La
depresión es un trastorno emocional que afecta a más de
300 millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de
discapacidad, tal y como han puesto de relieve desde el Grupo Hospitalario HLA. Impacta a
personas de todas las edades y de manera muy significativa a adolescentes y personas de la tercera edad, han añadido.
Según la última encuesta europea de salud en España publicada por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2020, alrededor de
2,1 millones de personas del país sufría algún tipo de cuadro depresivo, lo que equivaldría a un 5,4 por ciento de la población. Atendiendo a la severidad de la sintomatología, 230.000 se consideran graves.
Para el oportuno
diagnóstico y tratamiento de la depresión se requiere atención especializada, según HLA.
Santiago Pérez, director de la Unidad de Psicología de HLA Clínica Montpellier, aborda las causas, síntomas y cuál es el tratamiento más adecuado sobre este trastorno.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España el 6,7 por ciento de la población padece de ansiedad o depresión y a nivel global más de 300 millones de personas viven con depresión, un problema de salud mental que ha aumentado un 18,4 por ciento entre 2005 y 2015. ¿Cuál cree que es la causa de este aumento?
El aumento de la prevalencia de la depresión a nivel global puede atribuirse a una combinación de factores complejos y multifacéticos. Algunas posibles causas incluyen:
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Estigma reducido y mayor conciencia: En los últimos años, ha habido una disminución del estigma asociado con los trastornos mentales, lo que ha llevado a una mayor disposición a buscar ayuda y a un aumento en la detección de la depresión.
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Cambios en la sociedad: Los cambios en el estilo de vida, el aumento del estrés, la presión social, la urbanización rápida y otros cambios socioculturales pueden contribuir a la carga de la depresión.
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Factores económicos y laborales: La inestabilidad económica, la precariedad y las demandas laborales pueden influir en la salud mental de las personas, contribuyendo al aumento de los casos de depresión.
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Condiciones de vida: Factores como la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso a la atención médica pueden tener un impacto negativo en la salud mental.
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Cambios en el estilo de vida: El aumento de estilos de vida sedentarios, dietas poco saludables y la falta de ejercicio físico también pueden contribuir a los problemas de salud mental, incluida la depresión.
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Condiciones medioambientales: Factores como la exposición a la contaminación y a los cambios climáticos, también pueden desempeñar un papel en la salud mental.
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Uso excesivo de tecnología y redes sociales: La creciente dependencia de la tecnología y el aumento del tiempo dedicado a las redes sociales pueden tener implicaciones en la salud mental, contribuyendo a la sensación de aislamiento y comparación social.
¿Qué herramientas utiliza un psicólogo para diagnosticar a una persona que padece depresión?
Un psicólogo puede utilizar entrevistas clínicas, cuestionarios, observación y evaluaciones psicométricas para diagnosticar la depresión. Además, considera la duración e intensidad de los síntomas.
¿Cómo puede identificar el propio paciente si padece depresión?
El autodiagnóstico es peligroso, pero sí debemos alarmarnos si presentamos los siguiente síntomas:
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Cambios en el estado de ánimo: Sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza o irritabilidad. La persona puede experimentar una disminución del interés o placer en actividades que antes disfrutaba.
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Cambios en el sueño: Desde padecer insomnio, la dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido o, al contrario, la hipersomnia o dormir en exceso.
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Cambios en el apetito o en el peso: La pérdida o aumento significativo de peso sin una razón aparente o cambios en los patrones alimentarios.
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Fatiga o pérdida de energía: Sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso después de descansar adecuadamente.
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Dificultades cognitivas: Problemas de concentración, toma de decisiones y memoria.
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Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva: Pensamientos negativos sobre uno mismo, sensación de culpa injustificada y baja autoestima.
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Aislamiento social: Retirarse de amigos, familiares y actividades sociales.
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Cambios físicos: Dolores y molestias inexplicables, como dolores de cabeza o problemas gastrointestinales.
