Este martes, el
Consejo de Ministros ha aprobado la derogación del uso obligatorio de la
mascarilla en interiores. La utilización de la misma seguirá siendo necesaria en algunos espacios como residencias de ancianos, hospitales y transporte público, pero no en centros escolares. A pesar de que el fin de la mascarilla se ha esperado "con ganas" tras dos años de
pandemia del Covid-19, aún no se sabe cuál será su impacto del fin de la
mascarilla en los más pequeños. Este efecto va desde "la
liberación hasta la inseguridad", según ha explicado
Gemma Ochando Perales, miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (
AEP) a
Redacción Médica.
Según Ochando Perales, "se encontrarán
dos principales grupos de niños: por un lado, aquellos en los que
la retirada de la mascarilla va a suponer
una liberación, alegría por superar esta situación y poder ver de nuevo las caras de las personas que quieren; y, por otro lado, los niños que serán
más inseguros y esto puede suponer un peligro para su seguridad". Asimismo, destaca un tercer grupo más enfocado a la población adolescente a quienes "la mascarilla les ha dado una
cierta seguridad y les ha servido de escudo a la hora de relacionarse socialmente con otros compañeros y compañeras".
Ochando Perales no se olvida de los más pequeños, quienes "han vivido con la mascarilla todo el tiempo y puede que les cueste un poco quitársela. En estos casos, la clave estará en la
acción contenedora de los padres ya que si estos les confieren explicaciones de seguridad, será lo que marque la diferencia en la afectación que puedan recibir los menores". A pesar de todo ello, en líneas generales, para Ochando Perales "la mayoría de los menores tienen ganas de
quitarse la mascarilla y de volver a la rutina".
El impacto psicólogico del fin de la mascarilla
Es un escenario similar al que calculan que se encontrarán en los colegios e institutos los especialistas en salud mental que trabajan a diario con los menores. La psicóloga infanto juvenil,
Mireia Orgiles, ha advertido sobre
el impacto que tendrá el fin de la mascarilla entre los más jóvenes porque han integrado este tipo de restricciones de una manera más efectiva que los adultos. “Vamos a ver actitudes diferentes en los niños ya que
son los que más han aceptado las normas”, ha expuesto.
La especialista del Consejo General de Psicología ha diferenciado las consecuencias que podrá tener este cambio en función del perfil de edad de los estudiantes. En el caso de los más pequeños, cree que puede provocar el desarrollo de un
“miedo” al contagio del Covid-19 después de dos años bajo medidas más estricticas de protección. Por eso, ha insistido en la necesidad de que familias y docentes expliquen este paso de una manera pedagógica:
“Tenemos que dar información ajustada a su nivel de desarrollo”.
La situación es diferente para otros grupos demográficos como los
adolescentes que han utilizado la mascarilla como un mecanismo de protección que les permite esconder sus imperfecciones en la cara. La psicóloga ha vaticinado que el fin de su uso obligatorio puede desencadenar “
inseguridad” entre algunos de ellos. “La idea es ir poco a poco, no forzarles”, ha apuntado.
Orgiles ha calculado que el fin de la mascarilla se irá produciendo en los institutos
de una manera algo más gradual, según los referentes sociales de los preadolescentes empiecen a mostrarse en público sin ella.
“En el momento en el que vean en las redes sociales o la calle que no la llevan, van a dejar de ponérsela”, ha explicado.
Más allá del cambio disruptivo, la especialista también ha señalado
el impacto en el desarrollo que puede provocar a largo plazo esta fase de dos años de mascarilla para la generación que ha convivido con la pandemia. Los problemas de
aprendizaje, de lenguaje o de expresión emocional son algunos de los hándicaps de la mascarilla. Aunque Orgiles calcula que en la mayor parte de los casos se podrán revertir. “
Lo positivo es que los niños se adaptan bien".
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