Los
avances en genética, técnicas de imagen y bioinformática permiten dar un salto cualitativo en el ámbito de la prevención y la detección precoz del
cáncer de mama.
Nuevo abordaje para prevenir cáncer de mama en Ascires.
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En los últimos años, la generalización de los programas de cribado (
mamografías periódicas) ha incrementado de manera muy significativa el
diagnóstico precoz. Sin embargo, la nueva meta es evaluar el riesgo individual de la mujer a sufrir esta enfermedad y realizar un seguimiento personalizado y preciso de su salud mamaria, dado que
1 de cada 8 mujeres padece cáncer de mama a lo largo de su vida.
Este es el
nuevo enfoque que plantea la Unidad de Mama de Ascires Grupo Biomédico, centrado en maximizar la precisión de las técnicas de cribado y detectar las células cancerígenas más incipientes. El abordaje consiste en evaluar, en una primera visita, todos
los factores de riesgo que propician la aparición de la enfermedad, con el propósito de obtener la predisposición individual de la mujer a padecer un tumor mamario. El riesgo específico calculado para cada mujer
define su patrón personalizado de revisiones a seguir.
No solo cuestión de genes
Si bien es cierto que la presencia de alteraciones genéticas eleva el riesgo de manera significativa, los cánceres de mama hereditarios asociados a mutaciones en un único gen (
BRCA1 y BRCA2) son menos del 10% del total. “El resto, más del 90%, son provocados por
múltiples factores, donde intervienen diversos genes y otras causas, como las
hormonales, ambientales, familiares o los hábitos de vida”, argumenta el responsable de la Unidad de Mama Ascires,
José Carlos Gordo.
Con el propósito de analizar todas estas variables y establecer el riesgo individual de la mujer a desarrollar cáncer a lo largo de su vida, Ascires dispone de la prueba
BrecanRisk, testada científicamente con más de 2.000 mujeres y que ha recibido numerosos reconocimientos -entre ellos de
la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (Sespem)-. Se trata de un test no invasivo que, a través de algoritmos informáticos, combina la información de las pruebas de diagnóstico por imagen con las características genéticas y biológicas de la paciente, así como con su historial clínico y familiar. Una
valiosa información que permite intensificar el seguimiento de la paciente con estudios combinados de imagen (mamografía y resonancia magnética) en los casos identificados de
riesgo elevado.
Además, en la
Unidad de Mama de Ascires se realiza una valoración integral gracias al trabajo multidisciplinar de los diferentes profesionales que intervienen en la salud mamaria, entre los que se encuentra un amplio equipo de especialistas:
ginecólogos, genetistas, radiólogos, oncólogos médicos, especialistas en Anatomía Patológica, cirujanos, oncólogos radioterápicos, psicólogos, rehabilitadores y
especialistas en Medicina Nuclear.
Resonancia magnética, máxima fiabilidad
Respecto a las pruebas de imagen, existen factores morfológicos que demuestran la conveniencia de extender el uso de la resonancia. Las mujeres jóvenes tienen una mayor densidad de tejido mamario, mientras que en mujeres de edad más avanzada el tejido glandular se reduce a la mínima expresión y es sustituido por grasa. “La alta densidad mamaria, propia de mujeres jóvenes, dificulta la observación de lesiones malignas en la mamografía.
La fiabilidad del mamógrafo, que es elevada en mujeres mayores de 45 años, disminuye en la detección de tumores en mujeres jóvenes. En cambio, la resonancia magnética nos ofrece una gran precisión en cualquier edad y con menos influencia de la cantidad de tejido glandular de la paciente”, añade
el radiólogo José Vicente López Mut.
Así, el uso de la resonancia magnética es una parte clave del nuevo abordaje de Ascires para incrementar la precisión diagnóstica, especialmente en casos complejos. “La resonancia tiene una sensibilidad que prácticamente duplica a la de la mamografía a la hora de detectar lesiones malignas. Además, permite detectar tumores en las fases más iniciales, cuando son de menor tamaño (de una media de 9 milímetros, frente a los 18 milímetros de la mamografía) y antes de que provoquen afectación en los
ganglios axilares. Esta realidad, que hemos podido comprobar gracias a nuestra
experiencia de 50 años en diagnóstico por imagen, ha sido ya avalada por diversos estudios científicos”, defiende el responsable de la Unidad de Mama de Ascires. La exactitud y la anticipación a la hora de establecer un diagnóstico son
aspectos fundamentales en el desarrollo y pronóstico de la patología.
La rapidez, clave para disipar dudas
Más allá de la patología tumoral, que por su gravedad es la que más preocupa, la Unidad de Mama de Ascires también ofrece una atención integral de todas las alteraciones mamarias y enfermedades asociadas. La agilidad asistencial es fundamental para disipar dudas: “La rapidez diagnóstica es clave tanto para descartar posibles tumores como para detectar
lesiones malignas en fases incipientes. Así, siempre que la situación lo requiere, introducimos protocolos de urgencia para que la mujer sepa cuál es su situación en el menor plazo de tiempo posible”, apunta el especialista. De esta forma, la paciente dispone de los
primeros resultados diagnósticos en el mismo día (24 horas) y centro.
De hecho, la gran mayoría de casos que se tratan en consulta son identificados como patologías benignas (mastopatías), que incluyen inflamaciones, quistes, traumatismos o papilomas, entre otros. “Descartar problemas mayores aporta tranquilidad, de ahí nuestro objetivo de ofrecer diagnósticos ágiles y precisos. La tecnología avanzada de Ascires y nuestra
elevada especialización nos permiten realizar un estudio integral de la mama, tanto de la glándula mamaria como del tejido no glandular”, apunta el responsable de la Unidad de Mama. Aparte de la resonancia, la termografía o la flujometrí
a láser-doppler, con especial utilidad para el estudio de la vascularización e inflamación de la piel, son técnicas disponibles en Ascires.
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