"Sería una catástrofe para la sanidad privada acabar con el modelo Muface"

"Sin el modelo Muface, la privada no habría llegado a todas las partes de España porque hay territorio donde no se podría mantener. Sería una catástrofe para todo el sector privado perder este mutualismo". Así lo afirma Enrique de Porres, consejero delegado de Asisa, en un diálogo con Ángel Asensio, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid. En esta charla se tratan los nuevos desafíos a los que se enfrenta el sector sanitario, así como las reformas que necesita para hacer frente a la nueva realidad.

"Mantener modelos de financiación pública y gestión privada con implantación territorial es importante para la infraestructura privada", explica De Porres. "Nosotros ayudamos al sector público porque cuando hay problemas de sobrecarga se apoyan en esta infraestructura privada", añade. 

El papel de las aseguradoras a la hora de afrontar la pandemia junto al sistema público ha sido clave para evitar un desbordamiento mayor. Tal y como apunta De Porres, aunque este tipo de situaciones no son objeto de cobertura de los seguros porque "es imposible prever la suficiencia económica para hacerles frente", las compañías aseguradoras entendieron que había que colaborar. "Más de un 20 por ciento de la población fue atendida por la infraestructura privada. Teníamos que colaborar con la administración para mitigar el impacto de la pandemia", apunta.

De Porres también reflexiona sobre la aparición del seguro de salud en España, que se desarrolló de manera distinta al resto de Europa. "La mayoría de seguros españoles en sus orígenes estaban en manos de sanitarios y su vocación era prestar servicios. Se ofrecía asistencia sanitaria a cambio de una prima y esto se mantiene ahora", indica. "En otros sitios se devuelve dinero y la compañía aseguradora hace de intermediaria, pero el reembolso no funciona aquí", continua. 

Agravamiento de los procesos asistenciales

Una vez encontrada la vacuna y con una gran parte de la población protegida, comienzan a verse las consecuencias de esta pandemia, que hizo que los sanitarios se tuvieran que dedicar al Covid-19 de manera prioritaria y disminuyera la actividad ordinaria. Por ello, De Porres subraya el agravamiento de los procesos asistenciales que ha supuesto y la dificultad de atención a la enfermedad originaria, al enfermo crónico o la enfermedad que no se ha diagnosticado a tiempo, entre otros. Asimismo, se están registrando numerosos casos de pacientes que estuvieron ingresados por Covid cuya morbilidad se ha visto muy afectada. Todo ello también son desafíos para la sanidad privada.

Entre los retos actuales que tiene el sistema sanitario, De Porres señala recuperar la normalidad en los centros sanitarios, aprovechar la tecnología de manera más eficiente y hacer frente a los problemas financieros ya existentes relacionados con la demografía y la medicina personalizada, entre otros. Acerca de la tecnología, el consejero delegado de Asisa considera que el manejo de la telemedicina ayuda a que los sanitarios se acerquen a las necesidades del paciente y que se agilicen determinados procesos como el seguimiento domiciliario o la comunicación entre profesionales. "La innovación no es solo tener máquinas nuevas, es cambiar los procedimientos que utilizamos para acercarnos a la necesidad del ciudadano", considera.

Por último, desde el punto de vista de los seguros, De Porres opina que el sistema se tiene que adaptar a una nueva situación, donde la mayor parte del gasto sanitario se produce al final de la vida. "Las enfermedades graves ahora son crónicas, hemos aumentado la cronicidad y la esperanza de vida de las personas", afirma. Sin embargo, a pesar de que esto es una buena noticia, muchos asegurados no pueden hacer frente a su prima. De Porres indica que una solución para esto sería crear seguros colectivos, puesto que en ellos no se tarifica el riesgo individual, sino el colectivo, como en el modelo Muface.