Assumpta Escarp pone fin a su etapa como diputada en el Parlament de Catalunya, al que entró en 2015, hace casi diez años. Escarp, que fue reelegida en la undécima, duodécima y trigésima legislatura, había estado vinculada anteriormente al sector sanitario como
jefa de Administración del centro de investigación municipal del Hospital del Mar.
Escarp ha sido durante ocho años la portavoz de sanidad del PSC en el Parlament. La ya exdiputada, que
reconoce estar contenta por el trabajo realizado, lamenta que
la etapa del 'Procés' paralizó en gran medida las iniciativas sanitarias, una dinámica que se rompió con la pandemia. Sobre las
actuales negociaciones entre su formación, ERC y Comuns para formar Govern,
Escarp asegura ser optimista y, habiendo descartado volver a ser diputada,
no cierra la puerta a trabajar en el Ejecutivo si su formación así lo considera.
¿Por qué ha dado este paso al lado ahora?
Hacía unos años que estaba en el Parlament y antes había estado en el Ajuntament de Barcelona. Hacía años que me dedicaba a la política, los años pasan y creo que es bueno dar un momento dado un paso al lado, dejar que nuevas voces entren en el Parlament y las listas se renueven. Me pareció natural. Eso no quiere decir que te retires del todo, ni mucho menos. Siempre digo que he dado un paso al lado, no un paso atrás. Pensé que era un buen momento para darlo.
¿Qué valoración hace de su experiencia durante ocho años como portavoz de sanidad en el Parlament de Catalunya?
Entré en 2015, que fue el preludio de una legislatura muy compleja, la de 2017. Después de la del 2017 vino la del 2019, que convocamos el 155, y al final el 2021. Ha sido difícil poder hacer de portavoz. Hemos intentado hacer de portavoz de sanidad, hablar de políticas públicas de salud, pero todo el foro del Parlament y el foco ha estado mucho con el 'Procés' y todo lo que representó, especialmente de 2015 a 2019.
Me dicen: "has estado cuatro legislaturas", pero es como si hubiera estado una y media. Estoy contenta, creo que se han hecho cosas que están muy bien. Se ha hecho la Ley de Universalización de la sanidad en Cataluña y se han hecho cosas en sanidad basándonos mucho en el acuerdo y no en el desacuerdo, que era difícil en momentos tan complejos como fueron los de 2017. Como portavoz de sanidad estoy contenta porque hemos podido trabajar, hemos trabajado bien en comisiones, buscando el acuerdo, muchas veces con fuerzas más progresistas. Pero hubo momentos muy duros. En 2017 fue un momento muy duro donde si no compartías el independentismo, te sentías que te hacían el vacío en el Parlament.
¿Qué ha aprendido durante este tiempo del resto de compañeros portavoces de salud?
Muchas cosas, de compañeras como. Titón Laïlla, que ha sido presidenta de la Comissió de Salut y es experta en salud mental. Yo conocía menos el ámbito de la salud mental. Se ha hecho una comisión específica sobre salud mental. La pandemia nos enseñó a todos a ser expertos en Salud Pública, en epidemias y pandemias. Siempre he tenido un aprendizaje constante de todo aquello que pudieran aportar otros profesionales sanitarios, como del diputado Jorge Soler, de Ciudadanos, que era un médico experimentado de Atención Primaria.
Siempre estás aprendiendo de los compañeros y compañeras en la Comissió de Salut, pero sobre todo la pandemia rompió una dinámica que venía del 'Procés' y unió bastante en una lucha conjunta. Siempre hemos intentado que la sanidad fuera una política pública un poco salvaguardada de la discrepancia y buscar un acuerdo más completo.
¿Y del resto de actores con los que debe hablar un portavoz de salud, como sindicatos, profesionales sanitarios, pacientes, etc.?
Siempre he intentado hablar con todos los actores, desde la industria, los proveedores, los profesionales sanitarios con asociaciones y sindicatos, asociaciones de pacientes, etc.. Siempre te aportan muchas cosas. Las asociaciones de pacientes con su esfuerzo para tirar adelante te hacen ver la importancia de que se integren fármacos para su enfermedad, que se hagan cribados y se apueste por la prevención. En ocasiones la gente también recurre al Parlament pensando que es la gran solución y puede hacer leyes, pero leyes se hacen pocas.
Una cosa que hemos notado en todos los actores es que el 'Procés' fue una década perdida. Aunque manteníamos el interés de que fuera una política transversal y que fuera más de acuerdo, ha habido muy pocas leyes de sanidad. Promovimos la ley de eutanasia, que al final debía aprobar igualmente el Congreso, pero Cataluña fue muy activa; la Ley de Universalización y la Ley de la Agència de Salut Pública. Pero no ha habido una parte legislativa muy importante en estas legislaturas en sanidad.
