El
Hospital Ribera Polusa ha creado la
Unidad de Daño Cerebral Adquirido y Recuperación Funcional para tratar de forma multidisciplinar, integral e intensiva a pacientes con lesiones neurológicas que hayan sufrido un ictus, que padezcan secuelas post-Covid o que necesiten rehabilitación tras una intervención quirúrgica.
Esta nueva Unidad, pionera en la provincia de Lugo y con capacidad para acoger a pacientes de toda Galicia, está dirigida a la
recuperación funcional de personas con daño cerebral adquirido y cuenta con un equipo multidisciplinar formado por especialistas en rehabilitación, neurofisioterapia, neuropsicología, neurologopedia y terapia ocupacional.
Plan terapéutico individualizado
El equipo está supervisado por
Carlos García Porrúa, director médico de Ribera Polusa, que ha destacado que la Unidad se ha creado para suplir el grave problema al que se enfrentan los pacientes que acaban de
sufrir un daño cerebral y que no cuentan con la autonomía necesaria para regresar a la vida cotidiana. “Una lesión neurológica implica
una serie de problemas que van desde el déficit motor, de lenguaje o de atención, hasta dificultades para alimentarse o realizar actividades propias del día a día como vestirse o asearse”, explica.
Tras una primera consulta de valoración, el equipo de la Unidad de daño cerebral adquirido y recuperación funcional diseña un
plan de tratamiento terapéutico individualizado, con unos objetivos a alcanzar a corto y medio plazo y centrados en recuperar la funcionalidad y la autonomía del paciente, que permanece ingresado durante el tiempo que se prolongue la recuperación.
El plan de tratamiento terapéutico individualizado, con atención médica 24 horas, incluye
sesiones de trabajo diarias por la mañana y por la tarde con los distintos especialistas para recuperar la movilidad física, las capacidades funcionales, cognitivas, sensoriales y psicosociales que limitan al paciente en el desarrollo de su vida.
Atención a pacientes post-Covid
“El programa siempre se adapta a las condiciones del paciente y su entorno familiar. Calculamos que
la mejora puede ser muy notable en uno o dos meses y, tras el alta, el seguimiento pasa a ser ambulatorio en los centros médicos Polusa, con consultas periódicas para reforzar lo recuperado durante la estancia en el hospital”, añade el García Porrúa.
Además de las lesiones neurológicas, la Unidad también trabaja en la recuperación funcional de los pacientes después de una intervención quirúrgica o por las secuelas que pueda sufrir tras haber estado
afectado gravemente por Covid.
La innovación tecnológica está presente en la Unidad a través de un
programa remoto de rehabilitación basado en inteligencias artificial y tecnología táctil que permite al paciente incorporarse a su rutina habitual en condiciones de máxima seguridad clínica.
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