HLA Montpellier cuenta en su cartera de servicios con la primera
Unidad de Cardiología Infantil Deportiva de Aragón. Su objetivo es
detectar precozmente cardiopatías congénitas en niños que realizan deporte. Para ello, los especialistas recomiendan que niños y adolescentes, de 6 a 16 años, que practiquen deportes se realicen un
reconocimiento médico.
Se recomienda realizar un reconocimiento médico cada dos años
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Estos reconocimientos adquieren mayor importancia en aquellos niños que practican
un deporte con un componente dinámico alto, como el atletismo, el fútbol, el baloncesto, el ciclismo, el esquí, etc, y aquellos en los que existe
un riesgo mayor en caso de síncope, como el béisbol, la gimnasia, el patinaje o el golf.
Este reconocimiento, tal como explica la doctora
Esther Aurensanz, cardióloga pediátrica de
HLA Montpellier, debe incluir
una historia clínica detallada con anamnesis y antecedentes personales y familiares de primer grado (padres y hermanos). Además, han de realizarse otras pruebas como un
electrocardiograma, una
ecografía cardiaca morfológica y funcional, así como una prueba de esfuerzo con
monitorización continua. De este modo se puede evaluar el comportamiento eléctrico del corazón cuando el niño realiza un esfuerzo máximo y la posterior recuperación, emulando la práctica deportiva.
En el caso de que se detecte una alteración o existan antecedentes familiares de riesgo (cardiopatía congénita, miocardiopatías, etc.) se realiza
un examen más profundo y un seguimiento con el tratamiento adecuado.
En este sentido, Auresanz recomienda hacer un chequeo previo al inicio de la actividad. “Todos tenemos muy interiorizado que para hacer deporte hay que comprar unas buenas zapatillas, ropa técnica, relojes… pero
pocos estamos concienciados de la necesidad de pasar una revisión de nuestro corazón, antes de empezar a realizar cualquier práctica deportiva de forma habitual” asegura la cardióloga.
La muerte súbita y la actividad física
La actividad física es necesaria para un adecuado desarrollo de los niños, así como para la prevención de múltiples enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes e hipertensión. Es más, recuerda la doctora Aurensanz, “a partir de los
6 años la Asociación Española de Pediatría recomienda que los niños realicen una actividad física de intensidad moderada a intensa, durante 30-60 minutos, a ser posible todos los días de la semana”. La especialista recomienda realizar un reconocimiento cada 2 años, así como dotar las instalaciones deportivas y centros educativos de personal formado en reanimación cardiopulmonar, un equipo de desfibrilador de fácil acceso.
El riesgo cero de muerte súbita infantil no existe en Medicina, ya que existen patologías cardiacas que aparecen de manera evolutiva a lo largo del crecimiento, ya sean adquiridas o de causas genéticas que se manifiestan tardíamente. Además, hay causas extracardiacas de muerte súbita infantil, como pulmonares, o cerebrales. No obstante, descartada la existencia de patología estructural en el corazón y con una prueba de esfuerzo clínica y eléctricamente negativa, la posibilidad de sufrir un episodio de muerte súbita es mínima.
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