La
Clínica HLA Montpellier ha utilizado
la cirugía de pie diabético en un paciente con una diabetes de más de treinta años de evolución que ingresó de urgencia con una
úlcera infectada en el tobillo izquierdo.
El paciente fue valorado por
José Miguel Fustero, médico especialista en Cirugía Vascular y Angiología, junto con el equipo de Anestesiología de
Ignacio Cotera y Borja Rubio. Tras la mejora de la infección de la úlcera, se decidió someter al paciente al tratamiento quirúrgico, realizado por
Noemí Lambán y Eduardo Blanco, traumatólogos de la clínica, con la colaboración de
Pau Rigol, coordinador de la
Unidad de Pie Diabético del Hospital de Igualada (Barcelona). Al paciente se le colocó un fijador externo y se resecó la úlcera lateral del tobillo, realizando un
cierre de la herida quirúrgica mediante zetaplastia (cirugía de cicatrices). Se mantuvo ingresado dos días con terapia antibiótica intravenosa y fue dado de
alta con carga parcial de la extremidad.
La intervención del pie diabético es muy importante debido a que
mejora considerablemente la calidad de vida del paciente. “Las complicaciones de esta patología pueden derivar en
la amputación del pie, cuyo riesgo aumenta hasta doce veces por la presencia de una úlcera y la mortalidad de un paciente diabético tras una amputación es superior a la de
muchos tipos de cáncer”, manifiesta Lambán. Por otro lado, desde la perspectiva económica, también supone una ventaja para el sistema sanitario, puesto que
la cirugía reconstructiva supone menor gasto que la amputación.
Los
sistemas de fijación externa, como el que se colocó al paciente en la Clínica HLA Montpellier, permiten estabilizar fragmentos óseos causando una
mínima agresión a las partes blandas de la extremidad. Además, esta técnica facilita las curas postquirúrgicas de la herida y permite, en muchos casos,
una carga precoz. La complicación más común de este método es la
infección superficial de las agujas, y suele resolverse con
limpieza y antibioterapia oral.
La evolución de la tecnología y la considerable mejora de los materiales de osteosíntesis han revolucionado los
tratamientos quirúrgicos, que ofrecen mejores resultados y evitan que el paciente recurra durante largos períodos de tiempo a otros tratamientos ortopédicos menos adecuados para
ponerle solución a esta enfermedad.
Pie de Charcot
El
pie de Charcot fue descrito en el siglo XIX por el neurólogo
Jean-Martin Charcot y se trata una de las afectaciones más graves del pie diabético. Este trastorno consiste en un proceso rápido e indoloro de destrucción articular que ocurre como complicación de una diabetes de larga evolución con
mal control metabólico. La inestabilidad articular que produce la artropatía de Charcot genera distintos grados de deformidad llegando incluso a
imposibilitar el uso de calzado o la deambulación.
Para mejorar el pronóstico de estos pacientes y abordar esta patología de forma multidisciplinar se han formado las
Unidades de Pie Diabético. “El pie de Charcot puede presentarse de forma insidiosa o aguda. En esta última, el dolor y los signos inflamatorios
(eritema, aumento de temperatura, edema…) ya están presentes, pero todavía no se visualizan deformidades radiográficas”, aclara la Dra. Lambán. La especialista hace referencia a que, sin el tratamiento ortopédico adecuado, y en ocasiones incluso habiéndose sometido a éste, la
destrucción articular progresiva y los casos severos de inestabilidad y deformidades, alteran el apoyo del pie y dan lugar a
la aparición de úlceras.
La diabetes es una epidemia del siglo XXI. Esta
enfermedad crónica sin tratamiento curativo se produce cuando el páncreas ya no puede producir insulina o cuando el cuerpo no puede hacer un buen uso de ella, presentando
riesgo de mortalidad a medio y largo plazo. Una de sus consecuencias más comunes de la enfermedad afecta a las extremidades y se conoce como el pie de Charcot.
Según la
Federación Internacional de la Diabetes (FID), las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar una serie de problemas de salud graves debido a los
niveles de glucosa en sangre constantemente elevados. En casi todos los países de
ingresos altos, la diabetes es una de las principales causas de
enfermedad cardiovascular, ceguera, insuficiencia renal, accidente cerebrovascular y amputación de extremidades inferiores.
En
España,
la prevalencia de la diabetes es de casi un 14 por ciento y hasta un 7 por ciento de ellos desarrollan un pie de Charcot. Lambán asegura que el hecho de que la supervivencia de pacientes diabéticos haya aumentado, junto con el incremento de la prevalencia de la enfermedad, hace que el número de pacientes que potencialmente pueden padecer un pie de Charcot
se haya acrecentado.
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