La oferta sanitaria de
cuidados intermedios es insuficiente. Así lo ha denunciado
Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante su participación en la mesa redonda
‘Dependencia y el ámbito sociosanitario’, celebrada en la subcomisión de Sanidad de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Una intervención donde ha recordado el
progresivo envejecimiento poblacional, lo que llevará a que, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 36 por ciento de la población española superará los 65 años en 2050, mientras que un 15 por ciento superará los 80 años.
“Con una inversión de nuestra pirámide de población constante y progresiva, hemos de tener dos aspectos muy en cuenta: el fenómeno de la
dependencia y por otro, el
gasto creciente e imparable de fenómenos como la
cronicidad, las enfermedades asociadas al envejecimiento, los novedosos tratamientos y las nuevas tecnologías asociadas fundamentalmente a los procesos de diagnóstico, monitorización y control terapéutico. Por ello, es necesario acometer cambios estructurales y de organización que permitan mejorar el futuro de nuestro sistema sanitario”, ha precisado Vilches.
En este sentido recuerda que en España, por ejemplo, el 45 por ciento de las
altas médicas anuales se producen en pacientes mayores de 65 años. Según el director general de IDIS, “cada vez tenemos más pacientes con dolencias y patologías que precisan este tipo de cuidados. Se trata de servicios de enfermería, rehabilitación y actos médicos de media complejidad realizados en centros específicos para este tipo de cuidados, en el propio domicilio o incluso en la residencia, para que el paciente recupere su funcionalidad después de un episodio que requiere una recuperación más o menos prolongada”.
En España, el 45% de las altas médicas anuales se producen en pacientes mayores de 65 años
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Estos cuidados engloban las prestaciones que requieren los pacientes en transición de un episodio de
hospitalización aguda a su domicilio o residencia, caracterizado por una situación de dependencia médica y social. Sin embargo, en nuestro país la situación es preocupante porque España cuenta con una oferta de cuidados intermedios insuficiente, si lo comparamos con otros países. De hecho, España cuenta con 0,33
camas de subagudos por 1.000 habitantes. Esta oferta se encuentra bastante lejos del promedio de los
países de la OCDE, de 1 cama por 1.000 habitantes, y muy lejos de los países mejor dotados (Francia, Alemania y Suiza), que se acercan o superan las 2 camas por 1.000 habitantes.
Asimismo, apunta que "la oferta de prestaciones es asimétrica si la comparamos entre las distintas
comunidades autónomas". De esta manera, recuerda que "el ratio de 0,33 plazas/1.000 que existe en nuestro país, está en realidad condicionado por las plazas de una sola comunidad autónoma (Cataluña) que representan el 55 por ciento del total. Igualmente, en atención en hospitalización a domicilio, dos comunidades autónomas (sobre todo la Comunidad Valenciana y también Cataluña) atienden a más del 56 por ciento de este tipo de pacientes".
Vilches destaca que “esta
escasez de recursos, en comparación con otros países de nuestro entorno, contrasta con otros dispositivos asistenciales (como los de hospitalización o de residencias para mayores) en los que la dotación por habitante se encuentra en España en ratios comparables a los demás países, aunque algo menores”.
Asimismo, pone en relieve que, para hacer frente en ratios intermedios a nivel europeo (1 cama/1.000 habitantes) a las necesidades de los pacientes con
cuidados sociosanitarios intermedios en nuestro país, se precisarían unas 19.624 plazas adicionales en centros asistenciales específicos o bien 161.162 plazas de atención hospitalaria a domicilio, y con una distribución geográfica con mayores necesidades en Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, País Vasco, y Canarias, entre otras.
A lo que suma la creación de unidades específicas (hospitales de cuidados sociosanitarios intermedios) o bien la reasignación de plazas actuales de residencias del sector sociosanitario que cumplan un proceso de acreditación, aún por definir, para poder prestar este tipo de cuidados. La demanda es creciente y ponerle solución empieza a ser otra urgencia más de nuestro sistema de asistencia sanitaria y social.
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