La
integración de la sanidad privada en la red nacional de donación de órganos se plantea como un proyecto a largo plazo y sin fecha final en el horizonte. Tal y como detalla la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT) a
Redacción Médica, el marco colaborativo con los centros de titularidad privada se desarrolla lentamente en cada comunidad autónoma. Actualmente, hay tres que se encuentran a la cabeza:
Andalucía, Baleares y Cataluña.
"El marco de colaboración con los hospitales privados
se va desarrollando paulatinamente en cada comunidad autónoma, ya que son ellas las que incorporan a los diferentes centros en sus programas de donación", explican desde el organismo. Por tanto, es un proyecto a largo plazo para el cual
no se han fijado fechas específicas.
Estas tres mencionadas han dado un paso hacia delante en este aspecto. "Las CCAA que han podido avanzar más en este tema son aquellas en las que, en general, la
sanidad privada está más implantada, destacando
Andalucía, Islas
Baleares y
Cataluña", detallan desde el organismo dirigido por
Beatriz Domínguez-Gil.
Precisamente, estas dos últimas regiones pertenecen al top 3 con mayor penetración del seguro privado de salud en España, en ambos casos con más de un 30 por ciento, según el estudio '
Sanidad privada, aportando valor', de la Fundación IDIS.
A fin de cuentas, la
colaboración de la sanidad pública y privada es "difícil", tal y como reconocen en la ONT, pues se requiere de la firma de convenios entre centros de ambas titularidades con compromisos "no siempre fáciles de ejecutar con los recursos de los que se disponen". En este punto, recuerdan que en los hospitales privados no existe la figura del
coordinador hospitalario de trasplantes, lo que dificulta la detección del donante y, por tanto, el posterior mantenimiento para que la donación sea posible.
5% de donantes de la privada
El pasado mes de septiembre, la ONT fijó una línea de meta en la
donación de órganos en el ámbito privado: que el porcentaje precedente alcance
el cinco por ciento del total en España, tal y como señaló su directora a este medio. Tampoco han limitado esta cifra a un momento concreto. "Es un hito que
no tiene una fecha específica, el trabajo se va a ir desarrollando lenta y progresivamente con el objetivo claro que es
normalizar la donación en centros privados y que esta opción se pueda ofrecer al final de la vida, tanto en la sanidad pública como en la privada", especificó.
En el
balance de trasplantes de 2022 se registró actividad de donación de órganos en
21 centros privados, con 53 donantes, lo que representa el 2,4 por ciento de ese año. La mayor parte de las donaciones fueron realizadas en
centros catalanes y madrileños, alcanzando un total de 130 trasplantes de todo tipo de órganos.
"En el año 2022 vivimos un
discreto incremento de donantes de órganos que se habían facilitado por parte de la privada, pero es un programa que va despacio porque es un trabajo de años que se irá consolidando progresivamente y cada
región está haciendo esfuerzos para autorizar determinados centros", detalló.
Acuerdo ONT-ASPE
Toda esta cuestión se remonta a 2019, cuando el
protocolo elaborado por la ONT y la Alianza de la Sanidad Privada Española (
ASPE), cuyo objetivo buscaba que la privada entre en la red nacional de donación de órganos, recibió el
apoyo unánime de las comunidades autónomas, con la aprobación por parte de la
Comisión Permanente de Trasplantes del Consejo Interterritorial. Con la entrada de la privada en esta red se partía de dos posibles roles: detectores de oportunidad de donación y la extracción de los órganos.
A partir de ese momento,
el peso recaía en las comunidades autónomas, encargadas de trabajar para determinar qué hospitales eran aptos para su incorporación, además de tantear el nivel de voluntad de los mismos por sumarse. Además, los
trabajadores del Sistema Nacional de Salud (
SNS) implicados en los equipos de trasplantes autonómicos fueron los primeros en conocer el
funcionamiento de dicho protocolo y, antes de que acabara ese año, los sanitarios de la pública comenzaron a conocerlo.
Con la llegada de la pandemia del covid, las líneas de trabajo se vieron interrumpidas. Ya en 2022,
Domínguez-Gil apuntó a este periódico que el impacto de todo el trabajo no se verá hasta 2025 o 2026.
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