En los últimos años, las novedades en el tratamiento del
sarcoma han mejorado enormemente las expectativas de las personas que padecen este tipo de
cáncer, y centros como el
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz se han consolidado a la vanguardia de la innovación en este campo aplicando las últimas mejoras tecnológicas en
diagnóstico y tratamiento quirúrgico, y adoptando nuevas aproximaciones terapéuticas, como la combinación de
fármacos y
radioterapia.
Por eso, en este escenario, y con el fin de crear un foro en el que se pudieran presentar y debatir estas innovaciones, el hospital madrileño organizó recientemente el
'Taller sobre enfoques innovadores en el Sarcoma', un encuentro multidisciplinar en el que se dieron cita oncólogos, radiólogos, patólogos y cirujanos de la Fundación Jiménez Díaz y de los otros tres
Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña -los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)-.
Javier Martín Broto, coordinador de la Unidad de Sarcomas del Departamento de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz y de su instituto oncológico,
OncoHealth, inauguró el taller remarcando “la importancia que tiene en esta enfermedad la continua
comunicación e interrelación de todos los especialistas implicados”. “Es fundamental -aseveró- para un mejor resultado, y esto no excluye a las actividades educativas”, apunta.
Según el oncólogo, la innovación atañe a todos los ámbitos, desde la detección -con una mejor tecnología de
técnicas de imagen y avances en el
diagnóstico molecular que permiten identificar y clasificar mejor los sarcomas- hasta el tratamiento quirúrgico, con la planificación 3D de las cirugías o el desarrollo de nuevos materiales protésicos. Por otro lado, los avances técnicos en radioterapia “están permitiendo ser más exquisitos en el diseño y conformación de los tratamientos, para administrarlos de la manera
más exacta y con
menor toxicidad para los órganos vecinos”, afirma.
Combinaciones de tratamientos
La innovación también afecta a los tratamientos, más allá de la cirugía: así, una de las estrategias más prometedoras para el abordaje de los sarcomas en los últimos años es la
combinación de diversas modalidades de terapias, área en la que la Fundación Jiménez Díaz ha acumulado una valiosa experiencia clínica.
Un ejemplo es la combinación de
radioterapia con trabectedina, que “ha mostrado datos muy interesantes de actividad”, desvela Martín Broto. Asimismo, en la actualidad, la Fundación Jiménez Díaz trabaja en el desarrollo de nuevas terapias, como la combinación entre
ecubectedina y radioterapia, o las combinaciones de quimioterapia citotóxica con nuevas moléculas como la gemcitabina + selinexor o la doxorrubicina + LB-100, que en este momento “se encuentran en las primeras etapas de su desarrollo clínico”, explica el especialista.
Para
Nadia Hindi, oncóloga médica del mismo departamento del hospital y co-responsable de la Unidad de Sarcomas de OncoHealth, la organización de este tipo de talleres es crucial, ya que “es importante que los profesionales estén actualizados de las novedades que surgen en su campo, puesto que
la formación es un pilar fundamental para alcanzar la excelencia terapéutica”, sostiene.
Tratamientos personalizados
La oncóloga se centró durante el encuentro en la
aparición de nuevas moléculas para el tratamiento de los sarcomas, que vienen a suplir una importante falta de opciones terapéuticas para algunos tipos de estos cánceres. “El mayor conocimiento en las bases moleculares de los distintos subtipos de sarcoma nos está permitiendo en los últimos años asistir al nacimiento de varias moléculas muy interesantes, con mecanismos de acción muy específicos de cada enfermedad”, señala. “Es decir, cada vez se desarrollan
tratamientos más personalizados a cada subtipo concreto”, añade.
Estas “terapias dirigidas” son fármacos diseñados para bloquear alguna vía molecular que esté implicada de manera relevante en el desarrollo de un tumor. El paradigma de este tipo de fármacos es el tratamiento del GIST -tumor del estroma gastrointestinal-, donde el desarrollo del
imatinib hace ya más de 20 años cambió de manera radical las expectativas de vida de los pacientes. Hoy, esta entidad tiene aprobados por la
Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) cinco fármacos de diana molecular que han permitido multiplicar por más de cinco la expectativa de supervivencia.
“Y en los últimos años, varios de estos fármacos dirigidos se están desarrollando en
ensayos clínicos en diversos subtipos de sarcoma, como los liposarcomas, los condrosarcomas, los tumores de células gigantes de vaina tenosinovial o los tumores desmoides”, asegura Hindi.
Los sarcomas constituyen un grupo de enfermedades que, en su mayoría, no se relacionan con factores de riesgo reconocidos, por lo que la prevención, en la mayoría de los casos, no es posible. “Lo que sí sabemos que tiene un impacto muy relevante en la evolución de los pacientes es una adecuada sospecha y
derivación precoz a una unidad especializada. Por ello es importante que los profesionales de la salud y los pacientes conozcan los signos de alarma”, concluye.
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