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Pensamientos suicidas: Ideas recurrentes sobre la muerte, el suicidio o la falta de esperanza.
¿Qué tipos de depresión existen?
La depresión puede estar relacionada con la pérdida, ya sea real o simbólica. Se experimenta como un proceso de duelo patológico relacionado con pérdidas internas, como la pérdida de objetos internos, idealizaciones y fantasías. La pérdida de un ser querido, de una relación significativa, o incluso la pérdida de una imagen idealizada de uno mismo pueden contribuir a la depresión.
Existen varios tipos de trastornos depresivos ya que la depresión no es una condición única, sino más bien un conjunto de trastornos con síntomas similares. Algunos de los tipos de depresión más comunes incluyen:
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Trastorno Depresivo Mayor (TDM): También conocido como depresión clínica, se caracteriza por la presencia de síntomas depresivos graves que afectan significativamente al funcionamiento diario. Los síntomas incluyen cambios en el estado de ánimo, apetito, sueño, concentración y energía.
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Trastorno Distímico: Es una forma crónica de depresión de menor intensidad que se extiende durante un período prolongado, generalmente dos años o más. Los síntomas pueden ser menos severos que en el trastorno depresivo mayor, pero persisten a lo largo del tiempo.
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Trastorno Bipolar (Trastorno Afectivo Bipolar): Aunque generalmente asociado con episodios maníacos o hipomaníacos, las personas con trastorno bipolar también experimentan episodios depresivos. Durante estos episodios, los síntomas son similares a los de la depresión mayor.
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Trastorno Depresivo Persistente (TDP): Antiguamente conocido como distimia crónica, es una forma de depresión a largo plazo que incluye síntomas depresivos que duran al menos dos años. Puede haber períodos de síntomas más graves durante ese tiempo.
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Trastorno Depresivo Mayor con Características Psicóticas: Implica la presencia de síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios, junto con los síntomas depresivos típicos.
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Trastorno Afectivo Estacional (TAE): Caracterizado por la aparición de síntomas depresivos en ciertas estaciones del año, típicamente durante los meses de invierno cuando hay menos luz solar.
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Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM): Se caracteriza por síntomas depresivos, irritabilidad y tensión que ocurren antes del período menstrual.
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Trastorno Depresivo Inducido por Sustancias: La depresión puede ser causada o exacerbada por el consumo de sustancias como alcohol, drogas u otros medicamentos.
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Trastorno Depresivo Mayor de Inicio Perinatal (Depresión Posparto): Ocurre después del parto y puede afectar tanto a mujeres como a hombres. Se caracteriza por síntomas depresivos que pueden interferir con el cuidado del bebé y el funcionamiento diario.
Es importante tener en cuenta que la gravedad, duración y patrones de los síntomas pueden variar en cada tipo de depresión. Además, algunas personas pueden experimentar síntomas de más de un tipo de depresión a lo largo de su vida. El diagnóstico y tratamiento deben ser proporcionados por profesionales de la salud mental.
¿Qué tratamiento psicológico ofrece en su consulta frente a este trastorno?
Trabajamos la depresión desde su origen, es decir, se indaga y evalúa qué traumas o circunstancias han llevado al paciente a presentar esta sintomatología. Nada es porque sí, el síntoma nos habla, así que debemos de escuchar y atacar las defensas del paciente con el objetivo de que experimente lo reprimido. De esta manera comenzamos el proceso de curación.
¿Cuáles son los beneficios de acudir a un psicólogo cuando una persona padece trastorno depresivo?
Acudir a un psicólogo cuando se padece un trastorno depresivo puede ofrecer una serie de beneficios significativos. Algunos de ellos son:
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Evaluación profesional: Un psicólogo puede realizar una evaluación completa de los síntomas y la historia del paciente para diagnosticar adecuadamente el trastorno depresivo y determinar la gravedad de la condición.
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Comprensión profunda: El psicólogo puede ayudar al paciente a comprender las causas subyacentes de la depresión, explorando factores como experiencias pasadas, relaciones, patrones de pensamiento y dinámicas familiares.
