Redacción. Badajoz
El Instituto Extremeño De Reproducción Asistida (Iera) ha incorporado el sistema Eeva, convirtiéndose en el primer centro de todo el suroeste peninsular en utilizar esta innovadora tecnología. Con esta herramienta, ahora resultará más sencillo seleccionar los mejores embriones, aumentando las tasas de embarazo y de niño sano en casa.
Se estima que alrededor del 20 por ciento de las parejas en edad reproductiva tiene problemas a la hora de tener un hijo. Por ello, cada vez más personas solicitan ayuda para convertirse en padres y es imprescindible ofrecerles soluciones avanzadas que permitan darles una respuesta eficaz, rápida y segura. Aunque hay muchos factores que contribuyen al éxito de un proceso de reproducción asistida, uno de los más críticos es la selección de los embriones con el máximo potencial de desarrollo para que sean transferidos a la futura madre.
“Ante esta innovación tecnológica, en Iera hemos optado por incorporarla a nuestros servicios lo antes posible, al igual que hemos hecho con todas las nuevas técnicas y tratamientos que han ido apareciendo desde que comenzamos a ayudar a las parejas con problemas de fertilidad hace ya 15 años”, explica Ignacio Santiago Álvarez, director científico de Iera.
Este método diagnóstico se está utilizando fuera de nuestras fronteras en Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino Unido, por ser los países más avanzados en técnicas de reproducción asistida. Con su llegada al laboratorio de Iera, el centro demuestra su compromiso con la mejora de los resultados en los pacientes, destacando por su carácter innovador tanto en el contexto nacional como mundial.
“Nuestro compromiso con la investigación y la innovación está presente en la filosofía de la clínica, y se ve reflejado no sólo en la incorporación de este gran avance científico, sino también en la realización de importantes trabajos de investigación y ensayos clínicos”, señala Álvarez.
Este avance se suma a una larga lista de innovaciones incorporadas por la clínica desde su nacimiento en el año 2001. Hoy, ya son más de 5.000 los pacientes que han acudido al centro a solicitar ayuda profesional para tener un hijo, con una tasa de éxito aproximada del 40 por ciento.
La diferencia parte del laboratorio
El trabajo realizado en el laboratorio resulta decisivo en el éxito del tratamiento. Hasta ahora, los embriones se valoraban en función de su morfología en el exterior de la incubadora y de una forma puntual (en un momento concreto del desarrollo). Este estudio era subjetivo y la selección de unos u otros embriones podía variar según el criterio de los especialistas (los embriólogos).
Ahora y con este sofisticado sistema, la valoración se realiza a partir de las imágenes que se captan dentro de la propia incubadora, de manera que se elimina el posible daño que se pudiese causar a los embriones. Además, la nueva tecnología complementa el estudio del aspecto de los embriones con información objetiva basada en los tiempos de división celular y a lo largo de todo su desarrollo.
“Este sistema proporciona una información objetiva y cuantificada sobre las posibilidades de desarrollo futuro de un embrión, algo parecido a una analítica, y según ese valor se puede decidir qué embriones transferir, qué embriones merecen ser congelados y, más importante aún, iniciar programas de transferencias de un único embrión que reduzca el número de embarazos múltiples. Consideramos necesario dar esta información para mejorar nuestra atención y éxito en los tratamientos pues es el primer análisis (aprobado como tal por la agencia americana del medicamento) que se puede realizar al organismo de forma no invasiva”, afirma Álvarez.
Por lo tanto, el nuevo sistema que utiliza la evaluación temprana de los embriones mediante la morfocinética permite maximizar las posibilidades de éxito y la reducción de los embarazos múltiples.