Tras más de tres meses, las autoridades de salud pública de Minnesota han dado por finalizado un
brote de sarampión que había enfermado a más de 79 niños, de los cuales solo ocho estaban vacunados. Esta enfermedad había afectado principalmente a la comunidad somalí-estadounidense del estado, donde muchos padres evitaron que se aplicara a sus hijos la
vacuna de sarampión, paperas y rubéola debido a
temores infundados de que ocasiona autismo.
Los servicios sociales están trabajando con los líderes de estas comunidades, pero destacan las dificultades para hacer llegar sus razonamientos a la comunidad afectada. Hay que recordar que en
Estados Unidos el sarampión fue eliminado en el año 2000, aunque en 2014 se notificaron 667 casos, incluyendo un amplio brote en la comunidad Amish en Ohio, en 2015 fueron 188 casos y en 2016 fueron 70 los casos notificados.
Durante todo este tiempo profesionales médicos y funcionarios de salud del estado han trabajado para contener el virus. Este brote ha sido el más grande en el estado desde 1990, cuando 460 personas contrajeron la enfermedad y tres fallecieron.
“Los niños somalíes se están enfermando porque la comunidad tiene una tasa baja de inmunización para sarampión, paperas y rubéola”, señaló
Kris Ehresmann, director de enfermedades infecciosas del Departamento de Salud estatal. Los niños no vacunados de otras comunidades también están en riesgo. Según el Departamento de Salud, solo el 42 por ciento de los menores somalíes que nacieron en Minnesota han recibido la vacuna conocida como “Triple” hasta 2017.
La
Asociación Española de Pediatría (AEP) se ha hecho eco de este caso para denunciar aquellas situaciones en los que padres deciden no vacunar a sus hijos por miedos infundados de este tipo. Por ello, la AEP recuerda que las
vacunas siguen siendo la herramienta para prevenir de enfermedades que hasta la fecha se pensaban erradicadas, como el sarampión.
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