El
juego es fundamental para el
desarrollo físico y emocional de un niño, por lo que los pediatras, según un
nuevo artículo de la American Academy of Pediatrics, deben
escribir recetas después de cada visita preventiva durante los dos pirmeros años de vida del menor. Porque sus autores señalan que hay pocas cosas superan a su poder: ayuda a los niños a desarrollar habilidades que promueven la función ejecutiva, mejora su capacidad de aprendizaje y fortalece su resistencia al estrés.
Michael Yogman, profesor asistente del Departamento de Pediatría de Harvard Medical School, Harvard University y Mount Auburn Hospital, en Cambridge, Estados Unidos, y sus colaboradores publicaron el artículo en versión electrónica el 20 de agosto en Pediatrics.
El artículo resume el conocimiento actual sobre el
amplio impacto de jugar e incluye varios consejos sobre cómo los pediatras pueden involucrar a los padres en discusiones sobre sus beneficios.
Recomendaciones a los padres
Muchos pediatras ya hacen recomendaciones sobre el hecho de jugar durante las visitas de cuidados preventivos, indica el
Carlos Lerner, director médico del Mattel Children’s Health Center de la University of California, en Los Ángeles, Estados Unidos, a
Medscape. Y añade: "La nueva declaración resume muy bien la
evidencia científica que respalda este consejo y aumenta la visibilidad de este tema". Aunque los pediatras suelen discutir sobre diversos temas con los padres, "esta nueva declaración aumentará la prioridad del mensaje con respecto a los beneficios de jugar".
"Los niños necesitan desarrollar una variedad de habilidades para
optimizar su desarrollo y
manejar el estrés tóxico. La investigación demuestra que el juego apropiado para el desarrollo con padres y compañeros es una
oportunidad única para promover las
habilidades socioemocionales, cognitivas, de lenguaje y de autorregulación que construyen la
función ejecutiva y un
cerebro prosocial. Además, el juego apoya la formación de relaciones seguras, estables y afectuosas con todos los cuidadores que los niños necesitan para prosperar", explican los autores.
Y añaden que el juego "no es frívolo: mejora la estructura y la
función del cerebro y
promueve la función ejecutiva".
La importancia del aprendizaje lúdico
Los autores también señalan que los pediatras deben exhortar a los
docentes preescolares a centrarse en el
aprendizaje lúdico en lugar del didáctico, así como permitir a los estudiantes "que tomen la iniciativa y sigan su propia curiosidad".
Por todo ello, alientan a los pediatras a enfatizar a políticos, legisladores y administradores escolares en cómo el aprendizaje lúdico en el currículo preescolar contribuye a "fomentar relaciones más sólidas entre los cuidadores y los niños, mientras que promueve las habilidades del funcionamiento ejecutivo".
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