El
grupo hospitalario HLA aboga por la
prevención como clave para poder
reducir los índices de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, que, con
17,5 millones de fallecimientos al año, suponen la
primera causa de muerte en el mundo. “Actualmente hay varios grupos de fármacos que han demostrado mejorar el pronóstico en los pacientes con insuficiencia cardiaca. Esto hace aún más importante
consultar de forma precoz, para que los profesionales podamos identificar este síndrome y así poder aportar a nuestros pacientes el beneficio de estos tratamientos”, afirma
Jorge Melero, cardiólogo de HLA Centro Médico Zaragoza.
En el
Día Mundial del Corazón, que se celebra este viernes, desde HLA se resalta que, en España, más de
10 millones de personas padecen enfermedades y patologías relacionadas con el corazón, de las cuales más de 120.000 fallecen cada año, según datos del
Instituto Nacional de Estadística (INE). “Entre las patologías más frecuentes destacan la
insuficiencia cardiaca y la cardiopatía isquémica, dos enfermedades cuya prevalencia aumenta con la edad. La patología cardiaca engloba también otros amplios campos como pueden ser
las arritmias, las miocardiopatías o las valvulopatías”, concreta Melero.
En España, unas
20.000 personas al año mueren a causa de insuficiencia cardíaca y 800.000 personas la padecen. Se trata de un síndrome clínico en el cual el corazón no es capaz de soportar el gasto cardiaco necesario en reposo o durante el esfuerzo, o lo hace a costa de una elevación de las presiones intracardiacas. El síntoma más común es la
disnea (fatiga o sensación de falta de aire) y puede acompañarse de otros como la aparición de
edemas en extremidades inferiores. Ante estos síntomas, lo aconsejable es
siempre consultar con un médico.
Prevenir antes que curar
De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el
80 por ciento de los infartos de miocardio y de los accidentes cerebrovasculares prematuros son
prevenibles con hábitos de vida saludables. “Para tener un corazón saludable deberíamos seguir una dieta variada y realizar actividad física de forma regular, y
evitar el sedentarismo y el sobrepeso. Además, es importante implicarnos en el control de los factores de riesgo cardiovascular, como pueden ser
la hipertensión arterial, la diabetes o el hipercolesterolemia. Para ello, es importante
seguir revisiones médicas periódicas en las que se realice una atención integral poniendo el foco en la prevención de las enfermedades cardiovasculares”, añade el experto en Cardiología de HL.
La tecnología al servicio del diagnóstico
Para diagnosticar una enfermedad cardíaca se utilizan muchas pruebas diferentes. “Por lo general, los cardiólogos partimos casi siempre de
un electrocardiograma y un ecocardiograma, que nos aportan ya mucha información, y podemos ampliar el estudio en función de cada caso con pruebas como la
ergometría o prueba de esfuerzo, la
monitorización electrocardiográfica prolongada (Holter ECG), pruebas de imagen más avanzada o pruebas intervencionistas como los
cateterismos o estudios electrofisiológicos”, explica el especialista.
En la actualidad existe un
desarrollo tecnológico muy avanzado en todas las áreas de la Cardiología, desde la imagen cardiaca al intervencionismo. Esto hace que muchas patologías cardiacas como
la cardiopatía isquémica, las enfermedades valvulares y las arritmias, entre otras, puedan ser tratadas de forma
mínimamente invasiva.
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