Redacción. Madrid
Transparencia en el buen gobierno es un elemento esencial para el funcionamiento de una fundación empresarial o familiar. Sin embargo, no todas las compañías aplican los criterios suficientes para conseguirlo.
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Iñaki Ereño y Jean-Paul Rignault.
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AXA y Sanitas son unos ejemplos contrapuestos de ellos, según el último informe de ‘Transparencia y buen gobierno en la web de las fundaciones españolas’ de Compromiso Empresarial. La primera se perfila como la aseguradora más opaca del mercado, ya que se sitúa casi al final de un ranking compuesto de hasta 65 compañías.
En la séptima edición de su informe, Compromiso Empresarial evalúa aspectos como la publicación en la web de la información de contacto, la misión, la descripción de programas y actividades, la información sobre directivos, personal y patronato, el gobierno de la fundación, la información económica y la medición de resultados más importantes.
En concreto, AXA ocupa el puesto número 7, empezando desde abajo, con una puntuación de 5 sobre 16, situándose solo por delante de Sacyr, Vocento, la Fundación Juan Miguel Villar Mir, Coca Cola, Carrefour y el Atlético de Madrid. Pero no solo eso. La compañía que dirige Jean-Paul Rignault se cuelga ‘la medalla’ de ser la única del ámbito sanitario que suspende en transparencia y se queda con el título de ‘opaca’.
A diferencia de AXA, Sanitas se sitúa por encima de la media y se mantiene en el puesto 19, con 13 puntos en transparencia de los 16 posibles. Este nivel le otorga a la entidad de Iñaki Ereño el sobrenombre de ‘Transparente’ al haber superado los 12 parámetros que marca la auditoría impulsada por Compromiso Empresarial. En este apartado también le acompañan otras tres compañías aseguradoras: Mutua Madrileña, Mapfre y Caser.
Lilly, la compañía sanitaria menos translúcida
El informe de Compromiso Empresarial también recoge el apartado de ‘Translúcido’, es decir, el campo que engloba a aquellas compañías que no son totalmente opacas pero que tampoco han obtenido una puntuación suficiente que las convierta en excelentes. En este punto, Lilly se perfila como la empresa relacionada con el sector sanitario menos translúcida (con 8 puntos de los 16 que podría conseguir en total). Por encima de ella se sitúan la Fundación Jiménez Díaz y la farmacéutica Pfizer.
En total, el 33 por ciento de las fundaciones analizadas (21) han alcanzado la máxima categoría de transparencia, mientras que el 27 por ciento han ido a parar al apartado de traslúcidas y un 40 por ciento –la gran mayoría- en el de opacas.
Asimismo, el informe insiste en que algunos de los documentos que figuran en las webs de las fundaciones como códigos de gobierno no lo son, al no incluirse en los mismos orientaciones sobre el funcionamiento y responsabilidades básicas del patronato. Esta iniciativa se refiere, por ejemplo, a la determinación de las responsabilidades del patronato, los deberes de diligencia y lealtad del mismo, la declaración y gestión de los posibles conflictos de intereses, el funcionamiento de las comisiones y la evaluación del desempeño del propio patronato.
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