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Contel: "La sanidad es un ámbito muy propicio para el electoralismo"

La presidenta de la patronal de la sanidad privada pide un "interlocutor sanitario estable"

Cristina Contel, presidenta de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).

28 jul 2019. 19.00H
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POR BORJA NEGRETE
La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), que representa a más del 80 por ciento de centros hospitalarios privados en España, estuvo a punto de establecer unos grupos de trabajo con el Ministerio de Sanidad de María Luisa Carcedo en los que ahondar en temas de interés para el sector. Sin embargo, la convocatoria de elecciones y la incapacidad para formar Gobierno de los dirigentes dejó estas negociaciones en punto muerto, así como otros aspectos importantes para la sanidad. Esta semana hemos asistido a una nueva investidura fallida en España tras un intercambio de propuestas de gobierno entre PSOE y Podemos donde el Ministerio de Sanidad siempre aparecía como moneda de cambio y del que el partido de Pablo Iglesias llegó a insinuar que estaba "vacío de competencias". Una vez más, la sanidad se utiliza como arma arrojadiza en política. "La sanidad es un ámbito muy propicio para el electoralismo", critica la presidenta de ASPE, Cristina Contel, quien explica en esta entrevista a Redacción Médica los futuros pasos a dar por la patronal en este escenario de inestabilidad política y da su visión sobre los temas acuciantes que debe abordar el Sistema Nacional de Salud (SNS).

¿Cuál es el pulso actual de la sanidad privada?

"Lo más necesario a día de hoy es disponer de un interlocutor sanitario estable"

Pues el pulso actual de la sanidad en sí. Si tenemos en cuenta que el peso de la sanidad en el PIB es del 9 por ciento, el de la sanidad privada está en el 3,3 por ciento. Y si añadimos que alrededor del 40 por ciento de los presupuestos de las comunidades autónomas se destina a sanidad, no es difícil deducir que es un ámbito muy propiciatorio para hacer electoralismo. El papel de la privada dependerá de en qué comunidad autónoma nos encontremos, porque en algunas prometen la desprivatización de la sanidad pública y en otras la colaboración público-privada. Esto crea un escenario de inseguridad y de inestabilidad que no es bueno para el sector ni para el paciente.

¿Qué elementos considera fundamentales para mejorar el sector de la sanidad privada en España?

Lo más importante sería disponer de un interlocutor válido y estable con el que consensuar estrategias y hacer planificación sanitaria en temas de profesionales. Tenerlo en estos momentos es básico, llevamos muchísimo tiempo con unos interlocutores cambiantes. Hemos llegado a tener pues tres ministros de Sanidad en un solo año y eso produce una parálisis a todos los efectos, un lujo que los agentes del sector no nos podemos permitir.

¿Qué es lo que la patronal de la sanidad privada le va a pedir al futuro Ejecutivo?

Interlocución estable y generosidad de miras. Tenemos que pensar que el sector sanitario es esencial y que no puede asentarse en una imprevisibilidad ya que esto hace que se utilice el servicio público de la salud para buscar un rédito político. Si ligamos este derecho esencial a plazos legislativos o electoralistas, que además en muchos casos no se cumplen, las cosas no avanzan. En definitiva, pedimos compromiso, generosidad a la hora de sentarnos y buscar consenso con vistas de futuro.

¿Cree que debería haber una figura aparte del ministro de Sanidad que sirva de interlocutor y que sea más estable?

Creo que hay veces que no nos paramos a mirar los instrumentos que tenemos a mano. Cualquier gobierno tiene, antes de nada, que conocer la Constitución, y el título preliminar de la Constitución en su artículo 7 es meridianamente claro y hace referencia a los agentes sociales, los sindicatos y las asociaciones empresariales. Ese mandato constitucional no ha sido reconocido por los últimos gobiernos, ni le han dado el valor. Más que crear una nueva figura hay que darle el papel al agente social que le corresponde.

Y en cuanto al presidente del Gobierno que ha estado hasta ahora en funciones, Pedro Sánchez, ¿cómo cree que ha tratado a la sanidad privada?

