Redacción. Madrid
La Unidad de Diabetes Mellitus del Hospital Universitario HM Montepríncipe, dirigida por la Pilar García Durruti, ha organizado una jornada científica sobre esta enfermedad. El encuentro reunió a especialistas en esta materia con el objetivo de hacer una actualización en el diagnóstico y tratamiento de la diabetes y de todas sus complicaciones.
Pilar García Durruti, directora de Lla Unidad de Diabetes Mellitus del Hospital Universitario HM Montepríncipe.
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Tal y como señala la especialista, “somos un equipo multidisciplinar y estamos convencidos de que el único abordaje posible de esta enfermedad debe hacerse desde una Unidad especializada como la nuestra”.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica, caracterizada por una concentración anormalmente alta de glucosa o azúcar en la sangre. Aparece cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina o no puede usarla de una forma eficaz.
Se pueden diferenciar tres tipos de diabetes. La primera, la diabetes tipo 1, causada por una reacción autoinmune, en la que el sistema de defensa del cuerpo ataca las células beta productoras de insulina en el páncreas. Como resultado, el cuerpo ya no puede producir la insulina que necesita y las personas con este tipo de diabetes necesitan para poder vivir administrársela varias veces al día. Generalmente, afecta a niños o adultos jóvenes.
La segunda, la diabetes tipo 2 es la más frecuente. El organismo puede producir insulina, pero ésta es insuficiente o no es eficaz (resistencia de las células a la acción de la insulina) lo cual aumenta el nivel del azúcar en la sangre.
Más de cinco millones de personas padecen diabetes tipo 2 en España, de ellos, unos dos millones están sin diagnosticar, ya que los síntomas pueden tardar años en aparecer. Se trata de una enfermedad crónica que suele ir acompañada de obesidad e hipertensión y cuyas complicaciones pueden ser muy graves (problemas cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal, úlceras e incluso amputación de todo o parte del pie). “La buena noticia es que puede prevenirse y un diagnóstico y tratamiento precoces, pueden mejorar el pronóstico y evitar la aparición de complicaciones”, señala García Durruti.
Por lo general, estas personas no necesitan dosis diarias de insulina para sobrevivir y pueden controlar su enfermedad llevando una dieta sana, actividad física y medicación oral.
La tercera es la diabetes gestacional es la elevación de los niveles de glucosa en el embarazo de mujeres que previamente no tenían diabetes. Ocurre en el 10 por ciento de las gestantes. Es importante detectarla de forma precoz y mantener los niveles de glucosa dentro de los objetivos adecuados durante toda la gestación ya que de lo contrario puede ocasionar complicaciones tanto para el bebé como para la madre.
Novedades en el tratamiento
García Durruti asegura que los fármacos hipoglucemiantes son cada vez más eficaces y más seguros para el paciente, algunos incluso, además de su acción sobre la glucosa tienen un efecto favorecedor sobre la pérdida de peso y sobre el control de la tensión arterial.
“Por otra parte, los nuevos análogos de insulina simulan cada vez más la secreción fisiológica de insulina por el páncreas, obteniendo así un mejor control metabólico con un menor riesgo de hipoglucemias”, añade.
Además, actualmente existen dispositivos para medir la glucemia que no requieren la punción de los dedos y que registran estos niveles las 24 horas del día. Esto facilita el ajuste del tratamiento y minimiza las descompensaciones agudas de la diabetes.
En este sentido, García Durruti insiste en la importancia que tiene la adherencia al tratamiento, ya que la diabetes puede provocar graves complicaciones si no se consigue un buen control metabólico. Y el éxito del tratamiento depende, en gran parte, de la capacidad y el deseo del paciente de cumplir las indicaciones de su médico.
“En nuestra Unidad las enfermeras educadoras en diabetes se encargan de recordar y revisar frecuentemente el cumplimiento del tratamiento a cada paciente de una forma muy personalizada y esto sin duda ha revertido en una mayor adherencia al tratamiento y en una mejoría de los objetivos de control metabólico”, afirma García Durruti.
Pie diabético
Precisamente, el mal control metabólico y el paso de los años pueden producir lesiones en las arterias y en los nervios, dificultando la circulación y provocando pérdida de la sensibilidad en las piernas y en los pies. A veces, un pequeño traumatismo en un pie con mala circulación y con poca sensibilidad, puede originar una herida que acaba produciendo necrosis alrededor y, en ocasiones, la necesidad de amputar una parte del pie.
Por eso hay que revisar con frecuencia la circulación, para detectar posibles obstrucciones y revascularizar antes de que aparezca la necrosis.
Cirugía Metabólica
Antonio José Torres, jefe de la Unidad de la Obesidad de HM Montepríncipe, explicó durante la jornada “el papel extraordinario de la cirugía metabólica en el tratamiento de la diabetes tipo 2 para pacientes con obesidad o que no son bien controlados con tratamiento médico”. Se trata de una alternativa terapéutica que obtiene buenos y duraderos resultados.