Alberto Garzón ha anunciado su decisión de no presentarse como candidato a las
elecciones generales del próximo 23 de julio. El líder de
Izquierda Unida ha dado un paso a un lado para facilitar un relevo en los rostros de primera línea en su espacio político, aunque seguirá trabajando con
Yolanda Díaz para colaborar en el despegue de Sumar. El todavía ministro de Consumo ha acabado así con sus posibilidades de volver a entrar en el Gobierno, después de una legislatura marcada por varias apuestas vinculadas a la sanidad, como el fomento de
una dieta saludable o la regulación de la
ludopatía.
“Como republicano, siempre he creído en la renovación e los representantes: es sano para los proyectos políticos y también para la democracia.
Ahora que entramos en una fase nueva creo que es un momento estupendo para dejar que otros compañeros y compañeras puedan aportar sus energías y conocimientos”, ha informado a través de sus redes sociales tras comunicar la medida a la dirección de su partido.
El coordinador general de Izquierda Unida se ha despedido con la esperanza de haber logrado una “contribución positiva” tras su paso por la política que eclosionó a raíz de las
protestas del 15-M. En su renuncia, se ha acordado del histórico dirigente de su formación Julio Anguita, a quién ha citado para marcar su nuevo rumbo:
“La política está en todos los rincones de nuestra vida cotidiana, y seguiré ayudando a construir una España más justa desde otros sitios también políticos: en mi organización, Izquierda Unida, y también en Sumar”. Un mensaje que le sigue vinculando al
programa de Yolanda Díaz.
El papel de Garzón en la coalición de Gobierno
La llegada de Garzón a la coalición de Gobierno en 2019 supuso
la división del entonces Ministerio de Sanidad y Consumo en dos carteras diferenciadas. El líder republicano se puso al frente de la segunda, aunque conservó algunas competencias propias de los gestores sanitarios como la coordinación de la
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que está muy vinculada a la salud pública.
Suyas han sido algunas iniciativas clave en este campo de la alimentación como la creación de una
guía de recomendaciones dietéticas para favorecer la sostenibilidad del medioambiente y proteger la salud. La
reducción del consumo de carne, la moderación de los lácteos y legumbres o la priorización de alimentos vegetales eran algunas de las claves de este programa que durante un tiempo se convirtió en el foco caliente de
los enfrentamientos políticos.
El todavía ministro de Consumo también ha liderado varias iniciativas dirigidas a combatir el efecto de enfermedades como
la ludopatía. Buena parte de esta estrategia se centró en
la reforma de la Ley de Regulación del Juego, que el Congreso de los Diputados aprobó a finales de 2022 con una amplia mayoría parlamentaria. La limitación de la publicidad de las casas de apuestas, la creación de un
registro general de personas afectadas por esta patología o el endurecimiento a las infracciones de las empresas fueron algunos de sus hitos.
Aunque el papel de Garzón quedó algo diluido con la creación de la coalición de Unidas Podemos, el líder republicano fue durante un tiempo la cabeza visible de un proyecto político que navegaba en solitario. El dirigente se presentó como
número 1 por Izquierda Unida a las elecciones de 2015 con un programa que ya recogía medidas como la
eliminación de las mutuas sanitarias, la
exclusividad del médico en la pública o los incentivos profesionales en la sanidad. Algo que ahora vuelve a sonar de nuevo con fuerza en el espacio político de Sumar durante la
precampaña del 23-J.
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