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Apoyo emocional: La terapia proporciona un espacio seguro y de apoyo donde el paciente puede expresar sus emociones, preocupaciones y pensamientos sin ser juzgado. El psicólogo puede ofrecer empatía y comprensión, lo que puede aliviar el sentimiento de soledad que a menudo acompaña a la depresión.
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Desarrollo de estrategias de afrontamiento: El psicólogo puede enseñar al paciente habilidades y estrategias de afrontamiento efectivas para manejar el estrés, cambiar patrones de pensamiento negativos y enfrentar los desafíos de la vida de manera más saludable.
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Exploración de soluciones: Trabajar con un psicólogo implica identificar y explorar soluciones prácticas y realistas para los problemas que contribuyen a la depresión. Esto puede incluir cambios en el comportamiento, ajustes en las relaciones o el desarrollo de nuevas habilidades de afrontamiento.
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Prevención de recaídas: Los psicólogos pueden trabajar con los pacientes para identificar factores de riesgo de recaída y desarrollar estrategias para prevenir la recurrencia de los síntomas depresivos en el futuro.
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Colaboración en el tratamiento integral: Cuando es necesario, el psicólogo puede colaborar con otros profesionales de la salud, como psiquiatras o médicos de atención primaria, para asegurar un tratamiento integral que pueda incluir terapia y medicación cuando sea apropiado.
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Empoderamiento y autonomía: La terapia puede ayudar a empoderar al paciente ofreciéndole herramientas para tomar decisiones informadas sobre su salud mental y fomentando su autonomía en el proceso de recuperación.
*Refuerzo de la red de apoyo: Un psicólogo también puede trabajar con la red de apoyo del paciente, como familiares y amigos, para educarlos sobre la depresión, proporcionar orientación y fomentar un entorno de apoyo.
Es fundamental destacar que el tratamiento de la depresión es un proceso individualizado. Los beneficios específicos pueden variar según las necesidades y circunstancias del paciente. La terapia con un psicólogo puede ser una parte integral y valiosa del camino hacia la recuperación.
¿Podemos hacer algo para prevenir la aparición de la depresión?
Si bien no se puede garantizar la prevención total de la depresión, hay medidas y hábitos de vida saludables que pueden ayudar a reducir el riesgo y promover el bienestar emocional. Es necesario:
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Cuidado de la salud mental: Priorizar la salud mental es crucial. Esto incluye reconocer y abordar el estrés, la ansiedad y otros factores emocionales antes de que se conviertan en problemas más graves.
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Establecer elaciones sociales positivas: Mantener conexiones sociales fuertes y positivas puede proporcionar apoyo emocional. Cultivar relaciones significativas y mantener una red de apoyo puede ayudar a enfrentar el estrés y la adversidad.
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Manejo del estrés: Aprender técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, el yoga o el ejercicio regular pueden ayudar a reducir la carga emocional y prevenir la depresión.
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Estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y sueño adecuado, puede tener un impacto positivo en la salud mental.
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Equilibrio trabajo-vida personal: Evitar el agotamiento laboral y encontrar un equilibrio adecuado entre trabajo y vida personal es crucial. Establecer límites y aprender a decir "no" cuando sea necesario puede prevenir el estrés excesivo.
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Manejo de conflictos: Desarrollar habilidades para manejar conflictos y resolver problemas de manera efectiva puede ayudar a evitar que el estrés interpersonal contribuya a la depresión.
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Establecer metas realistas: Establecer metas alcanzables y desafiantes puede proporcionar un sentido de logro y autoeficacia, contribuyendo a la salud mental positiva.
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Conocimiento de factores de riesgo: Estar informado sobre los factores de riesgo personales y familiares para la depresión puede ayudar a tomar medidas preventivas y buscar apoyo cuando sea necesario.
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Evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas: El abuso de sustancias puede aumentar el riesgo de depresión. Limitar o evitar el consumo de alcohol y drogas puede ser una medida preventiva importante.
