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"La derecha es más consciente del papel que juega la privada en el SNS"

Los cambios políticos que se han producido en España han afectado a la relación de este sector con las Administraciones

Cristina Contel, presidenta de la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP).

28 mar 2016. 16.00H
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POR @CRISTINAALCALAL
Miguel Fernández de Vega
Cristina Alcalá / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
La sanidad privada está viviendo un periodo muy convulso. Los cambios políticos que se han producido en España (tanto a nivel autonómico como central) han afectado irremediablemente a la relación de este sector con las Administraciones sanitarias -en algunos casos, como Cataluña o Comunidad Valenciana, a peor-. Cristina Contel, cabeza visible de la Federación Nacional de Clínicas Privadas y la Asociación Catalana de Entidades de la Salud evalúa en una entrevista a Redacción Médica cómo queda la privada en España, en uno de los años que más concentraciones y fusiones empresariales ha tenido.

2015 ha sido un año político. ¿Cómo ha afectado a la sanidad privada el cambio de sillas en la gran mayoría de las comunidades?

Esta situación continúa siendo una incógnita para este sector a la espera de tener un Gobierno central, aunque en algunas comunidades autónomas ya se han ido despejando esas dudas y sabemos cómo está afectando ya está afectando a la privada.

La relación de la privada con el nuevo consejero catalán.

En Cataluña, en concreto, ¿la sanidad ha ido a peor tras el nombramiento del último consejero?

Tanto Antoni Comín, consejero de Salud, como David Elvira, director del Servicio Catalán de Salud (Catsalut) son muy coherentes con su ideología y, sorprendentemente, muy dialogantes y próximos si lo comparamos con el anterior equipo de Gobierno. Pero nos preocupa la criminalización que se hace a las entidades con ánimo de lucro en el sector sanitario en esta comunidad. Con todo ello, creo que ambos son muy conocedores de la importancia y la necesidad de las entidades sanitarias privadas en Cataluña.

¿Esa ideología tan marcada por parte de la nueva Administración perjudica a los centros privados en Cataluña?

Nos encontramos con dos ámbitos muy diferenciados y que preocupa especialmente a la privada en esta autonomía. Por un lado, la realización de actividad privada en centros públicos. Es un asunto que nosotros venimos denunciando y parece que frenarlo no es una prioridad de este departamento, sino bien al contrario. El consejero opina que el beneficio que puedan generar con este sistema les sirve para pagar las pagas ‘extra’ de Navidad, aunque es una argumentación muy débil. Si la finalidad es reinvertir el beneficio en la pública, tenemos un problema grave, porque se criminaliza el ánimo de lucro y nos olvidamos que la esencia del modelo mixto catalán es esa colaboración público-privada.

Por otro lado, está la desconcertación, un instrumento arrojadizo en Cataluña. Pero, ¿qué entendemos con privatizar la sanidad? Si es lo que se ha hecho en estos últimos años, es decir, reconvertir camas y actividad de pública a privada, estoy de acuerdo con el consejero, porque se ha hecho por y para la pública y la privada ha sido un agente externo.

¿Cree que Comín terminará la legislatura?

Sí, porque simplemente se está limitando a canalizar lo que en su día se negoció entre los partidos políticos para que se asumiera por parte de la Consejería de Salud.

¿Puede Salud no contar con la actividad privada concertada en la comunidad?

Es bastante complejo el sistema sanitario mixto en Cataluña. Hasta el momento, las concertaciones se han hecho con dos hospitales en concreto -el General y la Clínica del Vallés- para la asistencia de agudos. El Consejo de Dirección de la Asociación Catalana de Entidades de la Salud (ACES), la cual también presido, votó en contra de la expulsión de estos dos centros de la red asistencial. Una cosa es lo que se pretende hacer y lo que se puede hacer por coherencia, especialmente si no se tienen recursos.

Cristina Contel en un momento de la entrevista en el plató de Sanitaria 2000.


¿En qué situación queda el tercer centro que quieren expulsar: el Sagrado Corazón?

Esta entidad tiene una población de referencia y, junto a las dos anteriores, se les ofreció desde la Administración entrar en el modelo sanitario. Por tanto, por coherencia y porque fueron ellos los llamados, deberíamos revisar esta decisión y no entrar en demagogia.

