Dar el pecho durante al menos los dos primeros meses de vida del bebé reduce el riesgo de muerte súbita del neonato al menos un 40 por ciento, según un estudio publicado en Pediatrics.
Durante la investigación, los resultados mostraron que si la lactancia se prolonga entre los cuatro y los seis meses, se reduce hasta el 60 por ciento, un porcentaje que asciende al 64 por ciento cuando pasa el medio año. Por el contrario, si no llega a los dos meses no hay ninguna protección.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores examinaron los datos recabados para elaborar ocho estudios internacionales, examinando y comparando las circunstancias de 2.267 casos de muerte súbita y unos 6.837 casos de niños que sobrevivieron.
La OMS recomienda la lactancia al menos seis meses
Tanto la American Academy of Pediatrics como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por distintos motivos, incluido el factor de protección, la lactancia materna al menos hasta los seis meses y continuar con el amamantamiento junto con otros alimentos que complementen la alimentación hasta los dos años o más, mientras madre e hijo lo deseen.
No se trata del primer estudio que vincula la lactancia materna como un factor de protección frente a la muerte súbita del lactante, de origen desconocido y que supuso la muerte de 3.700 bebés en Estados Unidos en 2015, uno de los países con ratios más bajos de lactancia materna en todo el mundo.
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