El Día Mundial del Cerebro se celebra este sábado, 22 de julio, con el fin de promover la necesidad de crear conciencia sobre su potencial, riesgos y prevención de las enfermedades neurológicas. Estas patologías son altamente prevalentes: una de cada tres personas en el mundo padece algún tipo de trastorno neurológico. Además, son también la primera causa de discapacidad y la segunda causa de mortalidad, datos que recoge la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Según esta misma sociedad, las enfermedades neurológicas afectan a más de siete millones de personas en España. Sólo el ictus es ya la segunda causa de mortalidad en España y nueve de las 15 enfermedades más frecuentes entre las personas que tienen reconocida una discapacidad en España son de carácter neurológico. En esta entrevista, Javier López del Val, neurólogo de la Clínica HLA Montpellier, explica cómo es posible tener un cerebro sano.
¿Qué patologías afectan con más frecuencia al cerebro y qué pruebas se realizan para detectarlas?
Hay numerosas patologías que pueden afectar y afectan al cerebro, pero posiblemente la más frecuente sea la vascular cerebral (accidentes vasculares cerebrales o ictus) que se detectan clínicamente y se confirman con estudios de TAC o resonancia nuclear magnética cerebral. Le siguen en frecuencia y prevalencia las cefaleas o migrañas, que también se diagnostican por historia clínica y que se confirman descartando otras patologías intracraneales con TAC o RMN.
También hay un amplio grupo de enfermedades degenerativas (demencias, Parkinson, parkinsonismos, epilepsia, infecciones del sistema nervioso central, cualquier tipo de traumatismo junto con superamplio, etc.) a las que se llega por historia y exploración y para las que las pruebas complementarias son solo para confirmar la sospecha clínica que ya establece el neurólogo.
¿Es realmente posible que nuestro cerebro ayude a curar una enfermedad o hablamos del efecto placebo?
El cerebro no cura enfermedades, pero sí que existe una llamada "plasticidad" que hace que las neuronas supervivientes aprendan la función de las que han muerto o degenerado. La capacidad de recuperación o rehabilitación es variable, siempre en función del tamaño cerebral destruido o afectado. Se está en camino de mejorar esta plasticidad a través de diferentes terapias (estimulación eléctrica cortical, ultrasonidos, etc.).
¿Seguimos generando o regenerando neuronas también durante la edad adulta?
Los estudios actuales nos confirman que sí, pero cada persona debe poner los medios para conseguir una "regeneración", es decir, debe ampliar el número de conexiones neuronales y dar más conectividad a las mismas: estudiando o leyendo. Es decir, ampliando constantemente los conocimientos durante toda la vida.
¿Es necesario realizar ejercicios mentales específicamente diseñados para el entrenamiento cognitivo, o existen actividades cotidianas al alcance de todos?
Todas nuestras actividades deben memorizarse y guardarse en nuestro cerebro (hablar un idioma, caminar, correr, calcular, etc.). El paciente que va perdiendo estas capacidades debe seguir "estudiando" o "entrenando" para no perder e incluso recuperar lo perdido.
La capacidad del cerebro para compensar el deterioro asociado al envejecimiento depende en parte de la reserva cognitiva y cerebral. ¿Cuáles son las actividades más indicadas para aumentar nuestra reserva cognitiva? ¿Son del mismo tipo que las indicadas para entrenar el cerebro?
Cuanto más llenemos nuestro ordenador (cerebro) desde la infancia, más capacidad de reserva tendremos en el futuro. Pero si aun así se va perdiendo por la incidencia de determinadas enfermedades destructoras de neuronas, la actitud es seguir trabajando esa memoria de forma continuada para retrasar dicha pérdida.
Un estudio coordinado por el Instituto de Neurociencias de la Universitat Autónoma de Barcelona (INc-UAB) corrobora que existe una mejora cognitiva derivada de la dieta. ¿Qué tipo de dieta recomienda Ud., como especialista en la materia, para cuidar el cerebro?
Es curioso que se hable de eso en un país en el que casi hemos inventado la dieta mediterránea. Toda dieta variada (carnes, pescados, verduras, frutas, etc.) sin tóxicos adicionales (alcohol en exceso, comida en exceso, etc.) y un adecuado ejercicio físico continuado nos ayuda a mantenernos física y psíquicamente en forma.
Aunque la demencia es muy prevalente entre la gente mayor, la ansiedad y la depresión constituyen la causa número uno de discapacidad a partir de los 50 o 60 años. ¿Qué estrategias e iniciativas recomienda para prevenir la pérdida de la salud cerebral?
En muchas ocasiones la depresión es una causa de un aparente deterioro cognitivo (el paciente está encerrado en sí mismo y se aísla del exterior) y por supuesto las enfermedades psiquiátricas son otro amplio grupo que contribuye al mal funcionamiento cerebral. Este apartado podrá solucionarse cuando se tenga un mayor y mejor conocimiento de cómo funciona la neurotransmisión cerebral y las sustancias químicas que producen las neuronas de las que hoy sabemos todavía poco. La dopamina mejora la movilidad y el control del movimiento, la serotonina mejora el humor y el ánimo, pero no podemos ni imaginarnos cuántas más están alteradas en enfermedades psiquiátricas y neurológicas. Su conocimiento nos permitirá curar muchas de estas enfermedades.
En cuanto a iniciativas, insisto en seguir ampliando el conocimiento mediante estudios neurocientíficos del funcionamiento neuroquímico cerebral y, sobre todo, trabajo mental, dieta saludable y ejercicio físico desde la infancia suelen ser garantía de éxito.
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