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HLA Montpellier aborda la enfermedad renal en sus nuevas conferencias

Finaliza un nuevo ciclo de conferencias 'A comer bien y con salud, nos apuntamos

Un momento de la jornada.

12 dic 2019. 20.55H
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El hospital HLA Montpellier de Zaragoza finaliza un nuevo ciclo de conferencias ‘A comer bien y con salud, nos apuntamos’ con la jornada ‘Alimentación en las nefropatías e insuficiencias renales’ impartida por Mª Ángeles Arto, nefróloga del hospital.

Más de 850 millones de personas sufren enfermedades renales en el mundo, aunque en el 40 por ciento de los casos pase inadvertido y no aparece en los medios de comunicación. Se trata, sin duda, de una pandemia silenciosa que cursa de manera asintomática en muchos casos y que, con un adecuado programa de prevención, podría evitar la diálisis en algunos casos.

El control de los factores de riesgo cardiovascular, como por ejemplo la hipertensión arterial, diabetes, lípidos, ácido úrico, obesidad o el tabaco, entre otros, ayuda a que la enfermedad renal se desarrolle menos y, sobre todo, progrese más lentamente.


Grados de Insuficiencia Renal


La creatinina es la sustancia que se usa para cuantificar el grado de fallo renal que se padece, con el llamado filtrado glomerular. La filtración glomerular es el proceso por el cual los riñones filtran la sangre, eliminando el exceso de desechos y líquidos.

La insuficiencia renal se define cómo la pérdida de la capacidad funcional de las nefronas y se manifiesta en dos tipos diferentes: Insuficiencia Renal Aguda (IRA) e Insuficiencia Renal Crónica (IRC). La Insuficiencia Renal Crónica es un deterioro de la función renal progresiva e irreversible que conduce a una disminución crónica de la tasa de filtración glomerular y/o a un daño renal con alteración de todas las funciones renales.

Por otra parte, se considera Insuficiencia Renal cuando la filtración glomerular es inferior a 60, estadio 3, donde el inicio de una intervención dietética-nutricional es obligatorio. Cuando la filtración glomerular es muy baja y el fallo renal es irreversible es necesario realizar diálisis o trasplante renal.


Causas y factores de riesgo de la IRC


Las causas más frecuentes de insuficiencia renal crónica son la hipertensión arterial y la diabetes. La primera daña los vasos sanguíneos más pequeños de los riñones impidiendo que el filtrado del riñón funcione correctamente. En el caso de la diabetes, si no se controla de forma adecuada, el azúcar se acumula en la sangre, reduciendo la capacidad de filtrado de los riñones.

Es muy frecuente que un paciente presente hipertensión arterial y diabetes, por lo que el daño sobre los riñones se incrementa. El control adecuado de la hipertensión arterial y la diabetes enlentece la progresión de la enfermedad renal crónica y disminuye el riesgo cardiovascular.

En otros casos las causas de la insuficiencia renal crónica pueden provocar las denominadas glomerulonefritis que son enfermedades que provocan una inflamación de las unidades de filtrado de los riñones y que suelen estar causadas por una alteración del sistema inmunológico o enfermedades hereditarias.

El tratamiento de la IRC (Insuficiencia Renal Crónica) va depender del grado de la enfermedad, pero en estadios iniciales es importante controlar la presión arterial; supervisar el azúcar y sobre todo (en personas con diabetes) reducir el peso y controlar los niveles de lípidos en sangre. Si la enfermedad progresa y alcanza la situación de insuficiencia renal terminal o estadio 5 se debe plantear un tratamiento sustitutivo: trasplante renal o diálisis, o bien, optar por un tratamiento médico conservador.


La alimentación en la IRC


Darioleta Aranda, nutricionista de HLA Montpellier, hizo hincapié en la jornada en la alimentación como uno de los pilares más importantes para un óptimo resultado en el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Un consumo elevado de proteínas perjudica a la evolución de la enfermedad. Se aconseja reducir a una ración diaria –alrededor de 100g– de alimento rico en proteínas (carne, pescado, huevo, etc.).

En caso de hacer diálisis, el consumo de estos alimentos aumenta, al menos, a dos raciones diarias. Por otra parte, la sal aumenta la presión arterial que perjudica la progresión de la enfermedad renal crónica, por lo que es importante reducir su consumo, evitando platos precocinados y cubitos de caldo, entre otros y, cocinar con especias y hierbas aromáticas para dar sabor a los platos.

El potasio es un mineral necesario para el organismo, pero en exceso puede ser peligroso ya que afecta al ritmo del corazón. Se debe controlar los alimentos que lo llevan y con qué frecuencia, así como escoger cocciones que ayuden a su eliminación como son el remojo y la doble cocción.

Por último, Darioleta hizo hincapié en la precaución con la hidratación, ya que en la insuficiencia renal hay que controlar la cantidad de líquidos para evitar una acumulación de ellos en el organismo. Además, dio una serie de consejos para disminuir la sed como tomar un poco de limón para activar la salivación.


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