La
Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) ha mostrado su interés en que el gobierno español importe la estrategia frente al acoso a menores en las redes sociales (
ciberbullying) de Finlandia, que centra su atención en los espectadores pasivos del acoso, como parte del Plan Director al respecto que coordina la Policía Nacional y que entrena, desde 2006, a pediatras, educadores y padres españoles en métodos para prevenir ese mal.
Así lo han manifestado tanto la
presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap),
Concepción Sánchez Pina, como la también pediatra
María Jesús Esparza, coordinadora del 14º Curso de Actualización en Pediatría que ambas han presentado este jueves.
Por parte de la Policía Nacional, ha intervenido
Esther Arén, inspectora jefa y delegada provincial de
Participación Ciudadana de Madrid, quien ha precisado que el Plan Director, iniciado en España a iniciativa de la Fiscalía General del Estado en 2005, no tienen nada que envidiar al modelo finlandés y, de hecho, ya incorpora
algunos de sus aspectos.
No obstante “este plan, al igual que otros como el que se aplica en Finlandia, debería
centrar la atención en los espectadores pasivos del
ciberbullying para que dejen de serlo y no les dé vergüenza a la hora de denunciar lo que ven”, ha explicado sobre este nuevo enfoque para solucionar el problema que, asegura, ha dado muy buenos resultados en el país nórdico.
“Los pediatras –ha puntualizado su presidenta– reconocemos la estupenda labor de la Policía Nacional, sabemos que funciona por lo que vemos en las consultas”. Esparza, por su parte, ha ensalzado asimismo
el método utilizado por las autoridades españoles por medio del citado
Plan Director.
Un problema creciente que detectan los pediatras en su consulta
“Los
pediatras somos la
primera persona a la que suelen acercarse los niños en los que se delata el problema de acoso, sea
ciberbullying (dejaciones e
insultos en las redes sociales),
sexting (envío de
imágenes pornográficas entre niños) o
grooming (adulto pederasta que se hace pasar por menor en internet)”, han aclarado tanto la presidenta como la coordinadora del curso, la también pediatra
María Jesús Esparza, y
Esther Arén, inspectora jefa de la
Policía Nacional y delegada provincial de
Participación Ciudadana de Madrid.
Esta última ha reconocido la ausencia de datos oficiales al respecto en este momento, trabajo que se está configurando a partir de la información recabada por la
Fiscalía General del Estado y el
Plan Director.
“A pesar de llevar más de diez años, todavía no podemos dar
información cuantificada del acoso a menores en las redes sociales en todas sus variantes, pero resulta evidente que es un mal de nuestro tiempo que sucede
en todos los colegios”, ha reflexionado.
El asunto no es baladí, pues se sabe, por poner un ejemplo, que uno de cada tres niños confiesa haber sido insultado en las
redes sociales a través de su
móvil, según revela
una encuesta elaborada por Save The Children y la Universidad Autónomas de Madrid (UAM) y que ha dado a conocer la presidenta de la Aepa.
“Por supuesto es algo que se puede parar, entre otras cosas porque los
niños de nueve o diez años, que es a los que nos referimos, son todavía como esponjas que absorben toda lo que se les enseña”, ha ratificado la inspectora.
La transexualidad y los trastornos de identidad de género a la luz de la Pediatría
Por otro lado, los tres ponentes han analizado otro asunto que preocupa a los pediatras: los llamados
niños trans y los
trastornos de identidad de género, que en realidad no se consideran tales sino “formas de ser dentro del deseo sexual”.
“Otra cosa es que los
manuales de clasificación de enfermedades psiquiátricas, en especial el americano, los tipifiquen como trastornos, entre otras cosas porque, si no lo hacen,
los seguros privados no cubren el tratamiento, algo que no sucede en Europa”, han explicado a Redacción Médica los pediatras de la Aepap.
Respecto a este último –ha precisado Esparza–, en el caso de los niños trans, consiste en “frenar” el desarrollo de la pubertad con medicamentos específicos y, a partir de los 16 años (edad que está fijada en los protocolos de los hospitales), si el niño o niña sigue convencido, ya se le aplica un tratamiento hormonal dirigido a su transformación en el género en el que se sienta a gusto.
Pediatras de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria(Aepap) posan con los tres ponentes.
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