AXA parece haberse dado cuenta ahora que fumar es malo para la salud y ha decidido no volver a invertir más en el sector del tabaco, tal y como lo ha anunciado recientemente. La aseguradora francesa, que ha estado apostando por este campo durante años mientras basaba buena parte de su negocio en asegurar la salud de sus clientes, ha tomado la decisión en base a una obviedad: “fumar representa la mayor amenaza para la salud a nivel mundial”.
Por ello, ha optado por desprenderse “inmediatamente” de todos sus activos vinculados con esta industria (cuya valoración alcanza los 1.800 millones de euros), y de todas las acciones en empresas tabacaleras. Asimismo, la entidad ha anunciado que dejará de invertir en bonos corporativos relacionados con este mundo y se deshará de su actual cartera de deudor (cuantificado en unos 1.600 millones de euros).
Bastante tarde se ha dado cuenta AXA del mensaje contradictorio que mandaban a la sociedad, en general, y a sus asegurados, en particular. Por un lado, la compañía siempre se ha vendido como “una solución en la prevención de la salud de nuestros clientes”, tal y como ha manifestado su viceconsejero y responsable del negocio global de salud Thomas Buberl. Pero, por otro, ha mantenido durante todos estos años las inversiones en una industria que solo perjudica el bienestar de los ciudadanos.
Además, en una vuelta de tuerca, AXA asegura que la operación de desinvertir tiene un coste para la compañía, sin reparar en el coste económico y humano que ha tenido para la sociedad las inversiones en el sector tabacalero procedentes de una entidad que, supuestamente, apuesta por la salud.
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