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Buscar ayuda profesional: La terapia preventiva, especialmente en momentos de estrés significativo o transiciones importantes de la vida, puede ser beneficiosa. Un profesional de la salud mental puede ayudar a desarrollar estrategias de afrontamiento y proporcionar apoyo.
Es importante tener en cuenta que estas estrategias no garantizan la prevención de la depresión en todos los casos, ya que la salud mental es influenciada por una interacción compleja de factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales. Sin embargo, adoptar un enfoque proactivo hacia la salud mental puede contribuir a un mayor bienestar y reducir el riesgo de desarrollar trastornos depresivos.
¿Cómo debemos actuar si tenemos un familiar con depresión?
Apoyar a un familiar que está lidiando con la depresión puede ser un desafío, pero tu apoyo y comprensión pueden ser fundamentales en su proceso de recuperación. Aquí hay algunas sugerencias sobre cómo actuar si tienes un familiar con depresión:
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Educarte sobre la depresión: Investiga sobre la depresión para entender mejor la condición y cómo afecta a las personas. Cuanto más sepas, mejor podrás comprender las experiencias de tu familiar.
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Fomentar una comunicación abierta: Crea un entorno seguro y no crítico para que tu familiar se sienta cómodo compartiendo sus sentimientos y experiencias contigo. La comunicación abierta puede ser crucial para brindar apoyo.
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Escuchar de manera empática y evita cualquier tipo de juicio: Escucha con empatía y sin juzgar. A veces, el simple hecho de ser escuchado puede tener un impacto positivo. Evita comentarios como "anímate" o "supéralo". En lugar de eso, valida sus sentimientos y muestra compasión.
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Ofrecer apoyo práctico: Ofrece tu ayuda en tareas cotidianas, como hacer recados, preparar las comidas o cuidar de los niños en su caso. La depresión puede hacer que estas actividades simples sean abrumadoras.
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Animar a búsqueda de ayuda profesional: Anima a tu familiar a que busque ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra puede ofrecer tratamiento y apoyo especializado.
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Acompañar a las citas médicas: Si tu familiar está dispuesto, ofrécele acompañamiento a las citas médicas o terapéuticas. Tu presencia puede ser un apoyo valioso.
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Respetar los límites personales: La recuperación puede ser un proceso lento, y algunos días pueden ser más difíciles que otros. No presiones para que comparta más de lo que está dispuesto.
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Fomentar actividades positivas: Anima a tu familiar a que participe en actividades que solían disfrutar, aunque pueda resultar difícil al principio. Realizar actividades placenteras pueden contribuir al bienestar emocional.
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Mantener las conexiones sociales: Ayuda a que se siga manteniendo las conexiones sociales. La soledad puede agravar la depresión, así que invita a tu familiar a pasar tiempo con amigos y familiares.
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Estar alerta a los signos de emergencia: Estate atento a los signos de emergencia, como los pensamientos suicidas o los cambios significativos en el comportamiento. Si hay preocupaciones acerca de su seguridad, busca ayuda profesional de inmediato.
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Cuídate a ti mismo: Apoyar a alguien con depresión puede ser agotador. Asegúrate de prestar atención a tu propia salud mental y buscar apoyo cuando lo necesites. Recuerda que cada persona es única, y lo que le funciona a una puede no ser lo adecuado para otra. Mantente abierto a ajustar tu enfoque según las necesidades y preferencias de tu familiar. La depresión es tratable y el apoyo de la familia puede ser un componente esencial en el proceso de recuperación.
¿Solamente debemos acudir a un psicólogo cuando nos encontremos mal?
Como profesional de la salud mental, es necesario romper el estigma. La prevención siempre ha de prevalecer a la curación. Vivimos en una sociedad de soluciones rápidas y fáciles mientras que la psicoterapia es de todo menos fácil y rápida. Así que hacernos un chequeo psicológico es tan necesario como una analítica.
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