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Enfermos por tabaquismo mejoran su vida con la rehabilitación respiratoria

Además del cáncer de pulmón, el tabaquismo ocasiona EPOC, enfisema pulmonar o bronquitis crónica

Juan Abarca Cidón, presidente de HM Hospitales.

30 may 2017. 15.40H
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POR REDACCIÓN
La rehabilitación respiratoria mejora la calidad de vida de las personas con enfermedades ocasionadas por el tabaquismo, como la EPOC, la bronquitis crónica o la enfisema pulmonar. Así lo ha puesto de manifiesto Fernando Molina y Lara Fontán, neumólogos del Policlínico HM Matogrande, que cuentan con una unidad dedicada a estas terapias.

“Es un complemento al tratamiento farmacológico que empieza, como primer esfuerzo y como condición sine qua non, por el abandono del hábito tabáquico”, indican los expertos. La rehabilitación respiratoria es un programa multidisciplinar que tiene como objetivo mejorar la tolerancia del paciente al esfuerzo físico para intentar recuperar una vida normal e independiente, en la medida de lo posible. Para ello, Fontán es muy categórica: “Si la pregunta es ¿puedo volver a tener el pulmón como si nunca hubiese fumado?, la respuesta es no. Pero sí se puede mejorar la calidad de vida y reducir la fatiga y otros efectos adversos”.

Un abordaje multidisciplinar

Esta terapia combina distintos programas con diferentes vertientes: la deshabituación tabáquica (que es el primer esfuerzo exigido al paciente que aborda una rehabilitación respiratoria antes de avanzare en la rehabilitación física); la educación (para informarle sobre su enfermedad y tratamiento); la nutrición (aconsejándoles sobre cuáles son los hábitos nutricionales más adecuados y cómo deben modificar sus hábitos de vida en ese sentido); fisioterapia respiratoria (guiada por un fisioterapeuta); y el ejercicio físico (que es la parte que más peso tiene en el programa de rehabilitación y pretende recuperar la resistencia y la potencia de estos pacientes, tanto desde el punto de vista muscular como cardiovascular).

Normalmente, la rehabilitación se suele programar por un período no inferior a ocho semanas, con tres sesiones semanales que se plantean en función de las necesidades de cada paciente, de forma absolutamente personalizada. “Es importante desarrollar estos programas en un entorno vigilado, con diferentes profesionales de la salud, con un supervisor médico durante toda la sesión y con el acompañamiento de fisioterapeuta, enfermera o personal sanitario especializado en la atención de este tipo de patologías”, señala Fontán. Al terminar el programa, el paciente se lleva unas pautas y ejercicios para continuar el trabajo en su casa, ya que es muy importante mantener los hábitos saludables adquiridos durante el programa, para que sus efectos beneficiosos no se pierdan en el transcurso de unos meses.

Principales datos sobre el tabaquismo

Tanto Molina como Fontán alertan sobre los datos relacionados con el tabaquismo: “60.000 muertes anuales en España; causa de más de 25 enfermedades; desencadenante del 30 por ciento de los cánceres, fundamentalmente del de pulmón, del 75 por ciento de las enfermedades respiratorias y de un largo etcétera. Sin embargo, el 24 por ciento de la población española mayor de 15 años sigue fumando”. Inciden también sobre el hecho de que las campañas contra el tabaco muestran buenos resultados en el público adulto, pero se aprecia que no disminuye el número de adolescentes fumadores y que se incrementa de forma alarmante el número de mujeres. “Deben realizarse labores educativas desde edades muy tempranas, -explica Molina- sin olvidar el papel ejemplarizante que deben tener los padres, no fumando”.

La edad de inicio es uno de los factores que puede determinar la forma en que le afecta el tabaco una persona, así como la cantidad de cigarrillos que fuma, los condicionantes genéticos, etc. Lo que sí es cierto, como indica Molina, es que “el daño pulmonar se empieza a producir desde los primeros cigarrillos que se fuman y se volverá irreversible al cabo de varios años de consumo”. Por ello, la primera recomendación es dejar de fumar de forma inmediata y, por supuesto, acudir al médico si se aprecia una especial propensión a los catarros, tendencia a la tos, una tos que no acaba de irse o facilidad para expectorar”.

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