Lamentablemente no nos han tratado bien. Nos hemos movido en un escenario de gestos, no de actos. Satisfacer demandas de otros partidos ha pesado muchísimo más. El pacto entre PSOE y Podemos fue una torpeza, porque llevó a enarbolar la bandera de que tenemos que blindar el sistema sanitario de la privatización. La propia ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, me dijo: "No confundamos, esto es un tema entre dos partidos".

"Nuestro sistema sanitario no es sostenible tal como está"

Un sistema sanitario que está avalado y reconocido como más eficiente de Europa y el tercero a nivel mundial, según el informe Bloomberg, tan malo no puede ser. España es el primer país en esperanza de vida y el segundo a nivel mundial. Lo estamos haciendo muy bien entre todos. Entonces, no es comprensible que desde fuera se nos reconozca esta excelencia y desde dentro intentemos contentar algunas propuestas populistas que no tienen recorrido.

Este año hemos asistido a la lectura en frío de lo que ha ocurrido con Ribera Salud. El último informe de la Comunidad Valenciana concluye que el Hospital de Torrevieja ahorra 45 millones de euros anuales, lo que supone un ahorro del 30 por ciento de los costes que supondría una gestión directa. Los números y los datos son muy tozudos: nos necesitamos los unos a los otros.

¿Qué opina de la tesis que dice que ‘la privatización de la sanidad está acabando con el sistema público de salud’?

Tesis, según el diccionario de la Real Academia, hace referencia a una proposición u opinión de carácter científico que pretende acreditarse con razonamientos. Sinceramente, no creo que lo que se está planteando sea una tesis científica y tampoco que a fecha de hoy se haya demostrado que es una realidad que la desprivatización esté afectando negativamente a la sanidad pública. Más bien, es una opinión política y el hecho de que se repita radica en que adolece de argumentos.

Hoy en día afrontamos un cambio de paradigma en la sanidad. En España tenemos, por un lado, una población cada vez más envejecida, con enfermedades crónicas y comorbilidades. Por otro, las nuevas tecnologías y las nuevas terapias, como las terapias CART, son cada vez más caras. Ante este escenario, ¿considera que es sostenible nuestro sistema sanitario tal y como está construido?

"Nos estamos quedando a la cola en tecnología sanitaria. Hace falta planificación"

Nuestro sistema sanitario tal y como hoy lo conocemos no es sostenible. España es el primer país en esperanza de vida en Europa, por lo que estos últimos años hay un uso y consumo intensivo de recursos sanitarios y sociales. También está el tema de tecnología, tremendamente importante y que ha revolucionado el ámbito del tratamiento y del diagnóstico. Esta tecnología tiene un coste, al igual que los nuevos medicamentos. A todo esto hay que añadirle también una carga fiscal del 21 por ciento del IVA, que afecta directamente al paciente. Fenin ha presentado un informe que da muestras de la obsolescencia del parque tecnológico español. Nos estamos quedando a la cola en tecnología sanitaria. Los agentes del sector, incluido el Estado, tenemos la corresponsabilidad de hacer una planificación estratégica en este sentido, porque si no la población no podrá valerse de estas ventajas.

Por eso, lo que defendemos es que se aprovechen todos los recursos que tenemos, independientemente de que la provisión tenga un carácter u otro, porque al final el paciente lo que quiere es que un proveedor sea ágil, próximo, resolutivo y sostenible.

¿Cómo se puede facilitar el acceso de los pacientes a los nuevos tratamientos?

Es un reto importante. Es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU para su agenda del 2030. Para asumir este reto necesitamos unos sistemas sanitarios fuertes y sólidos, una población civil corresponsable y un sector privado potente. Se han logrado grandes soluciones en coaliciones de tres, cuatro, cinco agentes donde el objetivo es que la ciudadanía pueda tener acceso a un fármaco concreto cuanto antes. Las trabas que fiscales, legales o de patentes, son algo en lo que esos agentes tendrán que ser facilitadores.

