El
teléfono 024 de atención a la conducta suicida ha recibido de media entre
500 y 600 llamadas diariamente desde que se puso en marcha a inicios del mes de mayo. La evaluación que realizan los
psicólogos encargados del cribado ha provocado que cerca de una
treintena se hayan derivado cada día a los
servicios de emergencia del 112 para activar el protocolo de urgencia ante un caso inminente.
La ministra de Sanidad,
Carolina Darias, ha ofrecido los
datos sobre la salud mental durante su intervención en el pleno del Senado, en el que ha dado cuenta sobre su gestión sus políticas.
“Estamos hablando de posibles conductas suicidas inminentes o en curso. Estas cifras hablan de este recurso que es una llamada a la vida”, ha expuesto en la cámara.
La afluencia de llamadas ha caído ligeramente en comparación con la primera semana en la que se activaron las líneas cuando
se llegaron a registrar hasta 800 contactos al día de personas que requerían ayuda. Entre los perfiles que han recurrido al servicio, Darias ha identificado a las
mujeres, las personas joven y el profesorado, que se ha puesto en contacto para pedir herramientas con las que gestionar esta realidad en el aula.
“Realmente
la salud mental es una epidemia silenciada que la pandemia lo que ha hecho es exacerbar los problemas que ya existían”, ha expuesto la ministra de Sanidad, que ha celebrado que este tipo de debates se hayan instalado ya con
“naturalidad” también en foros parlamentarios como el Senado.
Darias ha celebrado el resultado de las primeras semanas de gestión del 024 como un resultado del
“compromiso” tanto del
Gobierno de España como del conjunto de las comunidades autónomas que validaron la Estrategia de Salud Mental en el seno del
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Nuevos códigos de conducta-riesgo
La ministra de Sanidad ha adelantado en el Senado que el próximo objetivo de su departamento para mejorar la gestión de la atención a la conducta suicida pasa por la elaboración de unos
códigos de conducta-riesgo que permitan “dotar de herramientas” tanto a los
profesionales sanitarios como a los
docentes para hacer frente a este problema de salud mental.
Darias ya explicó en los primeros compases de la puesta en marcha de la línea telefónica que el proceso de atención consistía en una “escucha activa” por parte de los psicólogos encargados del cribado que dedican de media entre
25 y 30 minutos a cada uno de los usuarios. La entrada en escena de otros perfiles profesionales como los
psiquiatras solo está contemplada si se deriva el caso al 112 debido a que revista mayor gravedad.
La gestión de la atención telefónica se ha encargado en este primer año a
Cruz Roja aunque el objetivo es sacar la iniciativa a concurso público en el futuro. Actualmente se ha estimado un presupuesto finalista de
100 millones de euros hasta 2024 para cubrir los gastos, de los cuales el 80 por ciento se transferirá a las comunidades autónomas.
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