El
Sistema Nacional de Salud se afana en completar la vacunación tanto a aquellos que requieren la
tercera dosis de refuerzo como a los pacientes más rezagados. Con más del 90 por ciento de la población diana inmunizada, el volumen de dosis necesarias, no obstante, ha bajado con respecto a meses anteriores.
El problema que se plantea ahora al Gobierno es qué hacer con esas dosis que están
próximas a caducar. Y es que, desde el mes de septiembre, el stock fue creciendo en el almacén gubernamental, a medida que las comunidades autónomas ya no requerían vacunas frente al Covid-19 para cubrir sus necesidades de inmunización. A ello hay que sumar la partida de vacunas "sobrantes" de Janssen y AstraZeneca, una vez quedaron descartadas de la estrategia de vacunación.
Esto propició que, a fecha 20 de octubre, aunque no había ninguna
vacuna caducada, el plazo de casi
750.000 vacunas estaba a un mes de expirar. En concreto,
256.700 dosis de Astrazeneca y 488.390 de Janssen que en estos momentos podrían resultar inservibles y, de acuerdo con la legislación vigente, deberían ser destruidas, tal y como indica el Ejecutivo en respuesta a la pregunta formulada por la diputada de PdeCat, Concep Cañadell.
Aún así, reconoce que no es no es posible conocer la
caducidad de tales fármacos "con exactitud" a causa de dos factores. Por un lado, estos han sido distribuidos a las autonomías para permitir una vacunación masiva y rápida y, por otro, la caducidad de las vacunas "es diferente en función de si se
conservan congeladas o si han sido descongeladas, lo cual es necesario para permitir el despliegue de la campaña de vacunación en un territorio amplio".
De hecho, son precisamente las
administraciones autonómicas las encargadas de gestionar los viales, una vez llegan a sus manos, aclaran en el documento.
¿Pueden donarse vacunas a punto de caducar?
Donar esas vacunas antes de desecharlas tampoco es una opción para el Gobierno, puesto que el
mecanismo COVAX no cede ninguna dosis que esté "próxima a caducar". Todos los viales que llegan a los países vulnerables son entregados "
directamente desde las plantas de fabricación", por lo que es este organismo el que se responsabiliza de la conservación y distribución hasta el país destinatario.
Por tanto, las 840.000 dosis de Astrazeneca donadas a
Argentina, Honduras, Colombia y Mauritania y y las 854.500 cedidas a
Fiji, Paraguay y Tailandia se han tramitado de este modo. A ellas se suman 304.950 dosis de Cominatry cedidas a
Nueva Zelanda y Andorra y 500.400 dosis de Spikevax (Moderna) a
Australia.
El Ejecutivo señala como expceción aquellas ocasiones en las que se han podido donar, a veces de forma bilateraal, parte de las
vacunas entregadas y almacenadas en España que no se iban a utilizar en la campaña nacional. "Cuando ha existido la posibilidad, se han llevado adelante", asegura en el documento.
El objetivo, explica es "evitar la pérdida de cualquier vacuna" con cualquiera de los dos mecanismos que contemplan los contratos del acuerdo de adquisición como son la donación y la venta. Sin embargo, es "un procedimiento que está sujeto a muchos condicionantes por parte de los países receptores o compradores, ya que la recepción de las vacunas requiere de un
gran esfuerzo técnico para organizar una cadena de logística compleja, dadas las especiales condiciones de conservación", matiza. En el caso de los países de destino, necesitan tiempo para organizar internamente el despliegue de vacunas y su administración.
¿Dónde están las 500.000 vacunas desaparecidas?
Por su parte el grupo popular pedía al equipo de Gobierno esclarecer el paradero del
medio millón de vacunas que "desaparecieron" en el recuento diario del Ministerio de Sanidad entre el 13 y el 16 de septiembre.
Este desajuste en las cuentas se debe, según explica el Ejecutivo, a "
incidencias propias de una base de datos que a día de hoy gestiona 93 millones de dosis de vacunas". En concreto, los cambios en las cifras publicadas tienen que ver con la reducción en las dosis recibidas de Moderna y "un error en la asignación a una comunidad que figuró como duplicada en la base de datos hasta el cuadre de
esas cantidades"
Por otro lado, señala el descenso de dosis entregadas a las CCAA, debido a las devoluciones, las cuales se van restando a la cantidad de vacunas distribuidas y por tanto ya no contabilizan como dosis pertenecientes a la comunidad en cuestión.
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