Que las prácticas de alimentación infantil tienen consecuencias en el desarrollo de los niños es una evidencia. Ahora, una reciente investigación asegura que retrasar la introducción de alimentos como la leche de vaca, los huevos y los cacahuetes más allá del primer año de vida conlleva un incremento de la sensibilización de los pequeños sobre estos productos, que pueden derivar en alergias alimentarias.
El estudio canadiense 'Child' ha hecho públicas estas conclusiones tras un análisis observacional que evaluó el impacto que tiene la exposición a estos alimentos a los 3, 6, 12, 18 y 24 meses de edad. El profesor Malcom Sears, de la Universidad de McMaster, y codirector del proyecto ha realizado este trabajo en el que se emplearon datos de 2.100 niños canadienses.
El proyecto publicado en Pediatric Allergy and Immunology descubrió que la no introducción de productos que contenían leche de vaca, huevos o cacahuetes en el primer año aumenta significativamente las probabilidades de que se produzcan efectos sensibilizadores sobre estos alimentos a partir de esa edad.
En este sentido, los niños que no tomaron leche de vaca antes de cumplir el año de vida tuvieron hasta casi cuatro veces más problemas que los que sí lo habían hecho. Además, los pequeños que no consumieron cacahuetes o huevos tuvieron el doble.
Por esta razón, los investigadores aconsejan incorporar estos alimentos a la dieta infantil entre los cuatro y seis meses de vida. Algo que podría evitar que se produciesen alergias alimentarias a los mismos.
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