"En cirugía torácica se hacen cada vez más intervenciones poco invasivas"

La cirugía torácica se dedica al estudio y tratamiento de los procesos que afectan al tórax, exceptuando las enfermedades del corazón, de los grandes vasos y de la columna vertebral. Entre las patologías más frecuentes que aborda la especialidad quirúrgica se encuentran las enfermedades de la pleura, como el neumotórax y el derrame pleural, además de las patologías que afectan a los pulmones, destacando la resección de tumores, como en el cáncer de pulmón.

Asimismo, abarca las lesiones y enfermedades de la pared torácica, principalmente las fracturas costales o del esternón, las malformaciones y los tumores; y otro grupo de patologías que afectan el mediastino, zona central ubicada entre los dos pulmones, ya sean por enfermedades infecciosas o tumorales. También se realizan intervenciones quirúrgicas en pacientes con hiperhidrosis primaria localizada, definida como una excesiva producción de sudor, siendo más frecuente en las palmas de las manos y/o axilas, no asociada a otras enfermedades que puedan producir la hiperhidrosis y que no mejoran con otro tipo de tratamiento médico.

Pablo Ordóñez, médico especialista en Cirugía Torácica de HLA Montpellier, explica que las intervenciones quirúrgicas en el tórax pueden realizarse por cirugía abierta (tradicional) que requiere incisiones más grandes o por cirugía mínimamente invasiva, que permite visualizar y operar en el interior del tórax a través de pequeñas incisiones. “Mediante los avances tecnológicos, la creación de instrumental quirúrgico especialmente diseñado y dispositivos que facilitan el desarrollo de la cirugía se realizan cada vez más procedimientos torácicos mínimamente invasivos en casos indicados, que pueden ayudar en la recuperación del paciente”, señala el facultativo.

Menor dolor con cirugía mínimamente invasiva

La cirugía torácica mínimamente invasiva consiste en un abordaje mediante una o más pequeñas incisiones en el tórax, donde se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara especial que transmite la imagen a un monitor de video. Este tipo de cirugía posee varias ventajas para el paciente; menor dolor postoperatorio, menor número de complicaciones y menor estancia hospitalaria. “Existen mejoras en la calidad de la imagen para realizar cirugías mínimamente invasivas, dispositivos que permiten efectuar resecciones y/o reparaciones cada vez más complejas o técnicas para preservar más tejido pulmonar. También se han desarrollado nuevas prótesis para la sustitución de la pared torácica, medicamentos que ayudan a detener el sangrado durante la cirugía o compuestos tipo colorantes fluorescentes que ayudan en la toma de decisiones durante la intervención quirúrgica”, manifiesta el doctor.

Como en todas las intervenciones quirúrgicas, siempre existe un riesgo potencial de complicaciones menores o mayores, tanto médicas como quirúrgicas, durante y después de la intervención, que dependerán de la complejidad y extensión de la cirugía, de algunos tratamientos específicos previos recibidos y de factores generales como la edad o antecedente de otras enfermedades, principalmente cardiovasculares, siendo necesario individualizar cada caso y la valoración médica especializada.

En cuanto a los procedimientos diagnósticos más habituales que se realizan en las patologías del tórax, Ordóñez señala que, como herramientas de ayuda para diagnosticar y determinar la gravedad de las lesiones o enfermedades, se encuentran las pruebas de diagnóstico por imagen, principalmente la ecografía, la radiografía o el TAC de tórax. Referente a los procedimientos, para confirmar o ampliar el diagnóstico se realiza por medio de la obtención de muestras del pulmón, de la pleura, de lesiones en el mediastino o de la pared torácica, siendo en ocasiones realizada con anestesia local y guiadas por pruebas de diagnóstico por imagen o a través de los bronquios con endoscopia respiratoria o por cirugía mínimamente invasiva.