Antes de la convocatoria de elecciones, ASPE había conseguido acordar con el actual Ministerio de Sanidad que se formasen unos grupos de trabajo poner en común ideas y proyectos. Este proyecto, sin embargo, se paralizó con el comienzo del período electoral ¿Creen que va a ser posible retomar este ámbito de diálogo?

Nuestro deseo es retomarlos cuanto antes. Todo va a depender de cómo se desenvuelva el escenario político. Precisamente, por este parón, hemos establecido foros de diálogo con agentes como la Organización Médico Colegial (OMC), el Consejo General de Enfermería y sindicatos. De esta forma, podemos seguir trabajando en temas importantes para la sanidad  para que cuando tengamos por fin ese interlocutor político podamos presentar algo. No podemos instaurarnos en la parálisis.

La presidenta de ASPE, Cristina Contel, en el plató de Redacción Médica.


¿Nos podría adelantar alguna de las medidas que se hayan planteado en alguno de estos foros?

Sí. Con todos ellos hemos abordado temas principales, como el de incorporar más plazas MIR en el ámbito de los hospitales universitarios privados. Hemos entrado en detalle en temas que realmente nos preocupan, como la incompatibilidad laboral de los profesionales. Una incompatibilidad que se trata de forma absolutamente distinta según la comunidad autónoma donde vivas y eso da lugar a un sistema de tantas velocidades que lo hace ineficiente.

Establecer la incompatibilidad laboral del sanitario en un momento en el que hay un problema de fondo de escasez de profesionales no tiene lógica. Esta práctica hace que haya centros donde no se encuentren profesionales. Discutimos también el hecho de que haya comunidades autónomas en las que a los facultativos se les niegue el derecho a suscribir contratos con carácter mercantil en el ejercicio libre de su profesión. También abordamos el tema de la jubilación de los profesionales, de que una retribución digna. Hay una serie de temas de calado en los que queremos establecer una relación mucho más sólida y continuada con la OMC, de tal forma que haya un observatorio de la profesión, la planificación y la estrategia. En definitiva, para todo esto que le correspondía haber hecho a los gobiernos anteriores.

El hecho de que haya tenido que llevar adelante esa iniciativa, ¿a qué se debe?

Hemos intentado coger el guante de la corresponsabilidad y decir ‘no nos podemos parar’, vamos a continuar trabajando en los temas que nos preocupan. No nos podemos permitir de estar parados. Estamos muy hambrientos de una interlocución que se comprometa a llevar adelante todas estas medidas porque nos lo demanda el día a día.

Precisamente, quería preguntarle si cree que ante esta situación de inestabilidad política no sería necesario que hubiera una política sanitaria única, que la sanidad fuese una cuestión de estado y no una cuestión de partidos.

"Las comunidades autónomas trasponen contenidos de directivas europeas con interpretaciones en muchos casos opuestas"

Has dado en el clavo. Sanidad hay una, y tendría que haber un denominador común que estableciera unos criterios mínimos básicos para todas las comunidades autónomas. Distinto es el hecho de que cada comunidad autónoma desarrolle, en base a estos mínimos y en función de su idiosincrasia, las que crea oportunas. 17 subsistemas sanitarios no son viables si nos encontramos ante una realidad como la que estamos viviendo, donde las comunidades autónomas trasponen contenidos de directivas europeas con interpretaciones en muchos casos opuestas. Donde hay incompatibilidades en Galicia y en otro sitio no se contemplan, donde se persigue la laboralización en unos sitios y en otros territorios se permite. O sea, creamos una discriminación entre pacientes, profesionales, y lo que hacemos es que el ciudadano español dependa de en qué comunidad autónoma se encuentre para recibir un trato y otro. Yo creo que es perfectamente viable que 17 subsistemas sigan adelante con un denominador común, una legislación marco que garantice que todos los ciudadanos españoles pueden ser atendidos por una misma realidad.

O sea, que en cierto modo tendría que haber una recentralización de la sanidad.

No entraría en el tema de centralización o descentralización. Nuestro Estado está configurado, es un Estado de autonomías, y ya tenemos una ley general básica. Esa ley nos empodera para poder hacer una legislación marco básica en la que esos 17 subsistemas puedan llegar a un objetivo común, pero cada uno de la manera que crea oportuno. Pero hay que establecer una  continuidad asistencial. No es un problema de centralizar sino de homogeneizar.