¿Cómo afecta al paciente esta situación?

En referencia al Sagrado Corazón, no hay una entidad en la actualidad en Cataluña capaz de asumir su actividad. Respecto a los otros dos, formen parte o no de esa red en un futuro, creo que el sistema público no podrá asumir toda la actividad asistencial en la región y se tendrá que seguir derivando pacientes a la privada.

¿Tienen miedo de que, al igual que con los hospitales, se desconcierten centros sociosanitarios?

El Gobierno autonómico puede ponerlo encima de la mesa pero sería una temeridad, porque el 90 por ciento de la actividad sociosanitaria de Cataluña la llevan centros privados y sería inasumible por la pública.

Recientemente se ha conocido que Oriol Junqueras ha pedido al Estado central un adelanto de 700 millones de euros ya que, de lo contrario, no podrá pagar la sanidad de la comunidad. ¿Qué le parece esta actitud?

Desde ACES y la FNCP ya veníamos denunciando públicamente este asunto. No podemos continuar aprobando presupuestos que son un mero espejismo y en Cataluña se lleva haciendo en los últimos años de forma alegre. Y eso supone que estamos asumiendo unos presupuestos que ni los vamos a cumplir ni a cubrir, porque no pasan del mes de junio.

Tenemos que despolitizar un ámbito tan importante como es el sector sanitario. En la comunidad hemos estado con una deuda acumulada por parte del Catsalut a las entidades privadas concertadas de 2.300 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 30 por ciento del mes de junio y el 100 por ciento de julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre. A partir del mes de diciembre hemos recuperado el pago medio a proveedores de 90 días. Cataluña no puede tener una red asistencial trabajando durante seis meses y sin cobrar.

Ante esta situación, la privada ha sido muy rigurosa porque entendemos que las Administraciones españolas y catalanas han utilizado la sanidad como arma arrojadiza entre ellas y han jugado con los pagos con intereses electoralistas y no lo podemos permitir.

ACES tiene una guerra abierta contra dos hospitales catalanes: Barnaclínic y el Hospital Clínic de Barcelona. ¿Cómo está la situación actualmente?

En 2014, la asociación demandó el modelo que presenta Barnaclínic respecto al Clínic. No cuestionamos ni la excelencia de los profesionales de este centro ni su nivel en Cataluña y España. Pero desde la privada no vemos admisible este modelo porque realiza una competencia desleal, es decir, una actividad privada con equipamiento y profesionales públicos. Si Cataluña quiere montar un modelo privado, asumiendo los costes, será uno más de nosotros, pero a coste cero es imposible. Actualmente está causa está en la Audiencia Provincial de Barcelona, pendiente de juicio, pero llegaremos hasta el final.

¿Cómo es la relación la FNCP con el resto de Consejerías de Sanidad?

Nos hemos puesto en contacto con todos estos departamentos, haciendo llegar nuestro posicionamiento, y nos han contestado la mayoría de ellos. Apostamos por un marco común, porque las diferencias que existen entre los diferentes servicios de salud pueden tener su sentido, pero complican mucho las negociaciones y el ámbito de actuación. No podemos ir creando crepúsculos sin un denominador común porque terminará frenándonos.

¿Con qué consejeros de Sanidad ya se han reunido?

Con Comunidad Valenciana, Navarra, País Vasco, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, Cataluña, Murcia y Melilla.

¿De qué asuntos han tratado con estos dirigentes políticos?

Desde la FNCP, les hemos trasladado nuestras inquietudes y cómo vemos el panorama sanitario actual. Les hemos llegado el mensaje de que, en mayor o menor medida, la privada es imprescindible para la viabilidad del servicio público, con independencia de que lo esté gestionando entidades privadas o públicas. Solo nos importan los criterios de excelencia, de seguridad del paciente, de coste-oportunidad… para evaluar el modelo.

