El
Departamento de Salud ya se ha puesto manos a la obra para diseñar la
nueva estrategia de Salud Mental que, como principal novedad, buscará
dar respuesta a las necesidades generadas por el impacto de la pandemia del Covid-19. La consejera de la rama,
Gotzone Sagardui, ha reconocido este viernes que durante los peores momentos de la crisis sanitaria
“tuvimos limitada la capacidad para actuar con normalidad”.
“Determinados problemas mentales que ya estaban presentes han tenido mayor impacto”, ha indicado durante su intervención en el Pleno de Control del Parlamento vasco. La base de la nueva estrategia seguirá la línea de las desarrolladas con anterioridad y
apostará como pilar fundamental por la atención comunitaria. Esta ha formado parte indispensable de la gestión sanitaria, en sentido amplio, “desde los años 80” y, en concreto, en el diseño de los “servicios sociales y sanitarios para personas que sufren trastornos mentales”, ha dicho en respuesta a la pregunta planteada por
Maria Garde, de EH Bildu, que ha preguntado sobre el desarrollo de este nuevo plan.
Por eso, Sagardui ha expresado que las cuestiones que se recogen en la nueva estrategia “no son del todo nuevas, sino que tienen un largo camino atrás”.
“No partimos de cero”, ha insistido, al mismo tiempo que ha puesto de relieve en que su departamento seguirá trabajando garantizando “la sostenibilidad y calidad” de los servicios de Salud Mental.
Además, ha recordado que en
anteproyecto de Salud Pública que se está desarrollando actualmente, y que persigue “defender niveles más altos de salud”, recoge la Salud Mental “como bien de interés público superior”.
“No hay salud sin salud mental”, ha recalcado.
Los ejes de la nueva estrategia de Salud Mental
Sagardui ha expuesto a los grupos políticos que las cuatro estrategias de Salud Mental que se han desarrollo anteriormente ya contenían las premisas de la que ahora se está elaborando. Ha recalcado nuevamente la necesidad de desarrollar la atención comunitaria. También ha señalado como ejes la continuidad asistencial, “para ofrecer tratamientos y apoyo ininterrumpidamente a lo largo de la vida”; la accesibilidad, “para prestar servicios dónde y cuándo” los pacientes precisen; y la atención integral “para dar respuesta a todos los factores que integran la enfermedad”.
La nueva estrategia también se basará en la “equidad” a la hora de acceder a los servicios de Salud Mental, y en la “recuperación personal” para superar los estragos causados por le enfermedad. También ha manifestado el papel de “responsabilidad” de las instituciones sanitarias para garantizar la calidad, que no es otra cosa que “buscar aumentar la probabilidad de buenos tratamientos”.
Foco en la población infanto-juvenil
El plan que está desarrollando Salud pondrá también el acento en la
población infanto-juvenil. De este modo, se incrementará el ratio de personal especializado, se implementará programas de apoyo a pacientes, familias y profesionales; y se aumentarán los recursos humanos y materiales.
Desde la infancia, se buscará “
desarrollar personalidades que sepan superar la adversidad y ser resilientes”, así como luchar contra el estigma que supone para muchas personas padecer algún tipo de patología mental.
Por último,
ha incidido en que se seguirá apostando por la estrategia de prevención del suicidio desarrollada en 2019, la atención a familias con miembros que sufran trastornos mentales, fomentar la participación ciudadana y asociativa en Salud Mental, fomentar la coordinación entre instituciones sanitarias, sociales y educativas, así como potenciar la investigación en este ámbito.
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