La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha advertido de que España ha protagonizado una reducción de al menos
el 4 por ciento en la cobertura de las
vacunas infantiles contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Este fenómeno ha colocado al país entre el grupo de las potencias internacionales que mayor caída han experimentado. Algo que puede terminar suponiendo un
“desafío” para el control de este grupo de enfermedades.
El informe ‘Adoptar un marco One Health para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos’ ha situado a España al nivel de otros estados como
Canadá, Chile, Islandia, Lituania, México, Polonia, Eslovenia, que presentan cifras similares en el hundimiento de las tasas de cobertura para estas patologías. Mientras que
Estonia, Islandia, Lituania, Países Bajos, Polonia, República Eslovaca y Eslovenia también han retrocedido, aunque en menor medida.
“En conjunto, estos hallazgos sugieren que
incluso los países con un largo historial de alta cobertura de vacunación pueden enfrentar desafíos para mantener el desempeño”, han concluido los autores del informe internacional.
A pesar de estas cifras, casi el
95 por ciento de los menores que residen en países bajo la órbita de la institución reciben actualmente vacunas contra la
difteria, el tétanos, la tos ferina o el sarampión, mientras que el 91 por ciento cuenta con la de la
hepatitis B. “En general, la cobertura de vacunación entre los miembros de la OCDE sigue siendo relativamente alta, pero
algunos países están enfrentando desafíos para mantener el desempeño”, han enfatizado.
Negacionismo a las vacunas
La OCDE se ha encomendado además a reducir las “barreras” que puedan obstaculizar el desempeño de los programas de vacunación entre los principales países del mundo. Una de ellas es la “preocupación” surgida como consecuencia del
escepticismo sobre las vacunas para un alto porcentaje de la población, a pesar de que los niveles de cobertura siguen siendo generalmente elevados.
En el caso español, cerca de
tres cuartas partes de la población ha demostrado su “creencia” en la importancia de las vacunas. La situación coloca a España en la zona media de la clasificación. Los datos contrastan con la situación de
Argentina, donde cerca del 90 por ciento de la ciudadanía se siente satisfecha con esta estrategia sanitaria. Mientras que en el otro lado de la balanza se encuentra
Corea, el país más escéptico, con poco más de un 40 por ciento de apoyos.
El informe ha subrayado la importancia que cada vez dan más organismos internacionales a guiar a los países para abordar las dudas sobre las vacunas y “mantener la confianza pública” sobre ellas. Los esfuerzos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) o el
Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) son dos de los ejemplos. “Resaltan la necesidad de desarrollar estrategias que se dirijan al complejo factor de las dudas sobre las vacunas entre una amplia gama de partes interesadas, incluidos padres,
profesionales de la salud y guardianes de la comunidad”, han agregado.
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