Investigadores de la Universidad de Oxford han diseñado un método no invasivo basado en registros electroencefalográficos (EEG) para medir el dolor en los recién nacidos. El estudio, liderado por Caroline Hartley, busca evaluar y manejar el dolor en niños pequeños que, por su condición, son incapaces de expresarlo.
Para ello, los investigadores han tomado como referencia, en un primer momento, a 18 lactantes, a los que les han sometido a un análisis de sangre rutinario. Estos resultados fueron validados posteriormente con otros cuatro estudios globales más, donde ya participaron 72 bebés.
En concreto, el experimento demostró una sensibilidad de hasta el 64 por ciento de los niños tratados, con una especificación del 65 por ciento para el dolor asociado con la punción del talón y una sensibilidad del 57 por ciento, con una especificidad del 68 por ciento, con un estímulo de menor intensidad.
El objetivo de este estudio no es otro que conocer de primera mano si el recién nacido experimenta malestar cuando es sometido a los tratamientos médicos, teniendo en cuenta, además, que no pueden ser sometidos a todos las terapias porque metabolizan los fármacos de forma diferente.
Los investigadores esperan que los resultados puedan ser esclarecedores para los pediatras y les ayude a poder dosificar de manera más correcta los tratamientos farmacológicos que suministran a los niños.
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