La
Academia Americana de Pediatría (AAP) ha publicado un comunicado en el que desaconsejan el uso de la codeína para aliviar el dolor o la
tos en niños pese a que se haya recetado durante décadas, tras la creciente evidencia de que no siempre funciona y de que incluso puede provocar efectos secundarios graves.
El uso pediátrico de este opioide ha sido motivo de controversia después de que un reciente estudio de la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) detectara 64 casos de problemas graves de respiración y 24 muertes asociadas a su uso,
21 de ellas en menores de 12 años, lo que llevó hace un año a diferentes instituciones, incluida la
Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps), a restringir su uso.
“Creemos firmemente que no hay ningún motivo para usar la codeína”, según ha defendido
Joseph Tobias, pediatra del Nationwide Children's Hospital en Columbus (Ohio) y uno de los autores del comunicado que publica este martes la revista
Pediatrics.
Los
problemas respiratorios detectados se desarrollaron a menudo después de que los niños se sometieran a una cirugía de amígdalas y fueron más frecuentes en aquellos menores que combinaron paracetamol y codeína tras la intervención.
No obstante, algunos niños con problemas respiratorios nocturnos no diagnosticados también podrían ver agravada su enfermedad después de tomar la codeína, y la obesidad podría ser otro factor de riesgo a tener en cuenta ante su aparición.
Por todo ello, y tras analizar el
balance beneficio-riesgo de su uso, la AAP ha determinado que es necesario tener en cuenta todos los casos en los que no hay suficiente evidencia de que el fármaco sea eficaz, según reconocen en su declaración.
Efecto farmacológico y metabolismo
Parte del problema parece deberse a que el efecto farmacológico de la codeína se basa en su transformación en morfina, gracias a la enzima Cyp2d6 del citocromo P450, y algunas personas son genéticamente metabolizadores ultrarrápidos y, por tanto, transforman la codeína en morfina más rápidamente.
A pesar de las advertencias sobre su uso, el fármaco sigue siendo ampliamente utilizado y puede adquirirse sin receta en 28 estados de Estados Unidos y en el distrito de Columbia, ya que por el momento la FDA sólo ha emitido una advertencia desaconsejando su uso en determinados casos.
Por ello, ha añadido
Constance Houck, del Hospital Infantil de Boston, el objetivo de la declaración de la AAP es alertan a todos los pediatras y profesionales sanitarios que tratan a niños, como los dentistas, que sean conscientes del riesgo de usarla y que, “por seguridad de sus pacientes, cambien a otro opioide oral”.
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