El Gobierno enfría las expectativas de aplicar un
IVA superreducido para productos y tecnologías sanitarias, tal y como reclama la
Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE). Primero, porque una medida de este calibre precisaría de un “
análisis sosegado y técnico” para conocer sus efectos. Pero también porque España, defiende el gabinete de
Pedro Sánchez, ya registra una elevada
“pérdida de recaudación” de este impuesto “derivada de la aplicación de tipos reducidos y exenciones”.
El Ejecutivo central se ha referido a la posibilidad de instaurar un IVA superreducido en sanidad a instancias del PP, que transmitió las demandas de ASPE a través de una pregunta parlamentaria. La organización que dirige
Carlos Rus defendió recientemente que el de la sanidad podría ser uno de los sectores que se beneficien de la
Directiva europea 2022/542, que abre la puerta a aplicar este impuesto indirecto
por debajo del 5 por ciento en productos de interés general.
En concreto, la citada directiva establece que los Estados miembros tienen “libertad para aplicar un tipo reducido inferior al mínimo del 5 por ciento y una exención con derecho a deducción del IVA a bienes y prestaciones de servicios que se considera que
cubren necesidades básicas”, entre los que citan a los
productos farmacéuticos y sanitarios, además de la alimentación, el agua y el transporte.
"Análisis sosegado" para reducir modificar el IVA
En España, el IVA que se aplica para productos sanitarios y equipos médicos puede llegar a alcanzar el
21 por ciento, aunque el abanico es amplio. Nada hace indicar que el tablero vaya a cambiar en el corto plazo, o al menos así se desprende de una reciente respuesta parlamentaria del Gobierno, que llama a la “prudencia”.
En concreto,
el gabinete de Pedro Sánchez aboga por una modificación de la Ley 37/1992, relativa al Impuesto sobre el Valor Añadido, “en el marco de una
revisión general de la política tributaria en materia de tipos reducidos”. Una labor que, incide, precisa de un “análisis sosegado y técnico para conocer sus efectos, diseño, alcance y ámbito de aplicación”.
En cualquier caso, Moncloa subraya que España “figura tradicionalmente” entre los Estados miembros que presenta un mayor
VAT Policy gap, que se traduce como la pérdida de recaudación del Impuesto derivada de la aplicación de tipos reducidos y exenciones.
Ahorro por el IVA superreducido en sanidad
Según ASPE y
Fenin (la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria), reducir la carga impositiva que pesa sobre los productos de salud supondría un
ahorro de más de 1.000 millones de euros parala sanidad pública y la privada. "La reinversión de estos recursos en otros ámbitos, como la
innovación tecnológica o terapéutica, puede generar un impacto positivo en varios niveles", destacan.
A este respecto, sostienen que los servicios de salud de las comunidades autónomas optarían a mejorar la asistencia sanitaria ofrecida, por ejemplo, incorporando
innovaciones tecnológicas o disminuyendo el actual nivel de
obsolescencia del equipamiento, entre otras ventajas. Un IVA reducido beneficiaría de igual manera a los ciudadanos, para una mayor y mejor accesibilidad a avances científico-médicos.
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