Los más pequeños, además de ver la
televisión, ahora utilizan dispositivos como móviles o tablets con un gran manejo. Sin embargo, tal y como advierten los pediatras, incorporar las nuevas tecnologías en las rutinas de los niños tiene consecuencias para su salud y su desarrollo psicológico, por lo que advierten de que los
menores de 18 meses no deben exponerse a ellos. La
única excepción que hacen es la del
videochat (Skype, FaceTime) para las
relaciones con familiares a distancia.
Entre los de 18 y 24 meses dejan la
puerta abierta al uso de las pantallas, siempre que sea con
programas o aplicaciones de buena calidad y de
forma compartida con los padres, nunca en solitario.
Todas estas son algunas de las r
ecomendaciones que recoge la
Academia Americana de Pediatría en su última actualización del informe sobre el uso de tecnologías en menores, y que evidencia que la televisión o el uso de pantallas táctiles y aplicaciones a edades tan tempranas podían tener efectos negativos en los pequeños y la evidencia sobre los beneficios de estos dispositivos a estas edades es limitada.
Teniendo en cuenta que los niños ya han comenzado las vacaciones y disponen de mucho más tiempo de ocio, una de las alternativas que proponen lo pediatras al uso de las pantallas y la tecnología es fomentar la lectura de los niños.
La interacción de los adultos con niños es crucial
"Está demostrado que la lectura en voz alta es eficaz para mejorar el lenguaje, la alfabetización, la imaginación y el desarrollo cognitivo de los niños, además sirve para crear lazos afectivos y tiene beneficios en el funcionamiento psciosocial de los padres", señala
Jaime García Aguado, pediatra de
Atención Primaria y miembro del grupo Prevención en la Infancia y la adolescencia (Previnfad) de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (
AEPap).
El uso excesivo de medios digitales aumenta el sedentarismo y el IMC
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A su juicio, "es crucial la
interacción de los adultos con el niño durante su uso ya que sigue habiendo pruebas sobre los riesgos del uso excesivo de los medios digitales como son el
aumento del sedentarismo y del Índice de Masa Corporal (
IMC), la
disminución de las horas de sueño y la
alteración en el desarrollo cognitivo, social o emocional, entre otros".
En cuanto a los de edades comprendidas entre los 2 y los 5 años, García Aguado recuerda que, "siempre que sea de forma controlada por parte de los padres, que se limite el tiempo de uso máximo una hora diaria y que se use la tecnología como una herramienta para el aprendizaje y el desarrollo de los niños, no debería haber problema".
Adicción a los videojuegos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado recientemente que incluirá en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) el
trastorno por videojuegos como enfermedad mental.
Según la OMS, este trastorno se caracteriza por un
comportamiento de juego continuo y recurrente vinculado a tres condiciones negativas consecuencia del mal uso de los juegos digitales o videojuegos con o sin conexión a Internet.
La primera condición negativa es
no controlar la conducta de juego en cuanto a
frecuencia, duración, intensidad o contexto; después el
incremento de la prioridad que se le otorga al juego
frente a otros intereses o actividades de ocio o diarias; y al
mantenerse la conducta o producirse una progresión de la misma a pesar de percibir las consecuencias negativas del juego.
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