El porcentaje de personas inmunes al sarampión en Portugal ha caído a menos del 95 por ciento, la tasa mínima necesaria para prevenir una epidemia. La inmunidad de grupo contra la enfermedad, que protege a vacunados y no vacunados, ya no existe en el país debido a una disminución en los últimos 14 años.
Según los últimos datos de la Encuesta Serológica Nacional (ISN) desarrollada entre 2015 y 2016, la seroprevalencia frente el virus bajó hasta el 94,2 por ciento, por debajo del 95,2 del anterior estudio, que se llevó a cabo entre 2001 y 2002.
El porcentaje no es igual en todas las edades. Según los autores, "la inmunidad de grupo se verificó globalmente para ambos sexos en los niños de edades comprendidas entre los dos y los nueve años y en los adultos mayores de 44 años, correspondiendo a los individuos vacunados con VASPR (vacuna combinada contra el sarampión, la parotiditis epidémica y la rubéola) y a los que desarrollaron inmunidad natural".
"Vacunar, vacunar y vacunar"
Ante esta situación, la ministra de Sanidad en Portugal, Graça Freitas, reconoce encarar "con toda naturalidad" estos resultados, recordando los dos brotes que han tenido lugar este año y que no han sido endémicos.
Sin embargo, insiste que es esencial "vacunar, vacunar y vacunar" porque protege no solamente a los inoculados, sino también a los que no han recibido la inyección, ya que reduce la circulación del agente y la transmisión de la infección.
El Ministerio inició en julio una campaña de vacunación de repesca contra el sarampión en niños y adultos, adquiriendo para ello 200.000 dosis adicionales.
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