Más de la mitad de la población padece nódulos tiroideos y no es consciente de ello hasta que, de forma casual, al palpar el cuello o al realizarse alguna prueba de imagen, como una ecografía o una radiografía, se detecta. Los nódulos tiroideos son abultamientos que surgen dentro de la glándula tiroidea, situada en la base del cuello, que no impiden un correcto funcionamiento del tiroides.
Dentro de la tipología propia de los nódulos tiroideos, se encuentran los denominados fríos, determinados por no producir más hormonas de lo normal, y los calientes, que, a diferencia de los anteriores, secretan una cantidad excesiva de hormonas tiroideas. Asimismo, existe otra distinción dependiendo de la composición del abultamiento: los nódulos tiroideos quísticos son los formados fundamentalmente por líquido y los sólidos son los constituidos por tejido tiroideo.
En la inmensa mayoría de los casos son asintomáticos y benignos, por lo que no precisan ningún tratamiento -aunque algunos pueden crecer lo suficiente como para hacerse visibles o dificultar la respiración o la deglución-, pero existe una posibilidad inferior al 10 por ciento de que resulten malignos.
Así lo explica Manuel Gargallo, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz y coordinador de su Unidad de Nódulo Tiroideo, en la, una vez detectado el nódulo, se realiza una exploración clínica para obtener un diagnóstico correcto que confirme su benignidad o, en caso contrario, orientar la estrategia terapéutica y la posible necesidad de abordaje quirúrgico para extirpar el cáncer de tiroides.
Asistencia integral de la patología
Un proceso que, en ocasiones, puede prolongarse con numerosas consultas y pruebas, lo que conlleva para el paciente incertidumbre, preocupación y angustia hasta conocer su diagnóstico final. Para optimizar y agilizar este abordaje, la unidad ofrece una asistencia integral y de alta resolución de esta patología, para lo que cuenta con profesionales especialmente dedicados a ella y con gran experiencia en su manejo, que llevan a cabo todo el proceso en el mismo acto asistencial y por parte de un solo facultativo, el mismo que atiende al paciente hasta su alta en la unidad, lo que facilita una “visión global” de cada caso para ofrecer un diagnóstico y, en función de este, orientar la actitud terapéutica a seguir.
Este servicio permite, además, que los pacientes puedan ser derivados directamente desde Atención Primaria, sin necesidad de ninguna consulta, exploración o ecografía previa.
“Durante la consulta, un experto en patología nodular valorará de forma global el caso, comenzando por la historia clínica y terminando con la realización de una ecografía tiroidea completa”, indica el endocrinólogo. Por tanto, una vez recopilados todos los datos necesarios, el facultativo informará al paciente de si se trata de un nódulo benigno sin riesgo para la salud, o si existen dudas, ante lo cual le citará para una punción de citología, cuyos resultados se comunican telefónicamente al paciente en un plazo inferior a una semana; así, se le citará únicamente para revisiones, en caso de resultado de benignidad, o se le derivará al servicio de Cirugía, si hubiera algún dato de sospecha, como explica elexperto.
Con todo, en ocasiones es difícil determinar mediante esta técnica el carácter benigno o maligno del nódulo. “Estos nódulos indeterminados pueden conllevar un riesgo de cáncer del 40 por ciento, por lo que, en la mayoría de los casos, se envían a Cirugía para realizar una biopsia; sin embargo, en más de la mitad de los casos se trata de bultos benignos que, de no haber existido la duda, no habría hecho falta operarlos”, señala Gargallo.
Test molecular para el diagnóstico diferencial de nódulos
Para optimizar este escenario, la Unidad de Nódulo Tiroideo de la Fundación Jiménez Díaz ha incorporado recientemente una pionera técnica de diagnóstico molecular con capacidad de predecir con un elevado porcentaje de fiabilidad si este tipo de nódulos son o no benignos, gracias a lo cual se indica la cirugía únicamente en los pacientes con alta sospecha de malignidad. “Con la muestra obtenida de una punción de citología, se realiza un análisis basado en diez marcadores genéticos (test Thyroidprint®), y el resultado predice en un 95 por ciento si un nódulo tiroideo indeterminado es benigno y en un 75 por ciento el riesgo de malignidad”, añade el especialista.
“Disponer de este test permite completar la valoración del nódulo tiroideo con las técnicas más innovadoras a nivel internacional situar a esta unidad especializada en el más alto nivel de calidad, agilidad y eficiencia asistencial”, asevera Gargallo. De esta manera, con un máximo de dos o tres consultas, el paciente tiene una evaluación total de sus nódulos tiroideos, así como del tratamiento a seguir.
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