La
Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Promoción de Salud, ha recomendado la
práctica de deporte en familia durante las vacaciones como medida para combatir los posibles
efectos que el confinamiento por Covid-19 ha podido tener en los niños.
“Durante el confinamiento los niños han ganado algo de peso y han estado sometidos a una situación anómala que puede haberles provocado situaciones de estrés o ansiedad. El deporte es una de las mejores alternativas para reconducir esta situación ya que
la actividad física estimula el sistema inmunológico, promueve la salud y reduce el estrés, además de que estar activo puede disminuir los problemas de comportamiento”, asegura Julio Álvarez Pitti, vocal de actividad física de dicho comité.
“La forma ideal de practicar actividad física para los niños es realizarlo en familia. El ejemplo de los padres y madres es fundamental”, asegura este experto en actividad física en la edad pediátrica. ”En general,
son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre que permitirán un refuerzo positivo, consiguiendo que se mantengan como hábito divertido, y se incorporen a lo cotidiano con más facilidad que los ‘hábitos saludables’ impuestos y muy sacrificados para los niños”, explica el doctor Álvarez Pitti.
El experto recomienda, siguiendo las guías internacionales,
tres horas de actividad en diferentes intensidades (ligera, moderada y vigorosa) para los niños de entre 1 y 5 años; mientras que
los niños de entre 6 y 18 años necesitan al menos una hora de actividad física moderada-vigorosa todos los días. “Con los más pequeños resulta más sencillo, su espíritu inquieto hace que, a través de juegos, podamos conseguir estas tres horas”, explica este experto. Para ello tenemos juegos tradicionales como saltar a la comba, el escondite en casa, bailar, trabajar en la huerta o en el jardín.
En relación a los más mayores, “si disponemos de algún dispositivo de fitness como bicicleta ergométrica, rodillo, tapiz rodante o aparatos similares es más fácil. Si no, marcha rápida, sentadillas, ejercicios como el skipping (llevar rodillas al pecho sin movernos de sitio), saltos verticales, saltar a la comba, son buenos ejercicios aeróbicos”, recomienda Álvarez Pitti. Estos se pueden combinar con actividades vigorosas para el fortalecimiento muscular y óseo, 3 veces por semana, o los ejercicios con bandas elásticas.
“Es importante seleccionar adecuadamente y, sobre todo, ajustar el tipo de ejercicio a la condición física de cada niño o adolescente, así como si tiene patologías asociadas o no. Es importante la supervisión por parte de un adulto”, asegura.
A la hora de hacer deporte hay que
asegurar el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividad es intensa y el ambiente caluroso. En este sentido, el doctor Álvarez Pitti recomienda “hidratarse antes, durante y después del ejercicio”, ya que cualquier actividad física, aunque sea moderada, produce la eliminación de cierta cantidad de agua y sales minerales, sobre todo a través del sudor, cuando se dan unas condiciones ambientales de más de 25 °C de temperatura y, en especial, en zonas con alta humedad relativa. Por ello, es recomendable evitar en las horas centrales del día la práctica de actividad física de alta intensidad.
Ejercicio en el parque y mascarillas
El juego en el parque se considera actividad física.
La mascarilla es necesaria, según las recomendaciones sanitarias actuales. Por ello, en el parque los niños mayores de 6 años han de llevarla. “La mascarilla, puede dificultar en cierto grado al respiración- advierte Álvarez Pitti- por ello en estas circunstancias
tendremos que estar atentos de que los niños no practiquen un juego extenuante, favorecer una hidratación adecuada y estar pendientes de cualquier signo de alarma que nos pueda avisar de excesivo agotamiento o dificultada respiratoria para sugerir descansos intermitentes”.
María García-Onieva, secretaria de la AEP y pediatra de Atención Primaria, recuerda que
“el exceso de sudor puede producir mayor irritación de la piel de la cara así como rojeces detrás de las orejas. En ocasiones, una sudoración excesiva puede producir obstrucción de las glándulas sudoríparas y provocar un sarpullido”. Según los expertos, en los niños la dermatitis atópica predispone a más problemas de irritación a consecuencia del uso de mascarillas, mientras que en los adolescentes la presencia de acné juvenil también puede agravarse por el uso de las mismas al no permitir la aireación de la piel y aumentar el exceso de grasa en la misma.
Para evitar las rojeces se pueden utilizar productos aislantes como la vaselina y, cuando ya están presentes, podemos utilizar cremas reparadoras. Es importante tener en cuenta, asegura García-Onieva, qu
e “cuando el enrojecimiento es muy intenso y las molestias en el niño también lo sean, se debe acudir al pediatra, quien valorará la utilización de cremas con corticoides y, llegado el caso y si existen heridas, puede recomendar la aplicación de una crema antibiótica”.
Por ultimo, la secretaria de la AEP recuerda que es importante conocer las características de las mascarillas y el número de horas que estas pueden usarse y si son, o no, reutilizables. “Estos datos los suministrará el fabricante pero, en general, no se recomienda su uso más de 4 horas”, asegura la doctora. “Para prevenir las infecciones, en general, y la producida por el coronavirus, en particular,- recuerda la doctora- las medidas higiénicas son fundamentales”. Lavarse las manos con agua y jabón adecuadamente, tal y como hemos aprendido durante estos meses, utilizando el gel hidroalcohólico en aquellas situaciones en las que no tenemos agua y jabón a nuestro alcance y manteniendo, siempre que sea posible, la distancia social de seguridad. Y en caso de que esto no sea posible, utilizando de manera conveniente las mascarillas.
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