El
Gobierno está cerca de publicar diez nuevos informes de evaluación de sendas
pseudoterapias en el marco del Plan de Protección de la Salud ad hoc, impulsado desde el
Ministerio de Sanidad y el de
Ciencia e Innovación, según ha detallado el propio Ejecutivo en respuesta a una pregunta escrita del
Grupo Popular en el Congreso. Con estos, serán 31 los informes elaborados a través del programa.
Los 21 informes ya publicados pueden consultarse tanto en la página web
coNprueba como en la plataforma virtual de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (
RedETS). En cuanto a los próximos diez informes, “están finalizados, en trámite de edición, maquetación y publicación”, dicen desde
Moncloa a raíz de la pregunta del
PP, que había pedido información sobre las “razones por las que el Ministerio de Sanidad no ha actualizado el
informe frente a las pseudoterapias desde el año 2019”, así como sobre los recursos que invertirá el Gobierno en ello y la fecha prevista para finalizar la actualización, aspectos estos últimos que no aclara el Ejecutivo.
Lo que sí recuerdan desde Moncloa es que la primera de las cuatro líneas de actuación contempladas en el
Plan de Protección de la Salud frente a las pseudoterapias es “generar, difundir y facilitar información, basada en el conocimiento y en la evidencia científica más actualizada y robusta de las pseudoterapias a través de la RedETS, en colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación”. Uno de los objetivos de dicha línea es “analizar la evidencia científica y difundir la evaluación bajo los principios del conocimiento y la evidencia científica a los grupos de interés”.
En el “procedimiento evaluativo secuencial” se llevará a cabo “una valoración global de las evaluaciones” efectuadas en el marco del plan, por lo que, “previsiblemente”, en 2025 “se dará por finalizada la línea evaluativa asignada a la RedETS”. En cualquier caso, el Gobierno prevé darle continuidad colaborando con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (
Cgcom), que impulsó un
Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias.
El Ejecutivo valora el hecho de que esa iniciativa “comparte el objetivo del Plan de proporcionar a la ciudadanía información veraz y rigurosa para poder diferenciar prácticas cuya eficacia para tratar o
curar enfermedades ha sido contrastada científicamente, frente a otras que no han demostrado esta eficacia, y así mejorar la adopción de decisiones informadas”.
Pendientes del informe sobre la homeopatía
El Gobierno no especifica sobre qué técnicas versarán sus diez nuevos informes. Uno de ellos podría estar dedicado a la
homeopatía, un análisis que ya se inició en 2019, coincidiendo con la puesta en marcha del Plan de Protección frente a pseudoterapias, pero que quedó en agua de borrajas, tal y como avanzó
Redacción Médica en primicia, tras el estallido de la
pandemia de coronavirus.
Desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (
Aemps) explicaron a este periódico que, una vez superada la pandemia, “no se consideró necesario hacer una
revisión de la homeopatía porque la composición de estos productos hace imposible que tengan una acción farmacológica propia”. Sin embargo, el pasado noviembre, el secretario de Estado de Sanidad,
Javier Padilla, anunció en X que el informe, finalmente, sí se acabaría elaborando: “Se está terminando de actualizar para publicarse”, escribió.
Visto bueno al taichí y alerta de riesgos en dos pseudoterapias
La última vez que Sanidad y Ciencia actualizaron la lista de
informes sobre pseudoterapias fue en abril de 2024. De las ocho técnicas analizadas, sólo se dio el visto bueno al
taichí por sus beneficios para personas con patologías osteomusculares.
En cuanto al chi-kung, la
luminoterapia, el zerobalancing, la respiración consciente y la inducción de sensaciones corporales, los expertos no encontraron evidencias científicas suficientes para validar su práctica clínica. Por último, se llamó la atención sobre las consecuencias negativas de la
vacuoterapia y la
aromaterapia.
Sobre la primera, se indicó que no se podía recomendar su uso clínico para tratar la patología osteomuscular por el “riesgo de sesgo” y la baja calidad metodológica de los estudios que existían sobre la técnica. Además, se destacó que conllevaba riesgos de “transmisión de gérmenes e
infecciones virales” al basarse en la ruptura de la barrera epidérmica.
En lo referente a la aromaterapia y su uso para controlar la ansiedad, el dolor en
dismenorrea y la frecuencia respiratoria y el ritmo cardiaco en
enfermedades cardiovasculares, en el informe se identificaron algunos efectos adversos, aunque fueran leves. Los estudios primarios que se revisaron “tienen importantes limitaciones metodológicas y un riesgo de sesgo entre moderado y alto”.
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