Asisa ha cerrado con cifras récords el año 2016, especialmente, en lo que a beneficios se refiere. La compañía de la que es consejero delegado
Enrique de Porres ha sobrepasado por primera vez los 40 millones de euros que le permitirán “mantener nuestros compromisos de inversión y aumentar el volumen de actividad social para nuestros médicos”, tal y como confiesa en su última entrevista para
Redacción Médica. Pero no solo eso. De Porres aborda cómo está la privada ante el ‘asedio’ tras la publicación de la ley anticonciertos de algunas comunidades autónomas, así como su implicación en el próximo concierto sanitario de Muface y los nuevos horizontes de la aseguradora.
Enrique de Porres destaca el papel de los ciudadanos en la sanidad.
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¿Qué mejoras, en materia económica, ha conseguido Asisa en el último año?
El 2016 ha sido uno de nuestros mejores años, teniendo en cuenta que nuestra misión no es ofrecer dividendos a los accionistas y maximizar beneficios, ya que somos una empresa propiedad al 100 por cien de una cooperativa médica y nuestro objetivo fundamental en conseguir volumen de actividad para nuestros socios.
En Asisa llevamos mejorando año tras año desde que empezó la crisis, fundamentalmente, en todo lo relacionado con los coeficientes de siniestralidad. Tanto es así que en los últimos años hemos superado los 35 millones de euros en beneficio, pero en el último año hemos sobrepasado los 40 millones de euros. Esta importante cifra nos permite mantener nuestros compromisos de inversión y aumentar el volumen de actividad para los socios. En los últimos seis años hemos generado más de 250 millones de euros de beneficio, que hemos revertido a los médicos.
¿Cuál es la actual situación de la compañía dentro del mercado asegurador? ¿Cuáles son sus principales amenazas y oportunidades?
Nuestras amenazas son las mismas que tienen el resto de compañías. Somos una entidad que garantiza la cobertura de un determinado ratio de prestaciones de quienes se aseguran con nosotros. La mayor parte de las dificultades a las que se enfrentan hoy en día los sistemas sanitarios son consecuencias de la evolución de la patología, pero, afortunadamente la Medicina ha ido evolucionando tanto que las enfermedades si no se curan, se cronifican.
Por otra parte, la innovación tecnológica aplicada a sanidad se ha multiplicado de una manera exponencial y eso induce también una tendencia a que se produzca un mayor coste medio por proceso y una mayor demanda de atención. Los pacientes son cada vez más conscientes de que los sistemas sanitarios son capaces de controlar o revertir su enfermedad, lo que provoca que el gasto en asistencia sanitaria sea creciente.
Asisa, como uno de los grupos más importantes del sector asegurador y partícipe de muchísimos hospitales en España, ¿cómo valora la ‘caza de brujas’ que se está dando a la sanidad en privada en algunas regiones?
Es un error dada la situación de dificultades financieras que tienen todos los sistemas sanitarios. No tiene sentido que haya recursos sanitarios ociosos, que se hagan inversiones que luego no tienen retorno y que no haya algún criterio de colaboración en la planificación de lo que se puede hacer para tratar de resolver las necesidades sanitarias en un país.
"No tiene sentido que haya recursos sanitarios ociosos"
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En todo el mundo occidental lo que existen son sistemas sanitarios mixtos, con una colaboración permanente entre el sector público y el privado, tanto desde un punto de vista complementario, como alternativo o sustitutivo, dando posibilidades de elección al ciudadano. En las sociedades maduras y desarrolladas lo normal es ir implicando cada vez más al ciudadano en las decisiones sanitarias.
Somos conscientes que la evolución de la morbilidad hacia situaciones de cronicidad y el aumento de la edad media de vida hacen obligado que trabajemos en hacer que la gente tenga comportamientos saludables a lo largo de la vida para que todos esos años de más que van generando sean de vida plena y no dependiente. Para eso, lo normal es que se colabore y se implique al ciudadano en la toma de decisiones de a quién encomienda la protección de su salud.
¿Están más perjudicados los habitantes de aquellas regiones donde más se discrimina a la privada -como Cataluña y Comunidad de Valencia- que otras donde no se hace?
No creo. Cataluña tradicionalmente ha sido de las regiones de España donde la colaboración público-privada ha sido siempre más intensa. De hecho es donde la estructura propia del sector público es menor en proporción a la cobertura de asistencia sanitaria de la población. En esta región siempre se ha apoyado mucho en una estructura patrimonial privada pero que ha estado dando servicio a la asistencia sanitaria pública. Coyunturalmente ahora puede haber cambiado un poco la dirección política de la asistencia sanitaria, pero no se da con mayor intensidad que en otras regiones de España.
¿Qué opina de la última queja del Consejo Gallego del Colegio de Médicos, donde se hablaba de la precariedad que sufren los médicos que trabajan en las aseguradoras privadas?
