sector un
impacto sustancial en la cuenta de resultados. El 57 por ciento, ha visto afectada su cuenta de resultados en más de un 7 por ciento; un 10 por ciento, incluso, en más del 9 por ciento. Un 33 por ciento afirma que el aumento del gasto repercutirá entre un 3 y un 5 por ciento en su balance.
Rus indica que “esta situación pone en
dificultad extrema la competitividad de nuestras empresas ya que nuestro sector no puede absorber por sí solo ese
sobrecoste, especialmente porque existe un déficit de remuneración por el sector asegurador en un contexto de incremento del
IPC en tasas récord, que conviene afrontar de forma integral para garantizar una plena calidad asistencial exigida por el usuario”.
Y la situación no parece mejorar el próximo año.
Para 2023, el 82 por ciento de los hospitales encuestados prevén que el aumento del
gasto eléctrico repercuta en su
cuenta de resultados incluso en mayor medida que en 2022, ya que un 32 por ciento calcula que lo haga en más del 9 por ciento. Algo menos, pero aun así en gran medida, le afectará al 39 por ciento, que espera que su balance se vea alterado entre un 3 y un 5 por ciento. Para un 11 por ciento, el impacto se situará entre el 5 y el 7 por ciento.
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