Diferentes voces de la oposición al Gobierno pronostican que el presente será un
curso “intenso” en política sanitaria, principalmente, por la situación del propio Ejecutivo, al que consideran “arrinconado” por la falta de apoyo parlamentario y el hecho de que la mayor parte de las comunidades estén regentadas por el PP. Pero también, por la necesidad de dar "respuestas reales" a las urgencias del
Sistema Nacional de Salud (SNS), de sus profesionales y de los pacientes.
La
salud mental será, sin lugar a dudas, una de las principales reivindicaciones de PP y Vox en las Cortes Generales en este último tramo de 2024 y el inicio del siguiente curso. Ambas formaciones han solicitado abiertamente al Ministerio de Sanidad que elabore un
plan nacional que aborde esta problemática con el foco dirigido también a la prevención del suicidio. El Senado, de hecho, acaba de
reanudar los trabajos de la subcomisión de salud mental, en la que durante las próximas semanas comparecerán médicos, psicólogos, gestores y otras autoridades para esbozar una estrategia.
“Es muy necesario en el que no se ha trabajado como se debería, que es muy demandado por asociaciones, profesionales y las propias administraciones”, indica a este periódico el portavoz del PP en la Comisión de Sanidad de la Cámara Alta,
Enrique Ruiz Escudero, quien subraya que “lo que verdaderamente
hace falta es un plan nacional”.
A este respecto, Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, ya reconoció en declaraciones a
Redacción Médica que este año terminará la Estrategia de Salud Mental, la cual
el Ministerio “pretende tener renovada con nueva cuantía presupuestaria” junto a un Plan Nacional de actuaciones sobre el Suicidio.
Desde Vox destacan, en esta línea, que su grupo en el Congreso ha exigido una
estrategia estatal de salud mental que conlleve también medidas contra la soledad y refuerce la financiación destinada al cuidado de personas mayores, enfermas o en situación de dependencia. Fuentes de la organización de
Santiago Abascal insisten en que el fin último es, en cualquier caso, que el Estado recupere las competencias en materia de sanidad y asistencia social para abordar estos retos desde una
“perspectiva nacional”.
Precariedad en las plantillas de salud
Al margen de ello, los grupos de la oposición enumeran otros frentes aún abiertos en materia de sanidad. Entre ellos, los diferentes
proyectos legislativos que se encuentran en tramitación en las Cortes (desde la
Ley ELA y hasta las de Universalidad y Equidad,
pasando por la Agencia Estatal de Salud Pública), así la ‘cuenta pendiente’ de las listas de espera.
Otra de las
“líneas estratégicas” a las que hace referencia Escudero es la de la situación de los profesionales de salud y la escasez de los mismos. Los populares insisten en la necesidad de reforzar la oferta de plazas MIR, algo que compete al Ministerio de Sanidad, ante un problema que afecta especialmente a la Atención Primaria. Desde Vox, por su parte, apuntan a la
“precariedad” económica de estos trabajadores provocada por la “infrafinanciación crónica” del SNS.
“Entre las cuestiones que han contribuido a deteriorar aún más la ominosa situación del sistema sanitario destacan la precariedad laboral de los sanitarios, las desigualdades que genera el modelo autonómico y la
infrafinanciación crónica del SNS”, incide el grupo de Abascal”, que avanza que volverá a insistir en la promoción de una tarjeta sanitaria única y la unificación de la historia clínica y farmacéutica digital.
Lucha contra la corrupción en sanidad
Por último, el PP llama dar respuesta a los retrasos en la incorporación al SNS de
medicamentos aprobados por la Unión Europea (“pasan más de 600 días, son unas cifras sonrojantes”, sostiene Escudero) y a incrementar el control “sobre lo que ocurrió con la
contratación de productos durante la época del Covid-19”.
“Las noticias que van apareciendo día a día son terribles, y no sabemos ni siquiera qué empresas se contrataron”, subraya.
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