En el fondo traduce dos tipos de problemas que son tradicionales en las organizaciones representativas de la profesión médica. Por un lado, el desconocimiento de la realidad de lo que es la gestión asistencial. Si la mayor parte de los médicos que trabajan en la sanidad pública recibieran su retribución en base a un baremo de actos como el que funciona en la privada, la mayoría de ellos ganarían más de lo que ganan. ¿Eso quiere decir que las retribuciones de los médicos del sector público son injustas? Es algo muy relativo. Normalmente las retribuciones tienen que ver con la capacidad que tiene el sistema de generar recursos.
Enrique de Porres, en un momento de la entrevista.
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En el sector privado pasa lo mismo, porque hay una parte de la actividad que se realiza dentro de instituciones sanitarias hospitalarias, en donde una parte importante del personal está retribuida por salarios. Y eso siempre es algo que corresponde a un contrato que se ha firmado entre dos partes. Fuera de las instituciones hospitalarias, en el sector privado, la mayor parte de las relaciones se basan en contratos de arrendamiento profesional, es decir, son contratos mercantiles, no están basados en la legislación laboral. Y normalmente se retribuye la actividad en función de unos criterios de reparto del dinero que se genera a través de las primas.
Decir que los baremos de un honorario son bajos o son altos sin decir qué número de actos se hace en cada año, es no decir nada. Lo que sí podemos acreditar desde el sector de las aseguradoras es que todos los años, sin aumentar el precio unitario del acto, se hacen más actos, con lo cual, aun manteniendo el precio del acto igual, crece el volumen de dinero que va a honorarios médicos.
Entiendo que esta crítica ha sido exagerada por parte del Consejo de Médicos Gallegos.
Eso es lo que nos parece. Somos una entidad que no tiene como objetivo fundamental maximizar el beneficio, sino conseguir que aumente año a año el nivel de calidad de las prestaciones a los pacientes. Somos médicos y para nosotros lo importante es la calidad de las actuaciones ante el paciente y eso lleva como contraprestación que los profesionales que atienden a los pacientes se fidelicen con nosotros y quieran mejorar ese nivel de atención. Eso no se produce como, según se desprende del planteamiento del Consejo General, se sienten maltratados. Si fuese así, no podríamos conseguir mejorar cómo lo hacemos cada año. Estaríamos tirando piedras contra nuestro propio tejado.
¿Son más eficientes los médicos que trabajan en la privada, porque lo hacen con baremos y honorarios, que los que trabajan en la pública?
"Sería lógico que el próximo concierto sanitario de Muface durase tres años"
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No, para nada. El profesional sanitario trata de dar lo mejor de sí mismo cuando está delante del paciente, tanto en el sector privado como en el público. Las diferencias son más organizativas. A mí me parece que los gestores del sector público son excelentes en general porque tienen unas limitaciones para poder desarrollar la actividad que no tiene el gestor en el centro privado.
La Ley de Contratos del Estado dificulta mucho la capacidad de respuesta ágil de un gerente de un hospital, a diferencia de lo que ocurre en el sector privado. Eso nos da unas posibilidades de adaptación que el sector público no tiene. Si nosotros tuviéramos que tener las rigideces a la hora de contratar y a la hora de mantener vinculados a un determinado puesto a los profesionales, tendríamos muchas más dificultades para gestionar. No depende tanto de la actuación concreta del profesional sino de la capacidad organizativa del sistema.
¿Qué previsiones tiene Asisa para el próximo concierto del mutualismo administrativo (Muface, Mugeju e Isfas)?
Estamos en el proceso de tratar de conseguir que la Administración sea sensible a la situación actual. Este es un tema que tiene sus dificultades, ya que desde hace ya dos conciertos, Muface encaminó a través de la Ley de Contratos del Estado.
Anteriormente las mutualidades ponían en circulación un concierto singular basado en sus propias capacidades regulatorias, es decir, cada una ponía encima de la mesa un convenio que estaba enmarcado en las competencias que tenía. ¿Qué suponía eso? Pues que tenían más flexibilidad a la hora de poder cerrar el contenido del concierto. Al ir a través de la Ley de Contratos del Estado, las posibilidades que tiene la Administración de reunirse con la otra parte son menores.
El consejero delegado de Asisa explica las previsiones del grupo para los próximos años.
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Se negocia menos, digamos.
Claro, no hay posibilidades de negociación. La Administración hace un concierto y el que quiere lo firma y el que no, no. Esto supone que los conciertos de prestación de asistencia sanitaria se compliquen a la hora de estructurar el cómo acceder a los servicios, dónde posicionar la asistencia hospitalaria o la asistencia primaria…
De otra parte, llevamos años con una insuficiencia de las primas en relación a la cobertura. En el caso concreto del mutualismo administrativo, llevamos bastantes años en donde lo que se nos pide a cambio de la prima es incluso más de lo que da el propio sector público. Y resulta que la financiación que llega al mutualismo administrativo es un 40 por ciento más baja que la financiación media que tiene el sistema público, y a día de hoy, dar eso no es nada fácil.
¿Le compensa a Asisa seguir en el mutualismo administrativo viendo la actual situación?
