Redacción. Madrid
Esta semana Quirónsalud ha presentado en sociedad Oncohealth Institute, ligado al Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Es el proyecto más novedoso en Oncología en la capital de España, pero lógicamente no será el primero, ni va a ser el último en incorporarse a la particular batalla que están librando contra el cáncer los principales grupos hospitalarios privados, y de paso por atraer la atención de estos pacientes.
Jesús García Foncillas, en la presentación de Oncohealth Institute, del que es director.
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No será el último porque dentro de un año se espera el desembarco en Madrid de otro de los referentes en este campo en nuestro país, la Clínica Universidad de Navarra, que tiene previsto comenzar su actividad asistencial en los primeros meses de 2017 en un centro de unos 3.000 metros cuadrados, muy cerca del Aeropuerto de Barajas-Adolfo Suárez.
Y es que las comunicaciones son una de las claves en esta carrera por el paciente oncológico. De hecho la Clínica Universidad de Navarra en su vídeo promocional destaca la cercanía de este aeródromo internacional y de la estación de Alta Velocidad de Atocha. En disputa no solo están (potencialmente) los seis millones y medio de habitantes de la Comunidad de Madrid, ni el pico que puedan sumar las provincias limítrofes. Sobre la mesa está el mercado nacional, y buena parte del europeo y del de América Latina.
Dura competencia
Cada uno va a ir fuerte con sus cartas. Oncohealth Institute lleva como cabeza visible a Jesús García-Foncillas, que en la presentación desvelaba parte de su jugada: la inmuno-oncología, “uno de los campos más prometedores para el avance contra la enfermedad”.
La Clínica Universidad de Navarra por su parte tiene claro desde hace tiempo el modelo de negocio que ha desarrollado en Pamplona y en Madrid con una policlínica cerca de la Plaza de Castilla. Los profesionales de la nueva sede mantendrán dedicación exclusiva con el centro hospitalario. “Será un mismo hospital con dos sedes distintas”, ha afirmado José Andrés Gómez Cantero, director general de la Clínica Universidad de Navarra.
Doña Sofía inauguró el Centro Integral Oncológico Clara Campal.
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Pero la competencia no va a ser solo entre dos. Ni mucho menos. HM Hospitales cuenta desde 2007 con el Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC), donde Juan Abarca Campal implantó el modelo integral estadounidense, que se traduce en una visión pluridisciplinar del paciente, y que ha hecho de la vanguardia tecnológica su santo y seña contra el cáncer. Fue (y es) el primer y único centro oncológico anexo a un hospital general médico-quirúrgico (HM Sanchinarro) que existe en España.
Quirónsalud también tiene bajo su paraguas otros dos puntos de referencia en el panorama de la asistencia oncológica privada en la capital: el Instituto Oncológico de la Clínica La Luz, y la Unidad Integral de Oncología y Hematología del Hospital Quirón Madrid, en Pozuelo de Alarcón.
En segundo plano
Aunque pudieron tener cierto nombre años atrás, en esta renovada carrera contra el cáncer en Madrid se han quedado algo rezagados en prestigio MD Anderson, comprado hace unos años por la familia Cobiella –propietaria de clínicas dirigidas a turistas en Canarias y el Caribe, principalmente-, y el Grupo IMO, que está tratando de cambiar de imagen a través de un lavado de cara al que han llamado IMOncology, aunque no acaban de despegarse del concepto antiguo de los hospitales católicos, no en vano nació al calor del Hospital San Francisco de Asís de Madrid.
Ya se intentó una vez
Más allá de los grupos líderes, y de los ‘segundones’, queda como anécdota un proyecto que a comienzos de este siglo ya quiso convertir a Madrid en referente oncológico. En 1999 el entonces ministro de Sanidad José Manuel Romay Beccaría ponía, en una parcela recalificada de Villaviciosa de Odón, la primera piedra de una iniciativa liderada por una empresa denominada Centro de Investigación y Tratamiento Oncológico (CITO). Iba a ser el hospital oncológico privado más importante de Europa, con una inversión cercana a los 60 millones de euros, que incluía en la operación un complejo hotelero y un centro de ocio. Dieciséis años después no es más que una obra abandonada. Habrá que ver si el nuevo impulso que ahora traen los grandes grupos hospitalarios privados logra el viejo propósito de que Madrid sea la capital de los tratamientos oncológicos de referencia.
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