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Pediatría, a favor de una ley anti-porno porque "distorsiona la sexualidad"

El PSOE ha registrado en el Congreso una Proposición de Ley para abolir la prostitución y eliminar la pornografía

Gemma Ochando Perales, miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

03 jun 2022. 12.00H
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POR ISABEL MARTÍN
Abolir la prostitución. Este es el objetivo del PSOE en la Proposición de Ley que ha registrado en el Congreso de los Diputados. En esta iniciativa, además, ha incluido un artículo referido a las producciones audiovisuales de carácter pornográfico, que quedarían prohibidas tal y como está redactado actualmente. El consumo de vídeos de sexo explícito sin límites "puede hacer un efecto de distorsión de la sexualidad, sobre todo en los niños y adolescentes", apunta Gemma Ochando Perales, miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (AEP), a Redacción Médica

Por ello, desde Pediatría se muestran cercanos a esta iniciativa, ya que "los niños y adolescentes ven en ese tipo de contenidos algo que no es la realidad y en los que se busca exclusivamente el placer de uno mismo, con técnicas o con situaciones en las que la otra parte no disfruta o no siente placer". Además, desde su punto de vista, la pornografía significa "una distorsión de la sexualidad, los menores están expuestos a ciertas situaciones ante las que no están aún preparados para entender", considera Ochando. 

Además, la especialista sopesa que "esta situación se potencia porque los niños y adolescentes tienen acceso en edades muy tempranas a móviles, Wifi e Internet con total libertad, desde los 10 años por ejemplo. Y, en la mayoría de las ocasiones, los padres no les han explicado a esa edad ni han hablado con estos abiertamente sobre qué es la sexualidad y lo que significa. Parece que es un tema tabú porque piensan que son muy pequeños, pero no es así".

Según Ochando, la responsabilidad del consumo de sexo explícito de niños y adolescentes recae, principalmente, "en la familia y el Gobierno". En el caso de los primeros, "la familia tiene la responsabilidad de que estos menores tengan un móvil con esa edad y puedan acceder a cualquier sitio de Internet. La pornografía ha existido siempre aunque antes se daba en revistas y fotografías y no es lo mismo, pero ahora tienen también acceso a estos contenidos", explica Ochando. 

"Los padres y madres son los responsables de la educación de sus hijos"


A este respecto, la especialista añade que "los padres y madres son los responsables de la educación de sus hijos, pero, a veces, estos delegan esa educación en los centros escolares. Una situación que no debería darse ya que los padres y madres son quienes realmenten dan el control, acceso y permiso a esos sistemas".

En cuanto al Gobierno, según Ochando, "este tiene también la responsabilidad reguladora de permitir determinados accesos. Es el que tiene esa potestad de regular qué es lo que se está viendo, no solamente para los niños y adolescentes, sino también para el resto de personas". La especialista apunta que "debe ser una colaboración entre todos: Educación, familias y también Sanidad porque los pediatras son el primer paso de acceso a muchas de estas patologías o problemas que tienen los niños y adolescentes".

Este es el perfil del niño que consume pornografía


En cuanto al tipo de perfil que desarrollan los niños y adolescentes que consumen más contenido de este tipo, Ochando explica a este medio que "es un perfil de niño introvertido, que no tiene muchos amigos, no practica ningún deporte, tiene mucho tiempo de ocio y está muchas horas en caso sin acompañamiento. Además, es un perfil que empieza a encerrarse en su habitación, dejan de salir con sus amigos y se van aislando poco a poco porque necesitan más horas de uso de consumo de pantalla".

Este tipo de comportamientos "puede llevar a un uso abusivo generalizado de tóxicos y sustancias, de sexo y de videojuegos"


Además, la especialista subraya que "también tienen problemas escolares porque no quieren asistir al colegio, lo que da como resultado el absentismo y el bajo rendimiento". 

Este tipo de comportamientos, según Ochando, "puede llevar a un uso abusivo generalizado de tóxicos y sustancias, de sexo, y de videojuegos, entre otros. En el caso de los videojuegos, los niños y adolescentes potencian lo que es el refuerzo inmediato, el premio ipsofacto y la falta de espera. Todo lo demás de la vida habitual que requiere esfuerzo, perseverancia, tener un objetivo a largo plazo e, incluso, paciencia, se suprime con este estímulo".

Según la especialista, "esto no solamente se da en la conducta sino también a nivel de función ejecutiva, es decir, a nivel neurológico porque dejan de estimular determinadas áreas que aún se está desarrollando y que no se van a desarrollar porque están usando solamente las pantallas consumiendo estos contenidos. Además del daño que puede causar a la vista, provocar sedentarismo y obesidad, entre otros efectos", concluye Ochando. 

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