La revista médica
Journal of Clinical Medicine acaba de publicar un artículo con los resultado de un estudio llevado a cabo por investigadores del
Hospital Clínico San Carlos de Madrid que revela que seguir una
dieta mediterránea, rica en
aceite de oliva virgen extra y suplementada con
pistachos, durante el embarazo, se asocia a un menor ingreso hospitalario de los niños durante sus dos primeros años de vida.
Liderado por
Alfonso Calle Pascual, este equipo observó una reducción en los ingresos hospitalarios de los niños que requieren tratamiento con
antibióticos y
corticosteroides, y los ingresos relacionados con
asma/bronquiolitis, “especialmente en hijos de mujeres que tenían un índice de masa corporal (IMC) pregestacional <25 kg/m2 (sin sobrepeso) y tolerancia glucosa normal (NGT)”, concreta el especialista.
"Nuestro estudio muestra diferencias significativas entre el grupo de intervención y el de control"
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Hasta ahora, la evidencia sugería una posible
asociación entre la dieta y el desarrollo de enfermedades en los niños. Sin embargo, pocas investigaciones habían evaluado el efecto de una intervención basada en la
dieta mediterránea en el desarrollo de
enfermedades metabólicas e inmunes en la
descendencia.
“Este es el primer estudio controlado aleatorizado que analiza la influencia de una intervención nutricional basada en una dieta mediterránea en el embarazo sobre la
salud de la descendencia”, detalla Calle Pascual.
Los investigadores se marcaron dos metas. Por un lado, evaluar la incidencia de
bronquiolitis/asma, dermatitis atópica y alergias alimentarias, así como el número y la duración de los ingresos hospitalarios por todas las causas en niños a los dos años. Por otro lado, analizar las
tasas de ingresos hospitalarios debido a episodios graves de bronquiolitis/asma y otras enfermedades que requieren tratamiento farmacológico con antibióticos, corticosteroides o ambos.
Menor estancia hospitalaria
Para ello, los investigadores estudiaron a
703 niños descendientes de mujeres que durante sus embazaros participaron en el Estudio San Carlos de Prevención de la Diabetes Gestacional y que asistieron al seguimiento posparto entre 2017 y 2018. Al grupo de intervención se le recomendó una
dieta suplementada en aceite de oliva virgen extra y pistachos, mientras que al grupo control se le indicó reducir la ingesta de
todo tipo de grasas.
“Nuestro estudio muestra
diferencias significativas entre el grupo de intervención y el grupo control en relación con la reducción de eventos graves que requieren hospitalización en niños cuyas madres tenían un índice de masa corporal (IMC) pregestacional <25 kg/m2 y NGT”, destaca.
Durante el estudio también se observó que la duración de la estancia en el hospital fue significativamente más corta en el grupo de intervención que en el grupo control (6.8 ± 9.1 vs. 11.9 ± 25.2 días; p = 0.02).
Además, los resultados de la investigación muestran una
reducción en las tasas de ingresos hospitalarios por todas las causas en el número de niños que lo requirieron en el grupo de intervención en comparación con el grupo control. En total, hubo un 13,6 por ciento de niños hospitalizados del grupo de intervención y un 14,9 por ciento del grupo control.
Mejor perfil antiinflamatorio
En el embarazo se producen cambios en el sistema inmunitario de la madre que afectan la función intestinal normal y la composición de la microbiota. “Estos cambios, que también podrían verse afectados por la dieta de la madre, podrían mejorar la salud a largo plazo de la madre y su descendencia. El aceite de oliva virgen extra, rico en componentes fenólicos, se asocia con un
mejor perfil antiinflamatorio, inmunomodulador y de microbiota”, explica Calle Pascual.
Este artículo es otro de los espectaculares resultados de un estudio pionero sobre el efecto de la alimentación en la salud de los gestantes y sus hijos. El 'Estudio San Carlos de Prevención de la Diabetes Gestacional' ya demostró que una
dieta saludable rica en aceite de oliva virgen extra reduce el riesgo de desarrollar diabetes gestacional en un 30 por ciento y mejora la salud de los recién nacidos.
Un estudio que, como detalla Calle Pascual, aún tiene
mucho recorrido por delante: “Esperamos, en un futuro próximo, hacer el seguimiento hasta los cinco años de edad. Confiamos en encontrar una
menor cantidad de grasa central en los niños,
menor grado de adiposidad y menor grado, sin ningún género de duda, de
algunos tipos de enfermedades autoinmunes e inflamatorias”.
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