Uno de los temas más sonados estas últimas semanas es el registro de jornada laboral. ¿Tienen intención de pedirle al próximo Gobierno que haya un registro de jornada específico para los sanitarios dada la particularidad de su oficio?


Así es. No estamos en contra de la medida, pero sí estamos en contra de los criterios de aplicación. La idiosincrasia del sector sanitario es particular, es un sector que está sujeto a intervenciones quirúrgicas que no sabes qué te van a deparar, que implica un alargamiento de jornadas en algunos casos, cambios de guardias en otros y una serie de situaciones en las que tienes que responder a las necesidades vitales del paciente. Algunas especialidades médicas y profesionales sanitarios no deberían estar sujetos a estas medidas de registro. No será el caso quizá de un administrativo sanitario, pero a un instrumentista, un cirujano o un gerente no podemos atarlo a un registro de horario de reloj.

Cristina Contel ha afirmado que la sanidad privada no se ha sentido "bien tratada" por el Gobierno de Pedro Sánchez.


Otro de los frentes abiertos que tiene ASPE es la entrada de la sanidad privada en la Red Nacional de Donación de Trasplantes. ¿Qué últimos avances se han producido en las conversaciones entre ASPE y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)?

Hemos firmado un acuerdo de colaboración con la ONT y la verdad es que estamos muy contentos. La OMS recomienda un modelo como el español, pionero a nivel mundial por su elevada captación y realización de procesos de trasplantes. Lo que hemos hecho es poner los recursos del sector sanitario privado a de la sanidad pública para contribuir en la captación de donantes de órganos, en la extracción de los órganos y su preservación. Para poder llevar a cabo estas tareas va a ser necesario cumplir una serie de requisitos que se están especificando en los grupos de trabajo. Entre ellos se encuentran la existencia de profesionales cualificados, centros con equipamientos que permitan este tipo de tratamiento y que todo el trabajo se lleve a cabo bajo la supervisión de los coordinadores de trasplantes de las comunidades autónomas y bajo el paraguas de la ONT.

¿Quién va a determinar hasta dónde puede llegar cada centro? ¿La ONT y ASPE o las comunidades autónomas?

La ley ya exige una serie de características. Lo que se va a hacer ahora es ver qué centros cumplen esas características, pues habrá hospitales que simplemente podrán estar en tema de captación y formación, y otros que puedan participar en la extracción. A día de hoy, ya hay hospitales privados que se dedican a esto. Lo que pasa es que se hacía de una forma no oficializada, informal, y este convenio pretende poner luz y taquígrafos a los centros que cumplan con los requisitos que la ONT entiende oportunos, bajo la coordinación de la comunidad autónoma.

¿Y en qué otros ámbitos cree que la sanidad privada debe de dar un paso adelante como lo ha dado ahora en el ámbito de los trasplantes?

Asignaturas pendientes tenemos muchísimas. Una asignatura importantísima que tenemos delante  es a la que te referías cuando comentabas el cambio de paradigma, la atención a la cronicidad del ámbito sociosanitario. Aquí hay mucho por hacer y estamos dispuestos a colaborar en la medida que podamos.

¿Serán algún día los médicos de la sanidad privada también considerados autoridad como ocurre con los de la pública?

Este es un estigma más. El médico es un profesional, no hay médicos públicos y privados. Hay médicos que prestan sus servicios profesionales en el sector público o en el sector privado, y creo que ello no debe ser motivo de discriminación. Es una medida absolutamente loable el hecho de que se proteja de las agresiones a los profesionales sanitarios, como también existe la protección de determinados docentes en el ámbito de la educación. Pero debería ser una protección para el profesional, sin importar el ámbito de su trabajo. De no hacerlo así incurrimos en una discriminación insostenible y que no atiende a razón alguna.

Cristina Contel: "no es comprensible que desde fuera se reconozca la excelencia de nuestra sanidad y desde dentro intentemos contentar algunas propuestas populistas que no tienen recorrido".



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