En resumen pues, ¿qué tres habilidades debe tener un diputado que se encargue de los temas de sanidad?
Capacidad de relacionarse con todos los actores, que son diversos y todos tienen sus intereses. Si hablas de innovación farmacológica, los pacientes dirán que lo quieren todo y ahora, mientras que la industria farmacéutica te dirá que todo no. De alguna manera tienes que hablar mucho con todos los actores y no hacer una política de confrontación, sino de acuerdo, pensando en lo que tienes delante y qué necesidades hay.
La pandemia puso encima de la mesa que hacía falta fortalecer el sistema público de salud. No sé si lo hemos conseguido, pero también evidenció que hacía falta cuidar a los sanitarios. Y aquí ha habido una apuesta muy importante para que los profesionales fueran bien remunerados y reconocidos. En los acuerdos de presupuestos que el PSC negoció se incorporaron 800 millones de euros en condiciones retributivas destinadas a los profesionales. Se ha trabajado mucho para tener cuidados a los sanitarios. Creo que tienes que buscar más lo que te une que lo que te desune en políticas de sanidad, colaborar y estar abierto a todo aquello que sucede en el entorno, en innovación e investigación para saber dónde estamos. Es inquietud intelectual y capacidad de escucha.
Ha comentado algunas de las iniciativas que se han aprobado durante estos años. ¿De qué políticas sanitarias se siente más orgullosa?
De la Ley de Universalización. La irrupción del PP en 2012 empezó a poner restricciones y el recuperar esta Ley en 2015 fue muy importante. También el papel que ha tenido Cataluña en la Ley de la Eutanasia. Soy una gran defensora de una muerte digna. Creo que en la pandemia lo hicimos fatal en el acompañamiento de la muerte y esta es una reflexión que debemos hacer todos. Lástima que ahora con la aplicación de la Ley tan garantista hay mucha gente que quisiera optar a esta prestación y no puede. Son dos cosas de las que me siento orgullosa de haber formado parte.
Y, por el contrario, ¿con qué proyecto tiene la espina clavada por no haberse tramitado?
El de la Agència Social i Sanitària. En el futuro cada vez seremos más, más viejos y más enfermos. Se trata, como siempre he dicho, de no poner años a la vida, sino vida a los años. Debemos comenzar a cambiar el aspecto de cómo tratar a la gente y facilitar que se quede en casa si quiere, que haya una atención domiciliaria desde Atención Primaria y acompañada de la atención social. Es el gran reto que tenemos en la actualidad, el de los cambios demográficos. Esto y la gran reforma de Atención Primaria, que cuesta y es muy difícil porque la hospitalaria no deja crecer y tampoco se ha empoderado a la Primaria con fuerza para tener capacidad de diagnóstico y de decisión.
¿Cuál será su relación ahora con el PSC?
Soy del PSC desde 1985 y lo continuaré siendo. Formo parte de una organización territorial y estoy también en un grupo de sanidad. Continuaré trabajando en todo aquello que quieran, necesiten y me apetezca. Estoy en un momento en que puedo escoger. Trabajo en las campañas electorales desde el territorio.
¿En qué estado se encuentran las negociaciones del PSC con ERC y Comuns?
En el pasado Consell Nacional del domingo se formalizó una resolución en que se habilita a la comisión ejecutiva para tomar las decisiones que considerara oportunas. No quiere decir que sea más o menos democrático hacer las consultas a la militancia, pero es verdad que en momentos se debe ir más rápido. Es un voto de confianza a la comisión ejecutiva para que decida. Sé tanto como tú. Como expresó Salvador Illa, es cuestión de hacerlo, de trabajar con discreción, de mirar de salir adelante y buscar más aquello que nos une que no lo que nos separa.
Descarta volver a ser diputada, pero no entrar en el Govern. Si el acuerdo entre partidos llega a buen puerto, ¿el PSC priorizará la cartera de Salut?
No lo sé porque no estoy en las negociaciones y no creo que hayan llegado a ese punto. Tampoco sé si quiere un Govern de coalición o un Govern en solitario, con apoyos desde fuera. Es un momento de grandes indecisiones. No soy diputada porque no me he presentado en las listas. Si hay algo en que creen que puedo ser útil, lo haré.
Y con su experiencia política, ¿qué cree que sucederá?
Tengo un amigo que dice que el optimismo es una virtud revolucionaria y, por tanto, soy optimista. Creo que podemos llegar a un acuerdo si realmente somos capaces de buscar aquello que nos une, si somos capaces de pensar más allá de la coyunturalidad y, por tanto, no se trata de romper nada, sino de construir. Puede haber investidura y Govern.
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