La Sociedad Valenciana de Pediatría (
SVP) recomienda
no retrasar la introducción de alimentos sólidos más allá de los 8 o 10 meses par
a evitar problemas alimenticios en el futuro, según consta en el documento de r
ecomendaciones sobre la alimentación en lactantes y preescolares presentado en la jornada inaugural del curso académico 2018-19 celebrada en el Colegio de Médicos de Valencia.
El objetivo de este trabajo es
aunar las recomendaciones ofrecidas a las
familias por parte de los pediatras valencianos en base a la
mejor evidencia actualmente disponible. Al igual que otros aspectos de la nutrición infantil, la
alimentación complementaria "genera muchos
interrogantes a los padres y madres sobre el momento idóneo de iniciación y la mejor forma de hacerlo", ha explicado
Luis Blesa, presidente de la SVP.
Dudas entre las familias
En el caso de la introducción de alimentos semisólidos y sólidos, "algunas familias tienen dudas sobre si es adecuado o no introducirlos antes de cumplir el año por
miedo a los atragantamientos o por las mayores dificultades en conseguirlo", pero
retrasarlo puede suponer
problemas en la masticación y la
adquisición de buenos hábitos alimentarios posteriores, como el de la
diversificación alimentaria, "ya que no le acostumbramos a comer
diferentes texturas y sabores", según el experto. Eso, advierte, puede hacer que en un futuro "cueste que coma ciertos alimentos importantes para su nutrición, como las frutas o las verduras".
Por ello, aconsejan que
a partir de los 6-8 meses se le ofrezcan
alimentos grumosos o aplastados con el tenedor, carne o pescado desmigados, fruta pelada y otros alimentos blandos que puedan comer ellos mismos con las
manos, y después aplastados o en trocitos. Después se darán sus primeros alimentos más sólidos: tortilla, jamón york, queso, arroz, pasta", añade.
Alimentación complementaria
En cuanto al
momento idóneo de empezar con la introducción de la alimentación complementaria, la Organización Mundial de la Salud (
OMS) indica que la l
actancia materna exclusiva es recomendable mantenerla hasta los
6 meses y que es ese el momento generalmente adecuado para complementar la alimentación y satisfacer así las
necesidades nutricionales del lactante más mayor.
Sin embargo, "el hecho de que el bebé empiece a tomar ya nuevos alimentos
no es sinónimo de que haya que
retirarle la leche. Ya sea
materna o
artificial, seguirá siendo unos meses más su
sustento principal; los nuevos alimentos no la sustituyen, la
complementan", indica.
Por otra parte, "casi todos los alimentos se pueden incluir en la dieta
a partir del medio año", señala el presidente de la SVP. Eso sí,
sin añadir sal ni azúcar a sus comidas.
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