El último borrador de concierto que nos ha llegado incluye, de nuevo, más exigencias que la anterior y no parece que la actualización de la prima vaya a ser suficiente para cubrir esas exigencias.
¿De qué tipo de exigencia hablaríamos?
Ahora mismo la situación es un poco complicada porque estamos tratando de hacer llegar a la Administración la preocupación de que tal y como se están poniendo encima de la mesa estas cuestiones, sería muy difícil firmar el nuevo concierto.
Asisa, es una empresa propiedad de una cooperativa de médicos y su primera obligación es conseguir volumen de actividad para ellos. Esto significa que nuestra primera intención siempre es vincularnos a los conciertos con la Administración porque es un volumen de actividad garantizado para los médicos de la cooperativa. Por lo tanto, desde un punto de vista conceptual, nosotros siempre estamos interesados en firmar los conciertos.
¿Y, concretamente, este próximo concierto?
Depende de las condiciones, porque si le ponen a uno un papel que no se puede firmar, pues no se puede firmar, aunque uno quiera. Por eso, nuestra primera intención, y de hecho es en lo que estamos siempre, es en tratar de hacer llegar a la Administración cuáles serían los mínimos qué habría que cambiar para que pudiéramos firmar el convenio y ahora mismo estamos en esa tesitura.
¿Qué mínimos debería tener este nuevo concierto para Asisa que suponga una mejora?
Deberían de tener serían parecidos a los del concierto anterior. Si el anterior hemos sido capaces de firmarlo y de sacar adelante nuestras cuentas a pesar de haberlo firmado con una prima insuficiente, podremos ahora.
¿Y debe el próximo convenio pasar de 2 a 3 años, es decir, aumentar su duración?
Sería lo lógico. Para acomodarse a los cambios que hay en sanidad, las inversiones no se pueden hacer solo para un año. En las concesiones públicas que se han hecho en estos últimos años para ceder la gestión de la asistencia sanitaria pública al sector privado han sido de 15 años –en el caso de la Comunidad Valenciana- o incluso de 30 –en el caso de Madrid-.
Nosotros preferiríamos que los conciertos fueran a más largo plazo, pero también con algún matiz, siempre que la actualización de la financiación tuviera sentido. Porque claro, si le hacen como nos han hecho en el último concierto, que el primer año sube un dos por ciento pero los años siguientes nada, prefiero tener un concierto de un año.
¿Se debería la asistencia sanitaria que tiene el mutualismo administrativo a otros colectivos o, incluso, a la población general?
Sería razonable, teniendo en cuenta la situación actual y, sobre todo, teniendo en cuenta que todos los expertos dicen que los costes asistenciales van a seguir incrementándose de una manera importante a lo largo de los años.
"Somos expertos en todo lo relacionado con la gestión de la asistencia sanitaria"
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Desde un punto de vista de eficacia económica, externalizar la gestión de la asistencia sanitaria al sector privado resulta más barato. Si no hubiera experiencias en ese sentido, se podría discutir más. Pero es que en España tenemos las experiencias de las concesiones administrativas que han dado un resultado excelente desde el punto de vista de la población, del coste económico, de la calidad... Y le han permitido ahorrar dinero a la Administración para poderlo dedicar a su gestión directa o a otros servicios públicos.
Entonces, cuantas más fórmulas se encuentren para prestar los servicios públicos de una manera económicamente más racional, me parece mejor. Y desde luego la colaboración con el sector privado, una de las cosas que le garantiza la Administración es que puede hacer lo que hace a un coste menor.
¿Cuáles son los nuevos horizontes de la compañía de cara a los próximos años? ¿Tiene previsto Asisa entrar en el accionariado de algún que otro hospital? ¿Entrará en otros países?
Cuando se está vivo, la tendencia natural es crecer y desarrollarse. Nosotros estamos convencidos de que la única forma de supervivencia a largo plazo es conseguir diversificar la actividad de lo que hacemos, aunque nuestra especialización es el sector salud, pero es un sector cuya rentabilidad económica es baja y su necesidad de inversión, alta.
Por lo tanto, queremos allegar recursos a la actividad que puedan permitir que consigamos rentabilidades más altas que en el sector sanitario. Desde hace años, nuestra asamblea ha decidido que diversifiquemos, y pasamos de ser una compañía puramente de seguros de salud, a hacer ida, decesos, accidente… Y en esa línea vamos a continuar en la medida en que podamos ir estructurando la cobertura de otras actividades. Es decir, Asisa ya es más una compañía multirramo que una compañía de salud solo. Aunque su cuore fundamental sea los seguros de salud.
Actualmente tenemos 15 clínicas propias, muchos centros de diagnósticos de tratamiento y de asistencia sanitaria distribuidos por el territorio y más de 70 empresas vinculadas a la matriz. Somos expertos en todo lo relacionado con la gestión de la asistencia sanitaria. Y eso ha propiciado que empecemos a desarrollar actividad fuera de España porque lo podemos hacer con algunos ramos de seguros que en otros países no están tan evolucionados.
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