La
enfermedad tromboembólica venosa (ETEV) es un proceso patológico muy frecuente, cuya manifestación más grave, el
tromboembolismo pulmonar (TEP), presenta una incidencia de 28.000 casos al año en España con una
mortalidad de hasta el 16,7 por ciento (un 8,9 por ciento en el ámbito hospitalario). Y lo que es más preocupante, más del 90 por ciento de las muertes por TEP ocurren en sujetos
no diagnosticados y, por lo tanto, no tratados.
Con la intención de
revertir este escenario y reducir la mortalidad asociada al tromboembolismo pulmonar, la
Fundación Jiménez Díaz ha creado y puesto en marcha recientemente el
Código TEP, que "persigue la detección precoz y el manejo urgente y protocolizado de esta patología", tal y como explica Roberto Martín Reyes, responsable de la iniciativa, que él mismo califica de "
protocolo conjunto para el abordaje del TEP con el servicio de Urgencias (Samur)", según ha informado la fundación en una nota.
"Hablamos de una patología tiempo-dependiente que podemos tratar muchas especialidades, por lo que
es importante que todos trabajemos de la misma forma para adelantar y acelerar el diagnóstico precoz y su tratamiento con anticoagulación ya desde la ambulancia", incide el especialista en Cardiología Intervencionista y adjunto al Servicio de Cardiología del hospital madrileño.
De hecho, Martín Reyes destaca como elementos clave y diferenciadores de este protocolo la
continuidad asistencial del proceso y abordaje multidisciplinar de la patología, cuyo manejo intrahospitalario ha sido acordado por los servicios de Neumología, Cirugía Cardíaca, Medicina Intensiva, Urgencias, Radiología Intervencionista y Cardiología.
El objetivo del procedimiento consiste en regular la actuación operativa de coordinación con la Fundación Jiménez Díaz en todas aquellas situaciones donde por parte de los facultativos de Samur- Protección Civil
se sospeche de la existencia de un paciente con signos y síntomas compatibles con un tromboembolismo pulmonar que cumpla los criterios de inclusión.
Criterios de valoración
En concreto, los
criterios que se deben valorar en la inclusión de los pacientes en el Código TEP, también llamado Código 19, incluyen tres bloques de valoración: sintomatología compatible (disnea brusca, dolor torácico o síncope), semiología compatible (desaturación, examen físico sin semiología de insuficiencia cardiaca y ECG compatible) y ecoscopia compatible (sobrecarga de ventrículo derecho, hipocinesia o acinesia de pared libre de ventrículo derecho), incluyendo la aplicación de la llamada Escala de Wells Simplificada, un sistema de predicción clínica para TEP.
De su análisis se derivan
dos perfiles de pacientes: aquellos con probabilidad baja o moderada de TEP, cuando no cumplan al menos uno criterio de cada uno de los citados bloques, aunque tenga una puntuación en la Escala de Wells simplificada, en cuyo caso no deberá iniciarse anticoagulación; y aquellos con alta probabilidad de TEP, cuando se cumpla al menos un criterio de cada uno de los tres bloques, momento en el que se iniciará el procedimiento de actuación ante un Código 19.
El valor y aportación de esta nueva iniciativa ya
han sido reconocidos, además, por la Dirección General de Emergencias y Protección Civil SAMUR-Protección Civil, que recientemente premió "la colaboración y participación de la Fundación Jiménez Díaz en la implantación del Código TEP" entregando al Servicio de Cardiología del hospital madrileño uno de los galardones con los que cada año reconoce la colaboración prestada por sus aliados en la consecución de sus objetivos, como servicio público, para el ciudadano de Madrid.
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