En España mueren cada día alrededor de 350 personas por patología cardiovascular y anualmente se producen
más de 30.000 fallecimientos por enfermedades isquémicas del corazón, es decir, por infarto agudo de miocardio y angina de pecho. “En el
infarto agudo de miocardio el tiempo es vital. Desocluir la arteria obstruida de la forma más rápida posible disminuye el daño potencial al músculo del corazón, reduciendo el riesgo de mortalidad o que el paciente desarrolle en el futuro
insuficiencia cardiaca”, explica
José Ángel Cabrera, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo.
Ambos centros poseen una
Unidad de Hemodinámica que está preparada para realizar una angioplastia primaria en cualquier momento del día y de la noche. Está formada por un equipo de 5 hemodinamistas y enfermería especializada que trabajan en tres salas de hemodinámica de los dos hospitales.
Los casos más urgentes que recibe este equipo son los
infartos agudos de miocardio con elevación del segmento ST que afectan a toda la pared del músculo cardiaco. “Este enfermo llega con
dolor torácico de presentación aguda que se produce por un trombo de una de las arterias principales del corazón. Entre la primera y la segunda hora de este evento es muy importante que acuda a una unidad de hemodinámica para que a través de una angioplastia primaria se abra el vaso obstruido y se salve el mayor porcentaje de músculo cardiaco en riesgo posible”, explica
Rosa Lázaro, responsable de Hemodinámica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo. En la mayoría de estos casos se introduce una guía a través de una arteria del brazo del paciente hasta llegar a la zona ocluida del corazón guiada por rayos X para colocar un stent que permita mantener el vaso abierto, recalcan desde quirónsalud.
Perfil del paciente
“El perfil de los pacientes tratados es de
hombres mayores de 50 años, pero cada vez vemos varones más jóvenes y mayor número de mujeres”, detalla el
José Ángel Cabrera, que afirma que los
malos hábitos alimentarios, la
inactividad física, el
tabaquismo y el
estrés son factores de riesgo que, bien controlados, podrían evitar un 80% de los eventos coronarios.
Angina e infarto
Los pacientes atendidos por el equipo de hemodinámica de Quirónsalud Madrid o del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo sufren principalmente infartos o anginas de pecho, según subraya el Grupo quirónsalud. Ambos tipos de pacientes tienen una
alteración isquémica del corazón producida principalmente por placas de ateroma acumuladas en los vasos, proceso conocido como aterosclerosis. “Estas placas de ateroma reducen la luz del vaso, comprometiendo el flujo coronario. En el transcurso del infarto agudo de miocardio estas placas se fisuran, erosionan o rompen liberando su componente lipídico interno, produciéndose una oclusión completa al agregarse las plaquetas a la zona. Estos pacientes padecen dolor de pecho agudo o angina y deben ser sometidos a una
angioplastia primaria a la mayor brevedad posible, al tener un vaso absolutamente ocluido y no llegar sangre al músculo cardiaco más allá de la oclusión”, explica
José Ángel Cabrera.
Las personas con angina de pecho también sufren lesiones ateroscleróticas en los vasos del corazón, pero estas lesiones no ocluyen completamente la luz del mismo. Estos pacientes pueden sufrir también dolor torácico al ser sometidos a estrés o realizar actividad física, pudiendo evolucionar a una clínica en reposo que, aunque sea transitoria, deben recibir atención con urgencia ya que puede presentar un cuadro de una ruptura de placa de ateroma con un inminente síndrome coronario agudo o infarto de miocardio.
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