Asimismo, abordamos todo lo relacionado a la atención a las víctimas de tráfico por parte de la sanidad pública y los precios que publican las comunidades autónomas para cubrir su asistencia. Les hemos transmitido nuestra inquietud en torno a este asunto, porque las aseguradoras están respetando el convenio firmado y la pública lo hace a un coste muy por debajo de lo acordado por ley. No se puede realizar asistencia sanitaria por debajo de su coste real e instamos a todas las Administraciones que se abstenga de firmar cualquier convenio con precios por debajo de lo que ellos mismos publican.

¿Cómo ve que otra región, en este caso la Comunidad Valenciana, no esté dispuesta a renovar los contratos de las concesiones con el Grupo Ribera Salud?

Tras las elecciones autonómicas, se están moviendo las piezas del tablero, pero la realidad que subyace es otra: no es tanto lo que se pretende hacer como lo que se puede hacer, y no se pueden prescindir de los agentes que ya estaban actuando en el sector. Todos los que están jugando son imprescindibles y lo único que tenemos que hacer es definir unas reglas claras, transparentes y que no permitan desajustes.

¿Cuál es la autonomía que más daño está haciendo a la sanidad privada del país?

Hay dos comunidades tremendamente alarmantes que están firmando bajo precio la atención sanitaria a los accidentados de tráfico: Comunidad Valenciana y Navarra.

¿Y la que ha tendido más la mano a este sector?

La Comunidad de Madrid y Galicia son dos de las autonomías que más han arropado a la privada y le han aportado estabilidad para invertir.

Dos comunidades gobernadas por el Partido Popular. ¿Es la derecha más amiga de la sanidad privada que la izquierda?

Es más consciente del papel importante que tiene la sanidad privada en el sistema y que apuesta con fondos propios para ofrecer el mejor servicio.

¿Qué le pide Cristina Contel al próximo ministro de Sanidad? 

El año pasado ha sido también un año importante para la privada, ya que se han hecho bastantes compras y absorciones entre grupos hospitalarios. ¿Cómo ve esta concentración sanitaria?

Las absorciones y fusiones en el sector sanitario se sintieron, inicialmente, como una amenaza, pero hay espacio para todos. En cuanto a grupos, Quirónsalud ha hecho avances importantes, pero otros grupos españoles también tienen una gran implantación, como HM Hospitales, Nisa, Vithas u Hospiten. El sector sanitario es maduro y estable, por eso, durante la crisis, las empresas han decidido apostar por este campo porque estaba más controlado.

Además, muchos de estos grupos están poniendo sus ojos a otros puntos del mundo, como América Latina, Oriente Medio, Centroeuropa. ¿Tiene la sanidad española posibilidades en el extranjero?

Tiene posibilidades, porque tiene excelentes profesionales, gran capacidad y equipamiento con la última tecnología.

Uno de los proyectos sanitarios que más expectación genera es el hospital privado que se está construyendo en la Quinta Torre de Madrid. ¿Quién cree que se alzará con este contrato?

Si me lo hubiera preguntado hace cuatro meses, dos meses o un mes le hubiera dicho uno distinto cada vez. He oído que lo iba a conseguir grupos nuestros, de fuera de España… Veremos en qué queda este asunto, porque había momentos en los que parecía que estaba visto para sentencia.

¿Beneficia a la sanidad española construir un nuevo hospital de esas características?

Los expertos de estas empresas son los que tienen que determinarlo, en función de los estudios que barajan. Lo que más me preocupa es que se haya seguido construyendo más hospitales públicos que aún, a hoy en día, no están ni siquiera operativos.

De momento no tenemos un nuevo equipo de Gobierno en España. ¿Cuál es la primera medida que debe de emprender el próximo ministro de Sanidad?

Le propondría que sea el dinamizador de un pacto sanitario que trascienda las legislaturas, los partidos políticos y a todas las ideologías. Es importante que determinados servicios –como la sanidad o la educación- estén despolitizados y sea posible avanzar.

Y específicamente en el sector sanitario, al ministro le diría “me gustaría creerme que formo parte de su sistema”, porque muchas veces tenemos la sensación de que la privada no forma parte del SNS y nos olvidamos que una tercera parte de la población está atendida con doble cobertura. 

Contel ha analizado la situación de la privada en España y su relación con la Administración en su entrevista para Redacción Médica.


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